Convergiendo sin límites (de la belleza de una idea)
jueves, 23 de diciembre de 2010 by Eleutheria Lekona
jueves, 23 de diciembre de 2010 by Eleutheria Lekona
No hay palabras para expresar la dulzura de sentir que existe todo un mundo del que el Yo se halla totalmente ausente.
Sofia Kovalevskaya
“La formalidad rigurosa de la sintaxis, sólo tiene sentido cuando detrás de ella se encuentra la riqueza creativa de la semántica”. José Alfredo Amor Montaño
¿Sabes qué pasa? Que no me había percatado de que tuviste a bien responder al último comentario que hice en "Despierta Libertad". ...
Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adapto a mí misma.
Anaïs Nin
"...México es un país extraordinariamiente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano [norte]americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos.
México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros."
Entrada del diario de Richard Lansing, secretario de Estado del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, en 1924.
"Si tengo la desfachatez de creerme en posesión de la verdad es porque nunca he amado nada sin a la vez odiarlo."
E. M. Cioran
"Porque el mundo del que somos responsables es éste: el único que nos hiere con el dolor y la desdicha, pero también el único que nos da la plenitud de la existencia; el que nos ofrece un jardín en el crepúsculo, el roce de la mano que amamos; esta sangre, este fuego, este amor, esta espera de la muerte. Este deseo de convertir la vida en un terruño humano."
Matamos lo que amamos.
Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca.
A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia,
a veces menos.
Matamos lo que amamos.
¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con
un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos.
Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la
esperanza es poca
y el dolor
no se puede compartir.
El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.
Ah, pero el odio,
su fijeza insomne
de pupilas de vidrio;
su actitud
que es a la vez reposo
y amenaza.
El ciervo va a beber
y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.
El ciervo bebe el agua
y la imagen.
Se vuelve
—antes que lo devoren—
(cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.
Damos la vida sólo
a lo que odiamos.
ROSARIO CASTELLANOS
Que me conmines al caos no me aleja de ti ni de tu pretendida astucia para olvidarme. Ya no más celeridad en medio de estos días calmos. Te quiero a ti cual Luna clara en medio de la noche, pareces perla primigenia suspendida en un vacío sin fondo. Llegaré a ti vestida de blanco por si aún te atormenta la ausencia de colores en mi silueta.
¿Quieres escuchar mi voz? Entonces tómate la molestia de escuchar también mi canto. Lograrás aprehender las notas de mis melancólicas melodías y las cantarás después, mucho después de la puesta del Sol, cuando yo ya no esté aquí, sino observándote oculta tras un árbol milenario; entonces estudiaré tus movimientos, tu manera de mirar hacia el horizonte, tu forma de postrar la cabeza cuando –pensativo, ausente o triste- escoges la tierra como receptáculo de tus cavilaciones. Estarás en una isla desierta, sabrás apreciar con todos tus sentidos la belleza de un mar salvaje con cielo eléctrico o la tristeza de un sol abrasador sobre el océano amigo. Pero no memorizaré tus movimientos, sólo los contendré infinitamente en mi alma.
ELEUTHERIA LEKONA
“Es obligación de los pueblos reaccionar cada vez que el engaño pretenda alzarse para posponer la verdad.” Salvador Allende
No eres un asidero al cual yo vuelva para paliar mi soledad o mis tristezas. Tú eres mi soledad y mis tristezas.
Eleutheria L.
Defensa de la alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
MARIO BENEDETTI
Había venido desde lejos a buscar el sol y el sol hallado al fin, me era hostil. ¿Y si me lanzase desde lo alto del acantilado? Mientras hacía consideraciones más bien sombrías mirando a la vez los pinos, las rocas y las olas, sentí de repente hasta qué punto me encontraba sometido a este bello universo maldito.
E. M. Cioran, “Ese maldito yo”
-¿Cenizas? No, yo quiero que los gusanos me roan… que el hedor de mi carne descompuesta azuce a las criaturas del subsuelo. Y yacer envuelta por la tierra.
Eleutheria L.
Escogiste un derrotero de mediocres. El confort de la lejanía. La tibieza de la duda. No una vida vivir. No amar. No ser. Asirte, en suma, a la pregunta metafísica. Al tormento de la nada y renunciar a la lluvia, a las estaciones, al Sol, a los días.
Eleutheria L.
La humanidad permanece irremediablemente en la caverna de Platón, gozando todavía -su antiquísima costumbre- con meras imágenes de la verdad.
Susan Sontag,
On Photography
Cómo quisiera acariciarte con mis palabras…
Rozar tus oídos con mi boca y,
como una danzarina loca,
bailar en rededor tuyo…
Bajo esta lluvia o fuera.
Eleutheria L.
Escucha la pequeña belleza, grillo, escúchala que tú también cantas y con tu música haces de mis oídos laderas de tu voz, de tus historias de silente hablante.
Sé que la escuchas grillo porque ya no hablas y que, lejos, compartes conmigo esta eufonía.
Recuerdo cuando fui luciérnaga y paseaba contigo por el pasto –mojado- y gotas de agua nos bañaban.
Recuerdo grillo, tu compañía de saltarín, de cuasi-saltamontes, en estas geografías de enebro y tulipán y el viento fuerte sobre nosotros tirándonos y nosotros que sobrevivimos a él para transformarnos en gaviotas o en hombres que, como la alegoría del andrógino, buscarnos después –perdidos y nauseabundos de nosotros mismos, revulsivos, grillo.
Yo no supe grillo, del confort de tu cacofonía –que a mí me pareció melopeya vulgar, anodina (no como tú, grillo).
Grillo veraniego, grillo nocturno, de invierno, de casas de campo, de descanso, lejos de mí, a través del viento; frente a un cristal-espejo de mis melancolías. Grillo eterno, de siempre, sempiterno, en lontananza que inventa que le pienso, que te pienso grillo lejos de mí sin sucumbir en mí.
¿Por qué eres grillo?, ¿Por qué ya no eres rostro, ni manos? Grillito tonto. Haces que me parezca luego a una mantis y me crea que Dalí habla de mí en sus libros hechos de moho en bibliotecas de moho también.
¿Ves cómo todo es hermoso, grillo? Desde tu canto, tus manos de grillo, tus ojos de grillo, tu estúpido mirar de grillo incólume que no se inmuta ni frente a una carcajada en contra de él (así es el grillo –ni hablar).
Los grillos me acompañan desde aquellos viajes de infancia. El grillo –con su canto- anunciaba la llegada al lugar. El bosque tropical hacía su aparición, me apeaba ansiosa de clavarme en la agua de aquella poza artificial. El grillo había parado de cantar y me dejaba a mi suerte; me prometía al oído mi libertad para aquellos días y me dejaba tomarme mi raspado de tamarindo después de la chapuza-chapuzón.
Grillo veraz y atroz, delator. Le caían mal mis gatos –de siempre- porque de siempre el gato –necio- me seguía; como hasta ahora que los gatos me siguen.
Y era un grillo pérfido también -¿te acuerdas de la palabra, amigo cometa?
Y un grillo manantial y páramo y erial y nada. Monocorde.
Y no entiendo cómo pueda haber tantos grillos en el mundo y, de tantos, aparezcas tú, hayas sido tú, -¿por qué grillo?
Me vienes tanto, grillo.
Pero ir hacia la oscuridad en la claridad de tu vaivén, de tu huida, de ti que no comprendiste, grillo del tiempo.
Por Eleutheria
Sólo el pensamiento que se hace violencia a sí mismo es lo suficientemente duro para triturar los mitos.
Max Horkheimer y Theodor W. Adorno
Preserva tu derecho a pensar, puesto que incluso pensar erróneamente es mejor que no hacerlo en absoluto. —Hypatia de Alejandría—.
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Yo a veces me pregunto se un ser no pensante, digamos una persona en estado vegetativo, o una planta que esta viva...piensan o elaboran algo parecido al pensamiento...supongo que no y que únicamente reaccionan a estímulos, supongo que su metabolismo es otro...pero n lo sé. Ves como el japonés que estudió los mensajes en el agua?, que decía que dependiendo de las imágenes o la música la química del agua se transformaba...?
Cuando estaba en la primaria y el profesor preguntó en qué se diferenciaban las personas de los animales le respondí que en la risa, que los animales no se podían carcajear jejejj...obvio mis compañeros no me bajaron de mensa jejej, bueno...cosa pasada, pero después pensé que lo que nos diferenciaba era la capacidad de abstracción; sin embargo recientes estudios documentados en video han demostrado que varias especies de animales pueden crear herramientas...muy básicas y rudimentarias para un fin muy concreto, por ejemplo, un ave que toma un palito para en el pico para acercarse insectos dentro del orificio de un árbol...si esto no es el resultado de la elaboración del pensamiento por parte del ave o resultado de su imaginación pues entonces qué es?
Los seres humanos tendemos a agrupar y a organizar como parte de nuestras cognición, tal vez no a todo podamos darle un nombre ni hallarse pies ni cabeza. Y eso me gusta, me gusta que las personas imaginemos nomás por gusto y me encantan los dibujos imposibles, ésos que geométricamente al mirarlos, el cerebro no puede comprender sus dimensiones, es bien chistoso pero cuando yo estudiaba la carrera de diseño pensaba en mi mente imaginativa que tooodo era posible, pero al ver esos dibujos imposibles y querer imaginar un castillo sobre esos cimientos, (no importa que fuera en mi imaginación)...de todos modos se derrumbaba jaajaaajjaaa!!!! A qué cosas!!! Saluditos!!!
Bueno, yo tengo una teoría: los gatos piensan. Lo digo porque cuando me miran con esos ojos tiernos o cuando se quedan con la mirada fija, perdida -como en el poema de Baudelaire-, pareciera, que están, en efecto, pensando. Y yo digo que sí. Algo en sus mentecillas se genera, algún código, algún lenguaje, serie de símbolos, imágenes que ellos comprenden bien. Los perros, seguro, también piensan (o algo equivalente al pensar humano, pero en perros y gatos).
¿Qué nos distingue a los humanos del resto de animales?
Algunos dicen que el miedo, la conciencia de la muerte. Yo esa pregunta no me la planteo tanto, pero creo que lo que nos distingue es producto del azar, de un accidente -como el que estemos aquí, que también lo es: no somos tan importantes, nuestro lugar en el cosmos no posee preeminencia.
No sé cómo se representan los animales las cosas; lo que es claro es que nosotros dejamos –a través de símbolos- constancia de nuestras representaciones. También es claro que a través del lenguaje y lo que con él nos es dado, hemos elaborado construcciones en las que nos situamos en el centro; los antropocentrismos medievales, en el fondo, no los hemos erradicados. Mirémonos, aquí estamos, plasmando en blogs “nuestras ideas”, hablando de “nuestras pulsiones”, de “lo que pensamos”, sucumbiendo al placer de ver sobre nosotros apuntar a los reflectores, dejando –siempre- constancia de nuestro hacer, de nuestro yo –ese pronombre. Y me pregunto, ¿tendrán los animales necesidad de ese protagonismo?, ¿poseerán como nosotros esta conciencia tan clara del yo? Es muy posible que no. Sólo nosotros depredamos para poder, después, arrepentirnos. No quiero sonar pesimista, pero hay días que pienso que la peor plaga que le ha tocado recibir a la Tierra, es la especie humana, ¿por qué no nos sacude y se libra de nosotros? y así vagar, cual aerolitos, por el espacio hasta fenecer. Sonrisa. Bueno, no, reculo. La verdad es que, a pesar de todo, vivir tiene su encanto. Pero yo empiezo a sentir –y no tiene poco de esto- la necesidad de prescindir de todo, de vivir al mínimo. Un cuarto y un camastro –como los antiguos anacoretas-, un horno para cocinar, unas plantas qué cuidar, la bóveda celeste para admirar, mis animales, algunos libros y aquella mujer bella llamada música que aparecerá en mi vida a través del recuerdo o de silbidos (a ver si me salen las variaciones Goldberg).
Y ya te leí en tus últimas entregas, aquel escrito de Paul Claudel que tanto ha significado para ti (qué bello). En realidad, ya desde niño una define quién es, su carácter, sus vértigos. Lo que te arroba de niño, las preguntas, emergen después durante la adultez con mayor solidez –después del reacomodo- y empiezas a confirmarte (desechar cosas es, finalmente, también una confirmación) poco a poco, mucho de lo que ya siendo niño eras. Yo sé qué cosas mías ya, desde niña, se manifestaban en mí. Yo por eso digo, que sigo siendo, esencialmente, el mismo espectrillo escurridizo, curioso, afanado en determinarse la inteligencia de las cosas, timidísimo que fui de niña. Volver a la infancia, retomar el senderito que trazaste para llegar hasta aquí, a lo que eres ahora, intentar aclararte cosas. Deseo pronto no querer saber más, abandonar el pensamiento y sólo sentir. Chale, estoy como en una segunda vuelta, otra vez elaborando preguntas, pergeñando respuestas.
Un placer que charlemos Jen.
No se nos acaba el perico.
Te abrazo.