Canto σ de interpolación a la noche

Entre bastidores, se oculta el silencio.
Entre bastidores se acolcha una sonrisa cruel apoltronándose en el tiempo.
Nada sin su no risa no cobra vacuidad.
Nada sin su vacuidad no es una copia impalpable de la no Amazonia.
Desecho ruin en donde se hielan las sonrisas y se acicala el fuego.
¡Oh, soledad! ¡Oh, amor! ¡Oh llantos siniestros en donde se hunden las tonalidades!
¡Oh dientes cansados de carnosidad pétrea!
¡Oh, luna! ¡Oh insatisfacción!
¿Cómo no robarle este canto a la noche?

Un lateral-abismo

Yo no siento que haya una pared por la que pueda escalar, de hecho, siento un abismo, un abismo, sin embargo, que se extiende a mis lados. No, no un abismo debajo de mis pies al cual yo pueda observar mientras asciendo por alguna torre, sino un abismo lateral que expande de alguna manera mi percepción de las cosas al infinito. Así, el abismo real, estaría cerrado —sería como una pared que me porta— y el abismo irreal (irreal entrecomillas porque en mi mundo es perfectamente real) me acompañaría a todas partes como lentes, o catalejos, o microscopio que hace un zoom al revés y todo lo agranda, a todas partes. Me sería imposible, entonces, acercarme mucho a las personas, habría siempre una vecindad sobre la cual se extiende este abismo por el cual, la gente, tendría que acercarse a mí con formas tubulares para comunicarse conmigo, formas para hacer pasar el sonido y gritar cosas como, ¡¿cómo estás?!, ¡¿todo bien allí?!, aunque no nos comunicamos mucho contigo, nos importas y te vemos y estamos al tanto de ti. Entonces yo los vería con mis ojos agrandados y algo perturbada; no, más bien perpleja y contestaría, sí, todo bien, solo háganme pasar por sus catalejos alguna charola de comida, por favor, que tengo muchísima hambre y los de door dash no me han traído nada en días. Después continuaría con mis trabajos y me habría habituado en tal forma a este abismo lateral que dormiría plácidamente en mi cama, emitiendo quizá hasta un sonido perentorio poco descriptible, sin ni siquiera ser consciente de que en realidad duermo en un abismo. Un abismo que es blanco, por cierto. Un abismo, también, que tiene paredes de vidrio por las que es posible observar las cosas y ser observada. Un abismo que me hace ver lejos y cerca de las personas. Un abismo que es como diez años luz de distancia para recorrerlo o salir de él. Y nada, suena raro, pero yo estoy dentro de este abismo.

Ataque de la #redamlo, una red de infiltrados

La semana pasada recibí varios ataques de la #redamlo porque desmantelé que es una red infiltrada que controla gente allegada a Felipe Calderón. Lo supe o, más bien me di cuenta, porque hay un montón de perfiles allí de los que utilizan contenidos en mi blog para elaborar tuits que ellos distribuyen. Perfiles que, además, formaron parte del ataque. Tal vez más adelante pueda hacer un parte más pormenorizado de esto. Por lo pronto, la advertencia es, la psicópata que me ciberacosa y que se dedica a utilizar mi blog para crear perfiles falsos en Twitter, administra varias de las cuentas que están incrustadas en esa red. Estas personas, por cierto, no solo utilizan el contenido tangible de mi blog, sino que utilizan fragmentos de charlas que mantengo en privado con mis allegado en los tuits que fabrican dado que, como ya lo he explicado antes, el ciberacoso que organizan sobre mí incluye el espionaje a mis dispositivos electrónicos. Por cierto, algo que descubrí y que espero poder demostrar más adelante cuando tenga más tiempo, es que compran lotes de perfiles desactivados que luego reactivan. En los mismos publican prefechados o a posteriori diversos tuits en los que he podido comprobar que están plagiando mis textos. He aquí algunos de los perfiles que tengo detectados que utilizan mis contenidos: @FabyMx, @cevalloslaura, @EmmaJhel, @Betty_Couder, @ukiokoungi, @anaililmi, @Loshit4, @CPJannyBarrera, @vanesaesquer, @marysol2606, @valenciavegamp, @ScaramoucheCDMX, pero son muchísimos más, sin embargo por el momento solo me es posible mencionar estos. El quid aquí es que esto está perfectamente instrumentado y que dichos perfiles son perfiles fake. Por cierto, ese día que recibí el ataque utilizaron para “contraargumentarme” las frases que yo mismo utilizo en contextos similares o en contextos de disputa con mi familia y allegados cuando interactúo con ellos. El ataque además fue muy sincronizado. Tiene sentido porque yo había dejado días atrás, en el editor de mi Tablet, el tuit en el que le pedía al sujeto que me había incluido en un mention por el que se desató el ataque, que me excluyera del mismo por estar arrobándome con gente que se dedica a parafrasear mi blog, entonces, como ya mencioné, dado que todos mis dispositivos electrónicos están intervenidos, pudieron tener conocimiento por adelantado de esta maniobra por lo que su respuesta ya estaba preparada. 

Por favor, abran los ojos, hay gente que está interesada en mantener al país polarizado.

Además, menciono algunas otras de las cuentas que se dedican específicamente a acosarme y a parafrasear mi blog, que gestiona esta misma psicópata y/o psicópatas: @Krautrock_, @miriam_junne, @glodejo07, @soyladycorrales, @muysufrida, @lovrega, @MyLifeAsThunder, @Berenoza, @VianeyEsquinca, @FabyMx, @Pilar_diz, @adrifadi, @laurapmd_, @FannyVG50, @BilaPao, @rominapons, @laura_lecuona, @sonate_bleu, @marthacajigas, @chrisella80m @deloquenohay, @doctoraglas, @amerikamoreschi, @DannaVR, @rosariomelusina, @alejandraemeuve, pauletta_sofia, @Enea_Salgado, @_noctua_, @ovejaelectrica y un largo e inacabable etcétera. 

Es importante además señalar que siguen de pe a pa mi ruta intelectual y mis lecturas --puesto que me espían-- y mencionan mis temas, mis lecturas, los libros que esté leyendo, los temas que me obsesionan, en cada una de estos perfiles, separados o distribuidos en cada uno de ellos. A un perfil, le adjudican una cosa, a otro, otra y así, ad infinitum.

Evidentemente ya no siento el mismo interés que solía sentir hace algunos años en hablar de política, habiendo descubierto, como he descubierto, hasta qué punto manipulan la afectividad de las personas para mantenerlas en estado de aletargamiento. Sin duda, continuaré hablando del tema.

Por favor, hay alguien que me odia mucho, que es quien está detrás de todo esto, tomen en cuenta eso y entenderán hasta qué punto hay coherencia en todo esto que narro.

La vida en todo su esplendor

La dificultad de ser un ente no libre, que no acude al juicio, radica en que estamos moldeados por nuestra propia conciencia, y ésta, por nuestros lazos sociales; quien no entienda esto, no solo es alguien que vive en la más profunda inedia espiritual, sino alguien lindante en la psicosis. Si se habla de comunidades interpretativas, si se habla de psicologías individuales resultado de psicologías sociales, si se habla de vida en comunidad, si se habla de ética, si se habla de moral es porque estamos vitalmente entrelazados unos con otros, y esa vitalidad y ese enlace es una fuerza que trasciende cualquier filosofía pitera barata que aspira a estructurar las ínfulas más exasperadamente patéticas del sujeto postmoderno. Ergo, sí, hay consecuencias, hay acción y reacción, si hoy alguien golpea a un tercero y recibe una pedrada al día siguiente no es solo porque se trate del tema de la venganza en la obra de Juan Rulfo, es porque quien obró con malicia y alevosía en el primer caso está inexorablemente enfrentado a las consecuencias de sus propias acciones el día de mañana. Si no me creen, pregúntenle a quien enfrenta hoy un juicio político por haber alterado el año pasado las cifras de su inventario contable para comprarse un coche. Si la justicia no alcanza a ser repartida en forma eficiente entre todos los hombres, no es porque ésta sea ineficiente, es porque somos demasiados. Es porque estructuralmente estamos incapacitados para comprobar que en todas y cada una de las casas que hay en este mundo es impartida con imparcialidad la justicia. Puede ser que haya más psicópatas de los que materialmente estamos capacitados para mantener en la cárcel, puede ser incluso que nuestros sistemas penales y legislativos estén llenos de baches y lagunas legales que hay que reparar, pero lo que no falta, y eso creo que le quedará muy claro a cualquiera que me lea, es ecuanimidad para determinar cuándo algo es éticamente correcto y cuándo no lo es, cuándo alguna acción o algún acto violento daña la reputación, la moral, o la seguridad emocional de alguien y cuándo no lo hace, salvo que, claro, se padezca de algún trastorno o déficit social y se pretenda vivir en algún coto en el más allá de lo moralmente aceptable en el que no impere la justicia. Pero eso, me lamento, solo pasa en los cuentos de hadas. La verdad, que es la justicia, tarde o temprano cae por su propio peso. Es innecesario que se llame karma o ley del talión, basta y sobra con que se llame la vida en su acontecer histórico.

Rostros apostasiados: lectura eferente

Un cianotipo de lo que habíamos acordado había quedado en una de las cajoneras del escritorio, al recogerlo para continuar al día siguiente con los trabajos de construcción de las maquetas, noté que había debajo de la impresora de al lado del escritorio una fotografía en la que yacíamos los tres luciendo blanquecinas, relucientes y casi metafóricas sonrisas, como si cada una de ellas significara nuestros anhelos de perfección, de ser algo grande en el cosmos de naturaleza inalcanzable que nadie más había sido. Había también en las mismas algo de hipocresía, a decir verdad; no, corrijo, no era hipocresía, era impostación, como si hubiéramos estado forzados a desplegarlas. ¿Quién o qué hizo que años después cambiaran nuestros rostros tan radicalmente? El tiempo, solo el tiempo tuvo la respuesta.

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