Persuasión, Manipulación y Poder. Marketing y Medios de Comunicación.
domingo, 30 de mayo de 2021 by Eleutheria Lekona
domingo, 30 de mayo de 2021 by Eleutheria Lekona
Posted in: Manipulación, Marketing, Medios, Persuasión, Poder | 0 comentarios | |
miércoles, 22 de julio de 2020 by Eleutheria Lekona
Cosas que deberían ser consideradas
crímenes de lesa humanidad y no lo son:
*Propagación de
fake news o noticias falsas.
*Inducir en la
opinión pública creencias engañosas a través de mentiras.
*Permitir que
alguien abuse psicológicamente de un tercero en un centro laboral, en un centro
educativo o en cualquier otro centro de cualquier otra índole.
*El bullying,
el acoso escolar, el acoso laboral y el mobbing.
*El acoso
cibernético o ciberbullying.
*El plagio, la
implantación de personalidad, la creación ficticia de perfiles falsos en
Internet para apropiarse de la propiedad intelectual de otras personas y otros
delitos informáticos similares.
*Hackear y
espiar cibernéticamente a alguien.
*El acoso
selectivo en redes sociales volcando sobre un individuo focalizado tandas
industriales de odio sin razón alguna, por el puro afán de fastidiarlo, a lo
cual habría que denominar sin pelos en la lengua, con el mote de “crímenes de
odio”.
*La creación de
posverdades, sin sustento alguno, en donde puede probarse el uso de marketing y
el contrato de empresas informáticas, como en el caso de Cambridge Analytical,
con el propósito de impulsar candidaturas políticas, manchar y lacerar la
imagen de algún político en particular y crear en general un clima de
animadversión política y descalificaciones.
*Los chismes,
las difamaciones, las calumnias con fines políticos, cuyas consecuencias
podrían impactar en forma onerosa en una nación, una economía entera o un grupo
social mayoritario.
*Maltratar a
cualquier animalito o hacer cualquier cosa que ponga en riesgo su integridad
física. Las personas que agreden físicamente a un animal deben ser directamente
entambadas a los entramados de una cárcel. El maltrato animal es un predictor y
un indicador de psicopatía y una persona que ha maltratado a un animalito puede
fácilmente agredir a cualquier persona o cometer cualquier otro delito. Además,
en sí mismo, el maltrato a los animales es una crueldad desmedida que debe
castigarse sin clemencia.
Una sociedad que ama y cuida a sus
animales tiene un buen chance de ser una sociedad más cooperativa, o de
convertirse en una sociedad más empática y compasiva con su entorno, que puede
generar mayor bienestar, en todos aspectos, para sus miembros, de lo que podría
serlo una sociedad que es cruel, indiferente y poco compasiva con los animales.
El que todas estas conductas no estén sancionadas en nuestros códigos legales,
deja un margen para el abuso, la mentira, la manipulación, y en última
instancia la violencia. Los verdaderos actos violentos que nuestra sociedad
comete, no son, como nos imaginamos —aunque sí lo son por supuesto—, los que
nos retrotraen a la imagen de una bomba atómica cernida sobre un campo en algún
desierto, ni son tampoco los atropellos de los abusos policiales que encarcelan
a inocentes y mandan a presos políticos a cámaras de torturas, los verdaderos
actos violentos son los que ocurren antes de que toda esta violencia ocurra y
en realidad son la antesala de esta. Por ejemplo, el cabildear en una cámara
legislativa en donde se permiten y deslizan maledicencias, se ejerce tráfico de
influencias, los poderosos tienen lobbies a su favor que representan sus
intereses de modo que se aprueban leyes que los favorecen y un largo,
larguísimo etcétera, es lo que da pie a toda esta violencia venidera, es decir,
a la violencia posterior a estos actos “civilizatorios” en donde la conducta
humana —la mentira, la envidia, la manipulación y la capacidad de persuadir a
alguien de manera sutil— es lo que verdaderamente desata la otra violencia, la
violencia defensiva que solo se defiende para preservar la vida. Para que haya
un grupo paramilitar reprimiendo y asesinando a luchadores sociales porque se
oponen a la construcción de una represa que les cortará el acceso a ciertos
recursos, tiene que haber antes un marco legislativo que dio pie a la construcción
de dicha presa y asentó sobre su constructor derechos de propiedad. Para que
una bomba se pueda lanzar sobre un cierto poblado para asesinar a miles, tuvo
que haber previamente un grupo cabildero, que consigue patrocinadores en el
congreso, que ayudará a financiar los trabajos de fisión nuclear necesarios
para construir dicha bomba. Los medios de comunicación hegemónicos también
ejercen control supremo sobre las personas, influyen en sus creencias y, en sus
decisiones, a través de su maquinaria propagandística, pueden llevar a alguien
a cambiar de opinión y tomar una resolución que a priori no estaba allí ni se
hallaba en su imaginario. Los medios de comunicación también tienen la
capacidad de manchar la imagen de una persona y perforar en ella, modelar una
idea preconcebida y esculpir una faz de una persona de cara a la opinión
pública, que en realidad poco tiene que ver con su verdadera naturaleza. Los
medios manipulan y editorializan las palabras y las opiniones de las personas y
son capaces de influir en la percepción que tenemos de las cosas, de una figura
pública o de un acontecimiento en general. Los medios también utilizan su
inmenso poder para influir en nuestras opiniones y llevarnos a adoptar
creencias claramente erróneas y nocivas muchas veces. Los medios no tienen
escrúpulos en cuanto a los fines que persiguen y muchas veces usan la mentira,
el odio y las difamaciones como los medios más eficaces con los cuales alcanzar
sus objetivos de manera más inmediata. Los medios mismos, además, legitiman
este sistema mismo de creencias, ejerciendo presión psicológica sobre las
personas para colocar su propaganda y muy pocas veces difunden información
veraz cuando se trata de asuntos políticos. Los medios en general son una
herramienta de nuestros sistemas de dominación.
Hemos hablado sobremanera de la violencia considerada como un acto barbárico y
en nuestra cabeza asociamos tales actos con imágenes en donde prevalece el
abuso físico, pero hemos hablado poco de nuestros vicios y muchas veces,
incluso, nos cansamos en escribir grandes mamotretos para presentarlos como si
fueran virtudes. Pero todas esas virtudes o vicios que constituyen a la especie
humana y que hacen de nosotros seres supuestamente racionales y civilizados con
un grado de refinamiento único, en realidad nos colocan muy por debajo de lo
que nos sitúa nuestra capacidad para idealizarnos, y forman parte de nuestras
mezquindades más arraigadas. Esas mezquindades son también constitutivas de lo
que somos nosotros mismos. No solo somos seres que imaginan y conciben hermosas
teorías, también somos seres que pueden utilizar esa imaginación para crear
mentiras, por ejemplo, que pueden afectar a alguien más. Nos encanta pensar en
nosotros mismos como si fuéramos el non plus ultra de la civilización e
idealizamos nuestros aciertos como si fueran capacidades evolutivas nunca antes
vistas. Y peor aún, nos autoidelizamos al grado de mentirnos y engañarnos de
manera única y la prueba más fehaciente de ello es que nos hemos contado la
historia, con arreglo a la cual, la violencia solo puede ser física, y hemos
restringido así nuestra noción de violencia a algo tan nimio, que resulta
irrisorio. Es decir, reducimos la violencia a un acto físico y nos olvidamos de
todas las expresiones no físicas de la violencia, las cuales son más
mortíferas, aun, que la violencia física. Nos hemos otorgado así enormes grados
de libertad para actuar y esto nos convierte en sujetos autocomplacientes. Es
irrisorio, en serio, que dar una paliza a alguien pueda ser violencia y esté
sancionado en algunos marcos legales, pero que la serie de ofensas, mofas y
difamaciones que ocasionó en el otro la respuesta agresiva, no lo sea. En el
entendido, por supuesto, de que dicha violencia física no fue infligida, o no
haya sido infligida, de manera gratuita. Ambas cosas tendrían que estar
sancionadas de igual forma, aunque, por supuesto, con grados sobre cada
sanción. Es como si nos dijéramos: a ver, no, no puedes reaccionar de manera
agresiva si alguien te insulta, pero sí puedes tener malicia y usar esa malicia
—tu carga de malicia— para agredir a otro. Está bien que tengas capacidades
evolutivas para agredir verbalmente, porque no estás dañando físicamente a
alguien, pero está mal que agredas físicamente a alguien, por la razón que sea,
si te está agrediendo verbalmente. Violencia verbal, sí. Violencia física, no.
Violencia psicológica, sí. Violencia física, no. Dañar, mentir, manipular, sí.
Violentarse por esa razón, no. Ser un hijo de puta calculador y racional, sí.
Clamar justicia ante el agravio, no. Con lo cual omitimos que la violencia
verbal puede desencadenar en violencia física y por dicha razón es más
peligrosa, o puede ser más peligrosa, que la violencia física —¿o bajo qué parámetros medir
sus alcances?—, cuando en realidad, creo yo,
ambas cosas deberían de estar mal, y ambas cosas deberían de estar sancionadas,
y, además, como una de ellas tiene la facultad de ocasionar una agresión física
en el otro o de detonar una agresión física en un tercero, debe también
sancionarse —de otra forma y con penas menos punitivas, tal vez, o menos
largas, pero sancionarse a fin de cuentas para controlar, en verdad, la
agresión y aminorar la violencia—.
En lo personal, siempre he pensado que el límite de todas las personas y el límite de todos nuestros actos deber ser la libertad y la vida de los demás y en esto he sido irreductible, y lo reitero, la violencia física y el daño físico a alguien debe permanecer penado, como lo está de hecho, sobre todo si es un acto gratuito, pero de igual manera debe contemplarse una sanción fuerte contra todas aquellas personas y aquellos actos que mediante otras argucias también causen violencia. En la praxis, la verdadera violencia de los seres humanos no es la que se ejerce en un acto de suma barbarie en la que alguien o un grupo de personas salen con un daño físico, la verdadera violencia está en el conjunto de todos los cálculos racionales anteriores a tal acto ejecutado —los cuales pueden involucrar prácticas manipulativas, calumnias, difamaciones, etcétera— que una persona o un conjunto de personas realiza para imponer su voluntad sobre otro. Hay una violencia previa que ocasionó siempre la violencia física, la violencia que se ejerce en los actos y causa un daño irreversible sobre las personas. Esta violencia previa es una violencia no física y como ya lo expliqué líneas más arriba esta violencia se despliega en formas menos obvias, o menos onerosas, por medio de mentiras, calumnias, indirectas, ejerciendo presión social o presión psicológica sobre los individuos —acoso, bullying, extorsión, soborno, chantaje—, los cuales a su vez pueden darse en medios laborales, en el campo legislativo o en los congresos, a través de lobbies, ongs, los grupos cabilderos, cortes, en colectivos diversos, en la escuela y en general en todo grupo social en miniatura o en grande. Lo más aberrante de esta violencia, además, es que ahora contamos con medios y dispositivos electrónicos a través de los cuales esta violencia se difunde de manera expansiva. Las redes sociales, las fábricas de troles, los centros de bots, los tabloides mediáticos mismos, los perfiles falsos, el lawfare, las fake news, etcétera. Estas expresiones sutiles de la violencia son tan violencia como la violencia misma y pueden desencadenar respuestas físicas sin parangón y un daño irreversible en las personas. De allí que resulte tan desagradable que se clasifique la violencia. Es de hecho violento hablar de tipos de violencia. E injusto. Y es violentador. Si lo pensamos detenidamente, todo acto de violencia es un acto de poder y siempre que hay un acto en el que intervienen individuos nos estamos enfrentando a pasiones humanas. Por eso considero que es un logro el que la violencia y las agresiones físicas estén sancionadas en forma tan contundente en nuestros códigos penales, es un logro y es un paso de grandes magnitudes hacia una sociedad mejor, pero es un retroceso que todos los actos no físicos que desencadenan la violencia y que generalmente son actos verbales no estén penados de igual forma. Muchas veces, incluso, los logros en materia penal para sancionar la violencia física son obstaculizados por la corrupción y la violencia no física. Una persona con dinero puede sobornar a un juez, por ejemplo, para no ir a la cárcel después de haber infligido violencia física sobre alguien, como usualmente sucede, pero una persona pobre que haya cometido violencia física irá igualmente a la cárcel. Además, indudablemente, quien cometa violencia verbal y goce de influencias o de palancas, probablemente no irá a la cárcel.
¿Por qué la urgencia de sancionar la violencia verbal no física? Porque nuestra sociedad se ha transformado en tal forma, depende en tal
modo la verdad de las cosas o la honra de una persona de las manipulaciones que
un psicópata cometa —o de las postverdades—, o de lo que un tabloide de tv
diga, etcétera, que no es posible que dichas calumnias no queden sin sancionar,
dado que esa falta de castigo sería ejemplarizante para los demás. Sería,
literalmente, una invitación a la violencia, un premio a la misma prácticamente,
no contar con esas sanciones, como lo es, de facto.
Finalmente, si no es posible que en nuestras sociedades se instituyan penas
tangibles contra estos crímenes porque quizá la nuestra es una sociedad no
coercitiva, o una sociedad que teme serlo o que teme violar garantías
individuales en el intervalo —por la subjetividad que puede haber algunas
ocasiones en determinar la severidad de tales delitos, etcétera—, entonces, la
sociedad en sí misma debe ser capaz de marginar a quienes actúen de manera tan
dolosa, de imponer de alguna manera alguna veda sobre quienes hayan actuado de
manera tan amoral y abyecta sin lesionar sus derechos; sin embargo, debo
señalarlo, nuestra sociedad está moralmente tan atrasada, es tal el letargo
moral en el que vivimos, que la realidad es que muy pocas sociedades son
capaces de implementar este tipo de penas sin incurrir en abusos igual de
excesivos que los primeros. Por lo cual, mi consejo sería que cuando se
instrumenten este tipo de prácticas, siempre actúen grupos pequeños o personas
que por iniciativa propia manifiesten su inconformidad sin fomentar el odio y
ofreciendo discernimientos éticos y racionales en sus argumentos. Las personas,
cuando actuamos en masa, podemos ser más estúpidas de lo que imaginamos, y por
eso es importante que cualquier consigna, eslogan, o creencia política que
adoptemos, la adoptemos siempre por convencimiento propio y de manera autónoma,
sin que haya alguien persuadiéndonos en Instagram, Facebook, Youtube o por
cualquier otro medio. Es importante inspeccionar una idea antes de adoptarla,
no solo en su contexto y no solo en los datos duros que aporta y en los datos
duros que la sostienen, sino, principalmente, en su génesis histórica.
EPÍLOGO
Las ideas pueden ser adaptables o no, a un contexto económico, político,
antropológico o de cualquier otro tipo y es necesario analizar tales contextos
a la hora de adoptarlas para determinar su factibilidad. Las ideas, aunque
parezcan atractivas o incluso embriagantes, pueden ser completos disparates si
se analizan a cabalidad y pueden traer más mal del que supuestamente están
abocadas a combatir, o a trocar por un denotado bien. El costo moral, económico
y político que muchas veces implica adoptar tales ideas no siempre es fácil de
mensurar y algunas veces pueden pasar incluso años, antes de determinar o poder
cuantificar la magnitud de ese daño, pero sería mucho más fácil y más simple,
estudiar y analizar la viabilidad de tales ideas antes de adoptarlas que pagar
los costos sociales o de cualquier otro tipo por haberlas adoptado
irreflexivamente. En el fondo, cuando se adaptan ideas, estas de alguna u otra
manera se ponen en práctica y éstas, también, pueden incluso cristalizar a
través de algún código legal y dar cauce de manera secundaria a que se creen
las condiciones que van a dar pie a cometer o instaurar violencia, propagarla,
instigar a esta, maquillarla, disimularla o incluso tolerar su ocurrencia. Una
idea contra la violencia puede ser un perfecto subterfugio para aplicarla si no
pensamos analíticamente su utilidad y, sobre todo, si no limitamos los actos y
actitudes en el presente listado que solapan la violencia, la disfrazan y la
instrumentalizan sin que haya posibilidad de sancionar a sus estúpidos
perpetradores. LUdd08'23. LUdd09'23.
Posted in: Ética, Manipulación, Medios, Opinión Pública, Psicopatía | 0 comentarios | |
jueves, 27 de febrero de 2020 by Eleutheria Lekona
Posted in: Comunicación, Medios, Opinión Pública, Sociedad, Vídeos, Youtube | 0 comentarios | |
martes, 7 de mayo de 2013 by Eleutheria Lekona
Anda en las redes el rumor de que, con la cooperación del MOSSAD (el servicio
de inteligencia israelí) el país imperial mandaría a enfermar a Chávez. Una de
las personas que está investigando esta posibilidad es la abogada y periodista
Eva Golinger a quien he tenido oportunidad de leer en un libro coescrito con el
canadiense Jean-Guy Allard en donde documentan la injerencia yanqui en América
Latina en los últimos años (por cierto, ni Enrique Krauze ni Mario Vargas Llosa
salen bien parados allí). La verdad es que no tengo la más remota idea de si
esto sea posible y no voy a dar crédito a la teoría hasta que salgan a luz
pública las pruebas incontrovertibles de ello; la gente se enferma de cáncer,
aunque también es verdad que los indios de América, me parece, son menos
proclives a esa degeneración de las células. No sé, especulo. Pero así como no
le voy a dar crédito a esto, tampoco lo voy a descartar a priori. Me mantengo
escéptica.
De acuerdo con Golinger esto mismo se habría intentado ya (aunque sin éxito)
con Fidel Castro, por ejemplo. Seguro todo mundo que se informa por Internet ya
vio los vídeos y hasta la página de un organismo civil en EUA exigiendo al
gobierno la desclasificación de la información CIA sobre Chávez.
Más allá de los probables visos conspiranoides de esta teoría y con
independencia de su probable falsedad —o verdad— lo cierto es que Washington
debe andar levemente preocupado, pues la muerte de Chávez ha parecido despertar
cierta conciencia dormida en algunos. Lo digo por las reacciones que he visto
en redes.
Quiero decir a este propósito —me refiero a la pujanza de Chávez— que veo en él
la estatura de un Bolívar. Por supuesto, no ha faltado gente (como un amigo)
que ha tildado de muy soberbia la negativa de Chávez a abandonar el poder hasta
la hora de su muerte. Pero yo me pregunto si no será, más bien, la soberbia del
hombre postmoderno (su dios para sí mismo) lo que le impida en un acto de
humildad reconocer en este hombre a un titán (o en cualquier otro). (La gente
puede adorar a Ladies Gagas y dioses del fútbol, pero cuidado con admirar —o
adorar— a un hombre que entregó su vida a asistir a otros y liberarlos; cuidado
con eso, eso no se puede).
Hay muchas premisas falaces (y de la pereza) que se suelen esgrimir ante
hombres como estos; una es decir que estos hombres suelen subestimar la
capacidad de sus pueblos para salir adelante sin ellos. La verdad, es que esta
posición yo no la comprendo y me parece una mala lectura de la Historia, porque
lo que hace, justamente, es subestimar el deseo de los pueblos —que se supone
es un principio democrático— de escoger a sus gobernantes. Los pobres
venezolanos, como muchos pobres del mundo, conformaban las filas de
desheredados de la tierra, los desarrapados del mundo que el capitalismo expulsa
como escoria. Chávez vino a restituir de su dignidad a esta gente y
fácticamente les dotó de mejores condiciones de vida; luego, entonces, no es
que haya sido una soberbia de Chávez lo que lo mantuvo en el poder durante
catorce años, sino la libre voluntad del pueblo que volvía a reelegirlo en
elecciones libres a lo largo de todo el tiempo que gobernó (en la última
elección de octubre del año pasado, votó por él cerca del 60% de la población
electora). A veces no entiendo, cómo personas que creen en la democracia,
pueden llegar a tan desafortunadas conclusiones (por contradictorias).
Por otra parte, como le decía a este amigo, la no reelección es un principio
antidemocrático. No es la duración de un mandatario en un puesto el mejor
indicador —o criterio— para medir la salud de una democracia; ni tampoco, por
otra parte, las supuestas democracias occidentales han constituido ser el mejor
gobierno. Como caso, le cité al rey filósofo, Federico II de Prusia, que fue la
encarnación viviente de los llamados despotismos ilustrados y que, en el caso
del despotismo de este rey, se trató de un gobierno más fecundo y más benéfico
para sus súbditos que muchas de las actuales supuestas democracias.
En fin, temas.
Publicado originalmente el 7 de mayo de 2013 en mi cuenta Facebook, en este enlace: https://www.facebook.com/checkpoint/828281030927956/?next=https%3A%2F%2Fwww.facebook.com%2Fje.suis.eleutheria%2Fposts%2F276164765849158
*Se publicó el 27 de diciembre de 2023 en el blog.
Posted in: Chávez, Democracia, Medios, Política | 0 comentarios | |
No hay palabras para expresar la dulzura de sentir que existe todo un mundo del que el Yo se halla totalmente ausente.
Sofia Kovalevskaya
“La formalidad rigurosa de la sintaxis, sólo tiene sentido cuando detrás de ella se encuentra la riqueza creativa de la semántica”. José Alfredo Amor Montaño
¿Sabes qué pasa? Que no me había percatado de que tuviste a bien responder al último comentario que hice en "Despierta Libertad". ...
Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adapto a mí misma.
Anaïs Nin
"...México es un país extraordinariamiente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano [norte]americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos.
México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros."
Entrada del diario de Richard Lansing, secretario de Estado del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, en 1924.
"Si tengo la desfachatez de creerme en posesión de la verdad es porque nunca he amado nada sin a la vez odiarlo."
E. M. Cioran
"Porque el mundo del que somos responsables es éste: el único que nos hiere con el dolor y la desdicha, pero también el único que nos da la plenitud de la existencia; el que nos ofrece un jardín en el crepúsculo, el roce de la mano que amamos; esta sangre, este fuego, este amor, esta espera de la muerte. Este deseo de convertir la vida en un terruño humano."
Matamos lo que amamos.
Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca.
A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia,
a veces menos.
Matamos lo que amamos.
¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con
un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos.
Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la
esperanza es poca
y el dolor
no se puede compartir.
El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.
Ah, pero el odio,
su fijeza insomne
de pupilas de vidrio;
su actitud
que es a la vez reposo
y amenaza.
El ciervo va a beber
y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.
El ciervo bebe el agua
y la imagen.
Se vuelve
—antes que lo devoren—
(cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.
Damos la vida sólo
a lo que odiamos.
ROSARIO CASTELLANOS
Que me conmines al caos no me aleja de ti ni de tu pretendida astucia para olvidarme. Ya no más celeridad en medio de estos días calmos. Te quiero a ti cual Luna clara en medio de la noche, pareces perla primigenia suspendida en un vacío sin fondo. Llegaré a ti vestida de blanco por si aún te atormenta la ausencia de colores en mi silueta.
¿Quieres escuchar mi voz? Entonces tómate la molestia de escuchar también mi canto. Lograrás aprehender las notas de mis melancólicas melodías y las cantarás después, mucho después de la puesta del Sol, cuando yo ya no esté aquí, sino observándote oculta tras un árbol milenario; entonces estudiaré tus movimientos, tu manera de mirar hacia el horizonte, tu forma de postrar la cabeza cuando –pensativo, ausente o triste- escoges la tierra como receptáculo de tus cavilaciones. Estarás en una isla desierta, sabrás apreciar con todos tus sentidos la belleza de un mar salvaje con cielo eléctrico o la tristeza de un sol abrasador sobre el océano amigo. Pero no memorizaré tus movimientos, sólo los contendré infinitamente en mi alma.
ELEUTHERIA LEKONA
“Es obligación de los pueblos reaccionar cada vez que el engaño pretenda alzarse para posponer la verdad.” Salvador Allende
No eres un asidero al cual yo vuelva para paliar mi soledad o mis tristezas. Tú eres mi soledad y mis tristezas.
Eleutheria L.
Defensa de la alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
MARIO BENEDETTI
Había venido desde lejos a buscar el sol y el sol hallado al fin, me era hostil. ¿Y si me lanzase desde lo alto del acantilado? Mientras hacía consideraciones más bien sombrías mirando a la vez los pinos, las rocas y las olas, sentí de repente hasta qué punto me encontraba sometido a este bello universo maldito.
E. M. Cioran, “Ese maldito yo”
-¿Cenizas? No, yo quiero que los gusanos me roan… que el hedor de mi carne descompuesta azuce a las criaturas del subsuelo. Y yacer envuelta por la tierra.
Eleutheria L.
Escogiste un derrotero de mediocres. El confort de la lejanía. La tibieza de la duda. No una vida vivir. No amar. No ser. Asirte, en suma, a la pregunta metafísica. Al tormento de la nada y renunciar a la lluvia, a las estaciones, al Sol, a los días.
Eleutheria L.
La humanidad permanece irremediablemente en la caverna de Platón, gozando todavía -su antiquísima costumbre- con meras imágenes de la verdad.
Susan Sontag,
On Photography
Cómo quisiera acariciarte con mis palabras…
Rozar tus oídos con mi boca y,
como una danzarina loca,
bailar en rededor tuyo…
Bajo esta lluvia o fuera.
Eleutheria L.
Escucha la pequeña belleza, grillo, escúchala que tú también cantas y con tu música haces de mis oídos laderas de tu voz, de tus historias de silente hablante.
Sé que la escuchas grillo porque ya no hablas y que, lejos, compartes conmigo esta eufonía.
Recuerdo cuando fui luciérnaga y paseaba contigo por el pasto –mojado- y gotas de agua nos bañaban.
Recuerdo grillo, tu compañía de saltarín, de cuasi-saltamontes, en estas geografías de enebro y tulipán y el viento fuerte sobre nosotros tirándonos y nosotros que sobrevivimos a él para transformarnos en gaviotas o en hombres que, como la alegoría del andrógino, buscarnos después –perdidos y nauseabundos de nosotros mismos, revulsivos, grillo.
Yo no supe grillo, del confort de tu cacofonía –que a mí me pareció melopeya vulgar, anodina (no como tú, grillo).
Grillo veraniego, grillo nocturno, de invierno, de casas de campo, de descanso, lejos de mí, a través del viento; frente a un cristal-espejo de mis melancolías. Grillo eterno, de siempre, sempiterno, en lontananza que inventa que le pienso, que te pienso grillo lejos de mí sin sucumbir en mí.
¿Por qué eres grillo?, ¿Por qué ya no eres rostro, ni manos? Grillito tonto. Haces que me parezca luego a una mantis y me crea que Dalí habla de mí en sus libros hechos de moho en bibliotecas de moho también.
¿Ves cómo todo es hermoso, grillo? Desde tu canto, tus manos de grillo, tus ojos de grillo, tu estúpido mirar de grillo incólume que no se inmuta ni frente a una carcajada en contra de él (así es el grillo –ni hablar).
Los grillos me acompañan desde aquellos viajes de infancia. El grillo –con su canto- anunciaba la llegada al lugar. El bosque tropical hacía su aparición, me apeaba ansiosa de clavarme en la agua de aquella poza artificial. El grillo había parado de cantar y me dejaba a mi suerte; me prometía al oído mi libertad para aquellos días y me dejaba tomarme mi raspado de tamarindo después de la chapuza-chapuzón.
Grillo veraz y atroz, delator. Le caían mal mis gatos –de siempre- porque de siempre el gato –necio- me seguía; como hasta ahora que los gatos me siguen.
Y era un grillo pérfido también -¿te acuerdas de la palabra, amigo cometa?
Y un grillo manantial y páramo y erial y nada. Monocorde.
Y no entiendo cómo pueda haber tantos grillos en el mundo y, de tantos, aparezcas tú, hayas sido tú, -¿por qué grillo?
Me vienes tanto, grillo.
Pero ir hacia la oscuridad en la claridad de tu vaivén, de tu huida, de ti que no comprendiste, grillo del tiempo.
Por Eleutheria
Sólo el pensamiento que se hace violencia a sí mismo es lo suficientemente duro para triturar los mitos.
Max Horkheimer y Theodor W. Adorno
Preserva tu derecho a pensar, puesto que incluso pensar erróneamente es mejor que no hacerlo en absoluto. —Hypatia de Alejandría—.
Copyright 2007 | All Rights Reserved.
MistyLook made free by Web hosting Bluebook. Port to Blogger Templates by Blogcrowds.