Momento en Facebook

Queridos, si me ven después de estos días escribir solamente sobre mí, de poesía, de arte, en plena introspección, por favor, no me juzguen. Necesito desintoxicarme de todo esto. Pasé seis años de mi vida, en mi viejo blog —y no solo allí—, intentando crear un México distinto al que dejé cuando partí a mi exilio, el cual por cierto ya existía desde esos años de mi residencia en el viejo blog y el cual ha empeorado. Hoy necesito alejarme un poco de la política, depurarme, ser mejor yo misma para poder dar de mí a los otros. Quizás se trate de unos pocos días, quizá este mecanismo extraño especie de reloj integrado dentro de mi vida vuelva a hacer presencia en mí en poquísimo tiempo. Uno también ya se conoce a sí mismo y cree cosas. Yo he creído cosas y en base a esa creencia he intentado aprender, investigar, fortalecer mi pensamiento para ayudar a deconstruir mi realidad. Quise un mundo mejor para los otros. Pensé no solo en mí. De eso se ha tratado mi vida. Alrededor de ese axioma moral tan básico —alrededor de esa idea— han girado mis sueños, mi relación con los otros, mi dolor y mi orfandad, mi fe en la criatura humana, mis alegrías, mi soledad y muy buena parte de lo que me impulsa a existir. Hoy sin embargo, estoy devastada y necesitada, además, de un cambio y de un nuevo impulso. De una nueva perspectiva, panorama, desde el cual volver a mirar todo otra vez. Es que la lucidez de la que he hablado últimamente me deja paradójicamente sin ojos. Y en mis ojos, en mi mirada, radica mi capacidad para la belleza. Sin la belleza, sin su percepción ni su disfrute, no somos capaces de nada como especie. Quizá la belleza sea la precondición de la moralidad. Si bien esa precondición es claramente insuficiente para la posesión de la otra experiencia.

Entro en receso por un tiempo de la política.

Me reduciré a compartir lecturas políticas si acaso. Ya no quiero sumar con mis ideas a la confusión general.

Disclaimer: El grueso de esta nota no se comprende sin el conjunto de interacciones que la precedieron en Facebook. La dejo aquí de todos modos. 

5 comentarios:

    Felicidades! Y mis mejores deseos...

     

    Muchísimas gracias.

    Un saludo de tarde y un abrazo.

     

    feliz de visitar su blog, sus artículos son muy buen vocabulario, una vez leído, el diseño de la pantalla no está demasiado llena, así que no es difícil cuando se lee. buen blog, me sorprendió que

     

    Tengo que confesarte que hace mucho que estoy en receso de la política, si bien esta afirmación en sí misma puede ser tan verdadera como falsa, obviamente. Pero son muchos años desde que tal vez me venció un fuerte escepticismo que me hace poner en duda el valor de lo colectivo (tal vez por utópico, por escaso, o por inexistente, quién sabe). O quizá es la fuerte potencia de lo individual, la experiencia primaria de la infancia y la proximidad de una categoría determinada de la soledad que por una parte me lleva a ansiar y buscar la completitud del núcleo grupal, de la familia, y por otra, aborrecer y renegar de lo gregario y lo social en el sentido más amplio.
    A veces pienso que la política es una simplificación exagerada, una especie de sublimación del eslogan, del lenguaje publicitario, se dirige a una masa a la que considera como una especie de casta paria de siervos de la gleba, integrada por mentes que no merecen más que mensajes simples que distorsionan finalmente la percepción de la verdad y que, consecuentemente, alienan. Cierto que política es eso y lo que lucha contra eso, pero que al final, se integra en el mecanismo de pesos y contrapesos que reduce todo a piezas y más piezas de un sistema irresoluble.
    Sin embargo, en el reino de la paradoja, como todo lo humano, debo reconocer que ese escepticismo respecto a lo social puede devenir de una creencia ciega e irrenunciable, una especie de fe idealista y quién sabe hasta qué punto de irracional o patológica, en la belleza y la bondad de lo esencial.
    Gracias por hacerme pensar.
    Una vez más.

     

    Casi expresas mi sentimiento político de estos días, además de mantener una cierta consanguinidad con mi actual posición metafísica.
    El espacio político es una extensión del espacio social y nos toca constatar, como quizás no había sido constatado, las consecuencias negativas de este hecho. Es un tema de estructuras y es un hecho apasionante.
    Gracias por escribir.
    Una vez más.

     

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