La representatividad en el INE es una no representatividad

La representatividad de los grupos de poder en el INE es una representatividad que hasta la fecha se presenta como palmariamente nebulosa, puesto que esa “representatividad” solo es concerniente a los grupos señalados. Solo ellos están representados, en los hechos, de forma clara a través del INE, y solo ellos están interpelados de forma eficiente de manera que su participación es manifiesta, los demás no lo estaríamos. Esta representatividad que interpelaría a dichos grupos de forma clara, dejaría sin explicar cómo es que los demás sectores populares estaríamos representados.

Si bien tradicionalmente hay muchos mecanismos de representación, lo cierto es que en México nada más están representados los partidos políticos, algunos grupos parlamentarios y supuestos grupos que representan a la sociedad civil, pero fuera de esos grupos, no hay mayor representatividad. Y, más importante, los mecanismos para que esa representatividad sea efectiva no son transparentes, son opacos. No queda claro cómo es posible que esa representatividad sea efectiva ni cómo se da en términos operativos. No es claro cómo se da esa representatividad entre los consejeros del INE y los representantes de gobierno a nivel de dicho organismo, quienes serían el enlace entre el INE y la ciudadanía. Ni tampoco sabemos cómo ni en qué forma los consejeros representarían los más genuinos intereses de la sociedad civil, ni cuáles son los mecanismos bajo los cuales la voluntad ciudadana queda expresada a través de dichos consejeros y de los demás grupos políticos que participan en el INE. 

Tal vez podría objetarse que los grupos parlamentarios, en tanto congresistas, ya están cumpliendo con esa función de representarnos. Sin embargo, los problemas estructurales que subyacen a la democracia mexicana tornan imposible esa relación. La democracia mexicana, hasta la fecha, es una democracia representativa y muestra serias dificultades, al nivel de sus instituciones de gobierno, para que pueda consolidarse como una democracia participativa. En realidad, el actual gobierno de México es el primer gobierno, en años, sino es que el primero de ellos, en instrumentar mecanismos de participación ciudadana que asemejan los mecanismos de participación más tradicionales definitorios de las democracias participativas, pero dista mucho para que, a nivel de sus instituciones, como ya se mencionó, esa democracia participativa pueda tornarse en una democracia más directa y opere, de hecho, sin obstáculos. Y este es el problema precisamente que encontramos ahora mismo en el INE. 

El hecho de que sus grupos de representantes sean tan reducidos en número y en miembros y el hecho de que no haya mecanismos claros que transparenten la relación de representatividad entre consejeros y ciudadanía, demuestra que esta representatividad es cuando menos dudosa, si no es que ilusoria. 

Por lo tanto, urge que la sociedad civil y ciudanía exijamos claridad a este respecto. 

Por todo lo expuesto anteriormente, concluimos que la representatividad de los grupos de poder en el INE es una no representatividad y exigimos que esta falta de representatividad sea resuelta a la brevedad.

Lo vi por “Canal 34” anteayer; te quedas boquiabierto, te ríes, lloras: pretender engañar y legitimar su mentira apelando a la graficación por computadora. ¿Sabrán los creadores del OpenGL, de macromedia flash, etc. que a tan aviesos fines sirven sus creaciones? 

¿Ha tenido que morir esta niña para que Peña N. no llegue a los Pinos?, ¿a eso hemos llegado? Aunque, francamente, hay días que todo ésto me parece absolutamente fabricado: la niña, la muerte, la madre, el padre, el veredicto, todo. 

Me queda una certeza confortante: después de esto, Peña N. no pasará. 

Y ¿si le han apostado a la victimización para soliviantar en el pueblo simpatías por este hombre? Saben que con el desafuero Andrés Manuel ganó adeptos antes de perderlos. No, imposible, no llegarían a tanto porque aunque cuenten con científicos sociales, imagólogos, psicólogos, etc. de altos prestigio y salarios, éstos todavía no saben cómo hacer predicciones sobre el comportamiento social ante una condición inicial tan escabrosa. 

A veces siento que nunca sabremos qué es lo que pasó con Paulette y por qué sucedió todo ésto. 

Publicado el 2 de junio de 2010 en el blog de Jenaro Villamil a modo de comentario.

"Miss sin Techo"

"El mundo de las modelos es muy bonito y no digamos el de las misses. Está compuesto de cosméticos caros, trajes de alta costura y dietas hipocalóricas que consiguen otorgarles ese aire andrógino y desvaído que tanto gusta a los diseñadores de moda, en su mayoría gays. Bueno, también están las "agotadoras" sesiones de fotografía -ahora ya menos gracias al PhotoShop- y las apariciones en fiestas de revistas de moda, promociones de productos de perfumería, actos "solidarios", etc. Vamos, que apenas disponen de tiempo para relacionarse con esos empresarios tan maduros y selfmade que las pretenden, las invitan a "no-cenar" y a broncearse en sus yates. Sé que generalizar puede ser injusto, pero mis afirmaciones creo que pueden considerarse como estadísticamente correctas.
 
Ahora bien, ¿qué ocurre cuando a una de estas cabecitas enlacadas les da por pensar? Pues, por ejemplo, lo que ha ocurrido en Bélgica. Es cierto que, debido al revuelo mediático organizado, el certamen de Miss SinTecho no se va a  repetir, pero creo que vale la pena referirme a esta noticia. 
 
En efecto, la modelo belga Aline Duportail se puso a pensar cómo arreglar un poquito el mundo y tuvo la genial idea de recoger a varias indigentes de la calle y organizar su propio concurso de miss. Su madre, lejos de quitarle la idea de la cabeza o darle una bofetada para que espabilara, la secundó entusiastamente con el apoyo logístico de su asociación. En este tragicómico espectáculo participó también una red de tiemdas de segunda mano parecida a nuestra Traperos de Emaús, llamada Televil. También colaboraron económicamente diversos negocios locales -pequeños y grandes- que esponsorizaron la ocurrencia.
 
Lo mejor de todo es el premio a la ganadora: un año de alojamiento gratis.Así que, las indigentes fueron aseadas, vestidas y maquilladas y desfilaron durante 5 veces hasta obtener su corona. Qué tiempos estos en los que la dignidad de una mujer vale lo que cuesta un año de alquiler. El concurso lo ganó una sintecho de 58 años que, imagino que a la tranquilidad de dormir caliente un año, sumó la vana ilusión de sentirse un ser normal e integrado en la sociedad aunque sea de esta forma circense.

Madre Coraje y su hija ya habían fomentado el año pasado otra iniciativa tan "original" como la elaboración de un calendario de sintecho desnudos, con una performance igualmente nudista por Bruselas, en la que lo épatant consistía en ver juntos el bello y joven cuerpo de la modelo junto a los viejos y maltratados de los sintecho.

Quedo a la espera de la próxima idea salvadora de este simpático dúo que, con los tiempos que corren, no me extrañaría que llegasen a presidentas del gobierno belga. 

A todo esto, y viendo las fotos del solidario evento siempre, me he preguntado lo mismo: ¿por qué razón a una mujer fea no se le permite presentarse a un concurso de Miss pero a una modelo tontaina se le ofrece una tribuna para expresar sus profundos pensamientos e incluso escribir columnas en los diarios? Supongo que tiene que ver con los malos tiempos que corre la cultura en nuestro mundo, pero también con este problema radical: con un simple vistazo, divergencias subjetivas aparte, se sabe si alguien es guapo o no. Detectar la belleza o fealdad física es un acto casi inmediato, apto para cualquiera. Pero para apreciar la inteligencia es imprescindible ser inteligente. En fín, esto da para otro post. En el de hoy solo quiero hacer uso de mi paralelismo favorito para terminar. Imaginaos un concurso de Miss Auschwitz: la más guapa no será envíada a la cámara de gas hasta el próximo año. Qué hermosa iniciativa hubiera sido ¿verdad? No propongo lo de posar desnudos, porque he visto fotos de Auschwitz y, por lo visto, eso ya lo hicieron."

Dizdira Zalakain

“Mi obra” y un móvil alrededor de ella

Cuando hablo de que buscan invisibilizar mi obra, no significa que esté interesada en que se visibilice, simplemente me estoy refiriendo al móvil de la gente que está acosándome. Además, como ya he mencionado en otras ocasiones, cuando digo “mi obra” utilizo la frase de manera descriptiva para referirme a una designación genérica que suele atribuirse a un conjunto de objetos, de cualquier naturaleza, que ha sido creado con algún fin. Si alguien cree que utilizo la designación “mi obra” en un sentido del arte, entonces esa persona necesita entender que está depositando en mis palabras una acepción que no me pertenece.

Esperanza de Manual

La esperanza es un rayo que efluye de nosotros y, un día, la enfermedad general de la sociedad o el desconsuelo, se lo lleva. Por eso, mantener la esperanza en estos días, se torna en un mecanismo de defensa autoaprendida –en una estrategia de espantosa alienación– que, si bien nos protege de los embates del colectivo, al mismo tiempo nos aleja de la posibilidad real de cambiar desde sus más reales estructuras todo aquello que nos aqueja. Por eso, aunque moleste al más fiel de mis lectores, para mí la esperanza se ha convertido en un lastre, en una forma de la fe que nos lleva al autoengaño y, más en el fondo, en una forma de egoísmo. En una plegaria que rezamos cuando nos sentimos impotentes y resulta más cómodo “enconcharse” –esa palabra extraña pero necesaria en estos momentos, por insustituible–, que salir a la realidad, encararla y hacer algo de fondo, para que cambie, en vez de rezar. Muy horroroso todo el mecanismo de la esperanza. Una forma de la fe y el autoengaño que estos días no tolero. Hipocresía burguesa, o pequeñoburguesa, que no nos lleva a ninguna parte más que al (provisorio) bienestar individual. ¿Esperanza? Inacción. ¿Esperanza? Autoconsolación. ¿Esperanza? Zen egoísta de carácter yoico lleno de individualismo. ¿Esperanza? Falsa sanación, falsa camino. Esperanza que invoca una sociedad agrietada que lo único que sabe hacer es rezar padresnuestros de treinta y tantos centavos para que el cielo no se le venga encima. Me da asco la sociedad y su esperanza cristiana. Nada ha cambiado. No puedes pasar de la indolencia, como por arte de magia, a la esperanza, sin haber hecho nada real por tu sociedad. Eso se llama ser acomodaticio, buscar la autoaceptación y la aceptación mostrando una plegaria vacía de acciones para congratularte con la sociedad. Se llama buscar el perdón entre el pópulo mostrándote poseedor de una falsa humildad que te homogeneiza a los otros, sin haber hecho nada real (como los otros) por los demás. Se llama llano egoísmo y llana enfermedad social. La esperanza en 2021, ante el contexto de la pandemia, se llama oportunismo. La esperanza es el canto automansturbatorio que se canta la sociedad a sí misma para celebrar que no ha muerto —en parte gracias a su egoísmo—, como ya murieron los otros. Y en verdad sé que existen faros que no inciden en esta caracterización y tal vez por ese grupo valdría la pena conservar nuestra fe en la esperanza, pero, ¿entonces?, ¿cuándo recibirían sanción los que sí han hecho el daño solo porque tenemos que precavernos de este tipo de señalizaciones en aras de los que no lo han hecho? Se me hace un acto de una hipocresía colosal y de un pequeñoburguismo a cuál más, intolerable. ¿Cómo puede haber esperanza, si se ha revelado que la sociedad, como tal, es un monstruo? Discúlpenme, queridos lectores circunstanciales, detentadores de la esperanza —enajenados o no—, pero yo de su sociedad de la esperanza, me deslindo; su sociedad de manual que no encara los hechos más puramente existenciales que son necesarios para nuestra pervivencia aquí en la tierra, no sirve.

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