Lectura Poesía 1, Rilke, Girondo, Galdós
lunes, 2 de marzo de 2020 by Eleutheria Lekona
TRANSCRIPCIÓN, CANAL YOUTUBE, VÍDEOPOST
Entonces… he tenido mucha carga de trabajo en la escuela y no he podido sentarme a filmar el vídeo que quiero filmar. Por lo tanto, quiero dejar en su lugar este vídeo en lo que encuentro tiempo para filmar el otro.
Quiero leerles poesía pero con sentido. Pero eso elegí un poema de Girondo que es un poco crítico con lo que hemos logrado como sociedad a nivel tecnológico y a nivel de los avances científicos, pero sobre todo con esa pulsión que lleva siempre al hombre a la creación, con esta idea que hace del ser humano un homo faber o una criatura que constantemente está inventando artefactos, una crítica a estos impulsos proteicos que llevan al ser humano a la invención, por un lado y, por el otro, un fragmento de Doña Perfecta de Benito Pérez Galdós que en contraste nos señala cuáles son los beneficios del progreso científico. Este texto me gusta mucho porque muestra cómo la ciencia nos ha ayudado a combatir el fanatismo religioso, me gusta también porque tiene mucha riqueza literaria. Para la gente que ame mucho la poesía y los textos literarios se lo recomiendo mucho porque muestra por qué Galdós es el literato que fue. Pienso que es un fragmento que demuestra por qué Doña Perfecta es una de las grandes novelas del siglo XX, no solo en el mundo de habla hispana sino del mundo entero.
Elegí estos dos textos porque ustedes saben que toda la postmodernidad ha habido este debate o pugna entre razón y emoción, entre progreso y tradición, entre acción o inacción, entre una racionalidad científica por medio de la cual paulatinamente resolveremos nuestros problemas y un rechazo de esta racionalidad porque se considera inútil y que realmente no libera al hombre de sus cadenas, ni de su condición de ser desdichado, ni de la muerte, ni del dolor, ni lo libera del sufrimiento. Esta es una creencia que heredamos además del romanticismo.
Lectura del poema de Girondo:
Allí están,
allí estaban
las trashumantes nubes,
la fácil desnudez del arroyo,
la voz de la madera,
los trigales ardientes,
la amistad apacible de las piedras.
Allí la sal,
los juncos que se bañan,
el melodioso sueño de los sauces,
el trino de los astros,
de los grillos,
la luna recostada sobre el césped,
el horizonte azul,
¡el horizonte!
con sus briosos tordillos por el aire...
¡Pero no!
Nos sedujo lo infecto,
la opinión clamorosa de las cloacas,
los vibrantes eructos de onda corta,
el pasional engrudo
las circuncisas lenguas de cemento,
los poetas de moco enternecido,
los vocablos,
las sombras sin remedio.
Y aquí estamos:
exangües,
más pálidos que nunca;
como tibios pescados corrompidos
por tanto mercader y ruido muerto;
como mustias acelgas digeridas
por la preocupación y la dispepsia;
como resumideros ululantes
que toman el tranvía
y bostezan
y sudan
sobre el carbón, la cal, las telarañas;
como erectos ombligos con pelusa
que se rascan las piernas y sonríen,
bajo los cielorrasos
y las mesas de luz
y los felpudos;
llenos de iniquidad y de lagañas,
llenos de hiel y tics a contrapelo,
de histrionismos madeja,
yarará,
mosca muerta;
con el cráneo repleto de aserrín escupido,
con las venas Pobladas de alacranes filtrables,
Con los ojos rodeados de pantanosas costas
y paisajes de arena,
nada más que de arena.
TESTIMONIAL, Oliverio Girondo / fragmento.
Lectura del fragmento de Galdós. Veamos la refutación que hace Pepe Rey a este hombre retrógrada que es uno de los personajes más pesados de toda Orbajosa:
“-Cierto es todo lo que el señor Penitenciario ha dicho en tono de broma. Pero no es culpa nuestra que la ciencia esté derribando a martillazos un día y otro tanto ídolo vano, la superstición, el sofisma, las mil mentiras de lo pasado, bellas las unas, ridículas las otras, pues de todo hay en la viña del Señor. El mundo de las ilusiones, que es como si dijéramos un segundo mundo, se viene abajo con estrépito. El misti-cismo en religión, la rutina en la ciencia, el amaneramiento en las artes, caen como cayeron los dioses paganos, entre burlas. Adiós, sueños torpes: el género humano despierta y sus ojos ven la realidad. El sentimentalismo vano, el misticismo, la fiebre, la alucinación, el delirio desaparecen, y el que antes era enfermo hoy está sano y se goza con placer indecible en la justa apreciación de las cosas. La fantasía, la terrible loca, que era el ama de la casa, pasa a ser criada. Dirija Vd. la vista a todos lados, señor Penitenciario, y verá el admirable conjunto de realidad que ha sustituido a la fábula. El cielo no es una bóveda, las estrellas no son farolillos, la luna no es una cazadora traviesa, sino un pedrusco opaco, el sol no es un cochero emperejilado y vagabundo sino un incendio fijo. Las sirtes no son ninfas sino dos escollos, las sirenas son focas, y en el orden de las personas, Mercurio es Manzanedo; Marte es un viejo barbilampiño, el conde de Moltke; Néstor puede ser un señor de gabán que se llama Mr. Thiers; Orfeo es Verdi; Vulcano es Krupp; Apolo es cualquier poeta. ¿Quiere Vd. más? Pues Júpiter, un Dios digno de ir a presidio si viviera aún, no descarga el rayo, sino que el rayo cae cuando a la electricidad le da la gana. No hay Parnaso, no hay Olimpo, no hay laguna Estigia, ni otros Campos Elíseos que los de París. No hay ya más bajadas al infierno que las de la geología, y este viajero, siempre que vuelve, dice que no hay condenados en el centro de la tierra. No hay más subidas al cielo que las de la astronomía, y ésta a su regreso asegura no haber visto los seis o siete pisos de que hablan el Dante y los místicos y soñadores de la Edad Media. No encuentra sino astros y distancias, líneas, enormidades de espacio y nada más. Ya no hay falsos cómputos de la edad del mundo, porque la paleontología y la prehistoria han contado los dientes de esta calavera en que vivimos y averiguado su verdadera edad. La fábula, llámese paganismo o idealismo cristiano, ya no existe, y la imaginación está de cuerpo presente. Todos los milagros posibles se reducen a los que yo hago en mi gabinete cuando se me antoja con una pila de Bunsen, un hilo inductor y una aguja imantada. Ya no hay más multiplicaciones de panes y peces que las que hace la industria con sus moldes y máquinas y las de la imprenta, que imita a la Naturaleza sacando de un solo tipo millones de ejemplares. En suma, señor canónigo del alma, se han corrido las órdenes para dejar cesantes a todos los absurdos, falsedades, ilusiones, ensueños, sensiblerías y preocupaciones que ofuscan el entendimiento del hombre. Celebremos el suceso.”
Y bueno, este último fragmento de un poema de Rilke que es uno de mis poemas favoritos y que no tiene más que un sentido estético.
Se lee el poema de Rilke. A continuación:
Vivo mi vida en círculos que se abren
sobre las cosas, anchos
Tal vez no lograré cerrar el último
pero quiero intentarlo
Giro en torno de Dios, antigua torre
giro hace miles de años.
Y aún no sé si soy águila o tormenta
O si soy un gran cántico
Para terminar, voy a intentar transcripciones de lo que diga en el vídeo, no siempre, pero en esta ocasión trataré de agregar la transcripción además de los tres textos que se leyeron. En general les recomiendo que siempre miren en la cajita de descripciones porque allí voy a estar añadiendo información extra, enlaces, comentarios y alguna que otra aclaración. En particular para este videopost, les voy a enlazar la entrada a una entrada en mi blog en donde va a aparecer la transcripción de lo dicho en el vídeo, por esta ocasión, y las lecturas que se leyeron. Por favor, consulten siempre la cajita de descripciones. Sería todo por hoy, si les gustó el vídeo, denle Like y suscríbanse al canal. Nos vemos muy pronto, que estén muy bien.