Tras comentar un post –con declaraciones aventuradas desde mi óptica- que ciudadano X subió a su blog en relación a la huelga de hambre que miembros del SME llevan a cabo, me puse a pensar que lo que le escribí es parte de lo que yo quisiera decirles a todos aquellos mexicanos cuyos puntos de vista al respecto son similares. Tales puntos de vista parecieran reflejar dos cosas que yo no alcanzo a desentrañar del todo. Por un lado, parecen salidas de personas deshumanizadas que creen estar convencidas de que lo que les ocurre a Cayetano Cabrera y Miguel Ángel Ibarra es algo como una farsa o un chantaje o un mandato de Martín Esparza. En mi opinión, tales argumentaciones, además, subestiman la inteligencia y dignidad de los huelguistas; por otra parte, se muestran complacientes con la pérdida de los empleos de los trabajadores y les parece que la hipotética conducta poco ética de los líderes del sindicato –como Martín Esparza- es razón suficiente para que la empresa completa y sus trabajadores hayan sido liquidados. Como si el placer que les infligiera pensar que Martín Esparza ya no se enriquecerá más a costas de LyFC, fuese superior a la aflicción de pensar que -con ello- miles de trabajadores honestos y escrupulosos –y sus familias- se han quedado sin trabajo y, en algunos casos, sin esperanza; esta idea en sí misma me parece un claro signo de deshumanización y muestra el carácter envidioso de algunas de las personas con tales opiniones. Seres envidiosos que -pareciera- se alegran de ver el dolor ajeno; seres que no soportan que el SME tenga “prerrogativas” (es que el mexicano se ha conformado tanto con los salarios y prestaciones sociales que aquí se dan que a algunos, se les hace, los sindicalizados son privilegiados. Terrible). Algunos de estos mexicanos, en cambio, se muestran demasiado tolerantes y vasallos –es mi impresión- cuando esas mismas prerrogativas son gozadas por los gobiernos –como el de Calderón-, por sus personeros y por sus compadres -la caterva empresarial en el caso del gobierno de Calderón.
Tales apreciaciones han soliviantado el título de este post: pensamiento homogéneo y deshumanización: carencia de ideas propias y falta de nobleza del espíritu. No entiendo cómo, sin esos dos ingredientes, pueda echarse a andar a grupo social alguno.
En relación al post mencionado, deseo compartir en "Eleutheria" lo que comenté. Pero, antes, el post mencionado AQUÍ.
Mis comentarios al mismo (en algunas ocasiones, suelo hacer comentarios así de maratónicos, no es inusual):
Hablas como tooooodos los mexicanos irreflexivos que, como feligresía, se ciñen al decir de la llamada opinión pública. Y no porque hablar como la opinión pública sea en sí mismo descalificable, sino porque no me parece que ésta, realmente, se vuelque –no siempre- al ejercicio de pensar, pensar. Yo me siento ávida de seres que generen sus propias ideas y de que éstas sean pensadas y, lo confieso, me genera cierto escozor ver con qué rapidez se homogeneíza la opinión pública al punto de que hay días que pienso: “O de plano el conjunto de ideas que las personas podemos generar es de cardinalidad casi nula o, de plano, estas personas son víctimas -ya en estado terminal- de la alienación y mediatización de los media”. Aunque cuando pienso tales cosas me convierto también en víctima y olvido que los media son habilísimos para hacer creer que es ése el tipo de pensamiento del ciudadano promedio cuando ello, evidentemente, no necesariamente es así. Por otra parte, lo que se ha dado en llamar “opinión pública” es sólo, en realidad, el pensamiento promedio de una cierta fracción de mexicanos sobre un cierto asunto que suele coincidir, curioso, con el pensamiento que se estandariza desde los mass media y que es, por lo regular, concordante con la ideología del gobierno en turno. Es decir, no se puede negar que el pensamiento de la llamada “opinión pública” sí refleja o recoge los puntos de vista de una cierta parte de la sociedad y que, por tanto, merece un lugar –que no tendría por qué ser preeminente- en el mundo de las opiniones. Así que, la pregunta es, ¿tú piensas, como piensas, influido por la opinión pública o, más bien, tu pensamiento forma parte de la misma, es decir, es una muestra de? Tendré que admitir, como ya lo hice, que la opinión pública no es un fantasma y que también tiene adeptos y artífices; prefiero a los artífices que a los adeptos; espero que –de pérdida- seas de éstos últimos.
Sobre la situación del SME. Me citaré a mí misma: Siempre lo he dicho, posiblemente Esparza es un corrupto (de lo cual, por cierto, no tengo evidencias ni a favor ni en contra) pero ello no tendría por qué desvirtuar la lucha de todo un Sindicato, ni la lucha de sus miembros no corruptos. Tampoco éstos tenían por qué pagar –como pagaron- con la pérdida de sus empleos debido a la presunta mala actuación de sus líderes. Espero que no se te haya olvidado que, de no ser por la maniobra del 11 de Octubre de 2009, ni Cayetano Cabrera ni Miguel Ángel Ibarra estarían ahora poniendo en jaque sus propias vidas. Apelan a su propia dignidad como último recurso para echar atrás una medida que, de origen, es inconstitucional, torpe, inadecuada para la coyuntura económica que se vive y, en consecuencia, fascista. Dediqué también, durante el mes de Octubre, algunos post en los que explicaba que la posible corrupción al interior del SME sí demandaba de una purga, pero que ésta tuvo que haber sido planeado en otra forma y que, además, era inverosímil que otros sindicatos –como el SNTE- permanecieran intocados.
Por otra parte –parece que no lo sabes- los miembros del SME también tienen cerebro y, por ende, voluntad y gente como Ibarra o Cabrera decidieron de forma libre y personal – tal vez no autónoma porque la decisión se tomó como colectivo- llevar la huelga de hambre; qué lamentable que subestimes la inteligencia de estas personas. Que estemos o no de acuerdo con tal medida, se entiende (entiendo que tú no estás de acuerdo), pero que te atrevas, a partir de un vídeo, a decir cosas como (te cito textual): “a mi no me cuadra muy bien que digamos el audio con el vídeo (como dice mi prima Marianita) toda vez que el desgaste ponderal no corresponde con los días que tienen en huelga de hambre, además que escuchar al médico que los atiende (que por cierto es del gremio) deja muchas dudas sobre la realidad de la medida de presión que dicen estar llevando a cabo.”, me hace verte como -y ésta es una impresión subjetiva y muchos disentirán de la misma:
1) 1) Una persona a la que -de pronto- se le olvida que para hacer aseveraciones de tal magnitud hace falta algo más que hacer veredictos médicos a través de una pantalla, aun siendo médico. No, mira, Ciudadano, no dudo de tus capacidades médicas, pero para sugerir tal cosa, hace falta algo más que saber del tema y mirar un vídeo, ¿por qué no te paras al zócalo, por ejemplo, y lo compruebas? y entonces, ahora sí, en calidad de profesional de la salud, nos traes tus impresiones después de haber comprobado, in situ, lo que sugieres.
2) 2) Un ser deshumanizado. Y, perdón, pero no lo entiendo de alguien que se dedica a la práctica médica. Bueno, sí lo entiendo, por eso no me gusta nunca ir al “Seguro”.
Otra cosita, no sé si sepas que los hombres que se adhirieron a la huelga de hambre se sometieron a exámenes médicos antes de iniciarla y que algunos de ellos no se sumaron a ésta por padecer de hipertensión, obesidad y otras afecciones que los habrían quebrantado rápidamente. Quizá por éso, personas como Cayetano Cabrera o Miguel Ángel Ibarra han -a pesar de los embates- podido soportar con tanta entereza este lance. No sé Ciudadano, de pronto siento que hablas con pocos fundamentos. No sé por qué haces éso, tú eres médico y deberías conocer cómo proceden los hombres de ciencia.
“Preguntas Yahoo” –tu termómetro- twitter, facebook, etc. ¿Sabes? Aquí sí creo que has sido más científico, tales lugares y redes sociales son estupendos termómetros de lo que piensa el cibernauta promedio, tan afecto al maremágnum de indiscreciones que se vierten en tales topos virtuales, tan afecto a querer constantemente reafirmar lo que es –él mismo- a través del reconocimiento social, etc. Claro que es innegable que en esos sitios, también, se llegan a soltar dos que tres cosas valiosas y tampoco puede negarse que han servido como interesante punto de encuentro –casi experimental- para aquellos que están genuinamente interesados en la discusión de las ideas; esto último lo menciono, nada más, para sofocar posibles equívocos en aquellos que todavía tienen broncas con la inclusión lógica (no es juicio de valor, en un momento dado, todos podemos llegar a experimentar tales broncas).
¿Sabes Ciudadano? Siento que, de pronto, caes en reduccionismos, Esparza no es todo el SME ni el SME Esparza; no creo que se necesite de un líder moral para que una lucha sea justa; sí creo que se precise de un líder moral para que la lucha tome buen cauce. La ausencia de líderes morales, más que ponernos pesimistas, nos debería llevar a considerar seriamente a qué se debe tal ausencia y qué comportamientos sociales nocivos se reproducen en sindicatos, partidos políticos, cooperativas, etc. para que así ocurra. La reproducción, por otra parte, de dichos comportamientos es sólo posible porque se trata de una conducta que, per se, existe en nuestra sociedad ¿Qué está mal en nuestros mores?
Preferiría que las cuotas de las que hablas se las quedara Esparza con tal de que los trabajadores honestos conservasen sus trabajos y no que dichas cuotas y todo el negocio de la electricidad quede en manos de unos cuantos como, seguramente, quedará (en realidad, el idóneo es que no haya ni líderes corruptos ni empresarios abusivos, sino sólo trabajadores dignos haciendo su labor como parte de una sociedad honesta en la que las empresas tienen buenas ganancias sin llegar a actitudes rapaces). Por ejemplo, esto de los medidores prepago se me hace improcedente en un país en el que la mitad de su gente vive al día. Y aquí sí tengo que decir que yo no pienso como aquellos que están tan acaramelados con el modelo neoliberal y las privatizaciones y la IED y todo ésto que suena tan “progre”. Creo que hay algunas cosas que podrían tomarse, pero no todas. Yo no voy de acuerdo con aquellos seres incapaces de divisar la posibilidad de idear, pensar, proponer un nuevo modelo económico ad hoc a nuestras necesidades, uno que no sea más -ya no- la última adquisición ideológica importada desde EUA. Es hora de idear -sin vivir en una isla, sin despreciar por completo otras experiencias internacionales- nuestras propias políticas. Estoy convencida de que mucho de nuestros males radica en que no hemos hecho sino adoptar –sin adaptar- corrientes venidas de fuera. Es hora de crear y de proponer nosotros.
Tengo una pregunta, ¿por qué afirmas que sus demandas no se corresponden a una lógica planeada?, ¿tú qué harías?, ¿lo harías mejor que ellos?, ¿por qué no los asesoras? ¿Por qué la desaparición de LyFC tiene que significar que ellos pierdan sus trabajos, por qué no al reconocimiento de CFE como padrón sustituto?, ¿dime por qué? ¿Te parecerá, te pregunto, que se desmantele al IMSS –aduciéndose los mismo argumentos mentirosos que se adujeron para desaparecer a LyFC- y que, ergo, toda su plantilla de trabajadores se quede sin chamba?, ¿por qué, a expensas de quién? Y, sobre todo, ¿por qué de sopetón y en la forma vil en que lo hicieron? Economistas como Mario Di Constanzo afirman que los salarios de los trabajadores apenas representaban el 15% de los gastos de LyFC. Y tengo otra pregunta, ¿te has puesto a leer los oficios y comunicados que emite el SME?, ¿has investigado al respecto? Te paso el link a este pronunciamiento de los huelguistas a ver si quieres o puedes leerlo; allí se explica la viabilidad de CFE como padrón sustituto y comprenderás por qué, entonces, exigir la recontratación de todos sus trabajadores no tendría por qué estar fuera de una “lógica planeada”
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Pero, en fin, aquí está el mexicano cangrejo, ponzoñoso, tirándole al SME en lugar de unirse para frenar las corruptelas del gobierno. Y este mexicano ponzoñoso es, además, ingenuo, el mismo que –como marionetita- repetía que si Andrés López ganaba la elección, lo dejaría sin casa y que, por tanto, era un peligro para México, el mismo mexicano que convalidó el Fraude de 2006 y que ahora no aguanta el desgarriate en el que Calderón y su cáfila de nanócratas tienen al “país”. Pero este mexicano ponzoñoso e ingenuo no aprende de lecciones históricas y vuelve a repetir, una y otra vez, los mismos errores. Náuseas.
Bueno, pues después de mi perorata te digo Ciudadano: ¿por qué no encauzar todas estas energías negativas a apoyar al sindicato, con el propósito de que sus empleos les sean restituidos?, ¿por qué la desunión?, ¿por qué la desconfianza? Yo no deseo que Cabrera o Ibarra mueran a causa de una huelga de hambre y, más allá de que estemos o no de acuerdo con el origen de la misma –la extinción de LyFC y la desaparición del SME por parte del “gobierno” (ése que está matando a miles en las calles)-, creo que tendríamos que exhibir más nobleza, respetando la decisión de estas personas y no pensar, NO POR FAVOR, que son héroes o mártires o títeres de Esparza, sino –simplemente- pensar que son hombres congruentes con su lucha. Me da tristeza Ciudadano que no veas éso, que la gente pierda la capacidad para mirar lo que sí vale la pena y, en cambio, se centre sólo en minucias y sospechas infundadas, oscurantistas.
Por cierto, ¿qué me ha resultado valioso en tu post? No el contenido. Sí, que muestra el mismo interés -qué bueno que no lo pierdes- que sueles experimentar hacia con lo que ocurre dentro de tu sociedad.
Con toda sinceridad, Eleutheria L.
Finalizo diciendo: el gobierno ilegítimo de Felipe Calderón no podría haber perpetrado con tanta eficacia la maniobra si no fuera por todos estos mexicanos ponzoñosos e ingenuos que no se dan cuenta de lo bien que sirven a los fines de estos gobiernos tecnocráticos, convalidando con sus "opiniones" las acciones del mal gobierno. Increíble y cierto.