SIN
EMBARGO publicó un reportaje a propósito de Simone de Beauvoir del que me
habría gustado se mencionase —también— su adhesión marxista. Uno de esos detalles
de la vida de la filósofa con apenas mención últimamente y sin cuyo
conocimiento sería imposible hacerse de un cuadro completo que iluminase en las
profundidades de su pensamiento. Que es, valga decirlo, un pensamiento
profundo. (¿Por qué siempre tuve la sensación de que alrededor de El Segundo
Sexo se había construido —y difundido— una especie de versión pop del
feminismo?, ¿una versión que miniaturiza no la reivindicación de género en sí
misma, sino los aportes mismos de la autora, volcados a advertir con pormenores
en todos esos sucesos de la fisiología femenina cuyo ocultamiento (o
sublimación) exponían la disertación medular de su discurso?).
Simone de Beauvoir no nada más era esta feminista que
dedicaba buena parte de sus horas muertas a escribir ensayos destinados a
pensar y repensar la condición de la mujer de su tiempo; ensayos que quizá sin
proponérselo significaron una subversión de dicha condición. Su posición
marxista, lo mismo que su obra insignia alrededor del feminismo, son el epítome
de un pensamiento solitario que tampoco escatima —ni dilapida excesivamente— en
categorizaciones estilísticas ni morales. (Ella era una filósofa y no una
esteta propiamente).
De manera que sí, creo que la obra de esta escritora rasga
el perímetro de lo que está plasmado en su Segundo Sexo y creo
igualmente que en el ámbito de todo lo que fue escrito durante la época sobre
ideología política y temas afines, la visión de ella aparece con una mirada
libre de dogmas e idealizaciones, al apartarse (y a veces virulentamente) de
los existencialismos de corte pesimista proliferantes en aquellos años, y de
cualquier exaltación al capitalismo (llega a ser clarividente en algunas de sus
caracterizaciones). En mi opinión, hay solamente una filósofa contemporánea a
ella capaz de rivalizar en lucidez con de Beauvoir y ésa es, desde luego,
Simone Weil. [Simone Weil va más lejos que Simone de Beauvoir pues no se limita
a señalar los oprobios de la sociedad capitalista. Las aportaciones de Weil en
temas de marxismo, aunque bastante más exiguas en longitud, son equiparables a
los análisis de Jean Paul Sartre pues contienen una crítica sesuda y elaborada
de la llamada razón dialéctica, de la posición recalcitrantemente materialista
que hicieron de Marx algunos revolucionarios rusos]. Por otra parte, en el
propósito de comprender su biografía —ese inquebrantable lazo con el filósofo
marxista de la existencia, Jean Paul Sartre—, opino que la militancia marxista
de ella aporta datos útiles sobre este punto. Creo intuir que en la posición
política que cada uno sostenía separadamente se halle quizá mucho de la clave
de la comunión entre estos dos pensadores (no estoy segura de esto).
Me encantó también del reportaje que se haya incluido
una selección de vídeos muy bien hechos y muy esclarecedora sobre el revuelo
que causara El Segundo Sexo en el momento de su publicación.
Hace poco, mientras le leía uno de sus ensayos sobre
tema político (¿Para qué la acción?), iba sintiendo que Beauvoir le escribía
las apostillas a Sartre de sus textos. No hay nada más grato en una filosofía
de sistema como la de Sartre que un conjunto inteligente de escolios hábiles en
ejemplarizar con casos en lo concreto como es típico en Beauvoir.
Finalmente, su prosa ensayística es copiosa en
referencias históricas, elocuente, insubordinada y, en fin, muy francesa, si no
ofende a nadie que se piense en algo como un sustrato francés en la escritura.
Comparto las dos primeras partes del documental (está
dividido en cinco) y este enlace, ya de tiempo, que publiqué en
Eleutheria a donde expongo mis ideas sobre el llamado tema de la mujer y el
feminismo. Dejo también, hasta al final, unos textos.
Acá, en la publicación de Sin Embargo pueden mirarse el resto de los vídeos. Los textos:
«En colaboración con Sartre elaboraba una serie de teorías a las que se abrazaba
firmemente. “Por nuestro amor a la libertad, nuestra oposición al orden
establecido, nuestro individualismo, nuestro respeto por los artesanos, nos
aproximábamos a los anarquistas. Éramos anticapitalistas, pero no marxistas;
exaltábamos los poderes de la conciencia pura y de la libertad, lo que no nos
impedía ser antiespiritualistas y sostener la materialidad del hombre y del
universo, al mismo tiempo que desdeñábamos las ciencias y las técnicas. No se
piensa nada, me decía, cuando se piensa por problema. Él iba de certidumbre en
certidumbre”». [1]
«Es bien conocida la evolución de
Sartre y de Simone de Beauvoir, tanto en sus doctrinas filosóficas como en sus
actitudes públicas. Aunque nunca han llegado a identificarse plenamente con el
comunismo y se han mantenido frente a él como críticos vigilantes, aceptan y
proclaman como válido todo lo que la teoría y la práctica de la dialéctica
materialista tiene de dinámico, de verdadero y de positivo». [1]
«En Sartre y en Simone de
Beauvoir, el acto por el que se desembarazan de sus prejuicios de clase, es un
acto de inteligencia que se sostiene por un esfuerzo de voluntad. Y ahora han
alcanzado, quizá, el extremo contrario cuando, desesperados por la inutilidad
aparente (¿o real?) de la investigación teórica y de la creación estética, sólo
dejan de sentirse parasitarios y culpables cuando se colocan al servicio de una
causa que proteja a las víctimas de la ignorancia, de la explotación y del
terror». [1]
Y, finalmente:
«En su único encuentro con Simone
Weil ambas expresan con nitidez sus convicciones inconciliables. Ésta declaró
tajantemente, que lo único que importaba era una Revolución que diera de comer a
todos los hombres. Aquélla repuso, con un tono no menos perentorio, que el
problema era encontrar un sentido a la existencia. Simone Weil la miró
atentamente clasificándola (pequeña burguesa, espiritualista), mientras añadía:
“Se ve que nunca ha padecido usted hambre”».
[1]
[1] Castellanos, Rosario;
Juicios
Sumarios. Vol. II. Ed. FCE & Universidad Veracruzana. 1984. Págs. 38,
49, 50 y 31.
(AMAR A LA FILOSOFÍA Y EL PROYECTO DE LA
POSTMODERNIDAD)
Amar a la filosofía; así, con esa libertad. Las preguntas fundamentales
y las muy simples.
A veces estas reivindicaciones me son necesarias, desprestigiado, como
está, el saber en nuestro tiempo y la actitud de franca repugnancia hacia él
que muestran algunos (como si el amor al saber te indispusiera a otros amores,
a otras pasiones; u otras asunciones de carácter ético, ¡qué estolidez!).
Incluso he llegado a pensar que en esta bien postmoderna actitud, se
deja ver un nuevo oscurantismo, un nuevo período de cerrazón en la criatura
humana (hay que ver toda la colección de nuevas y siempre renovadas creencias,
la sustitución de dioses inventados, por otros nuevos dioses —también
inventados— para apenas comprobar esto que digo, o eso creo).
Es sabido por todos quienes nos apasionamos en la historia de las ideas
qué esencialmente significó la postmodernidad como proyecto epistemológico: la
muerte de la razón, carpetazo al proyecto ilustrado. Y aunque su proyecto ético
(la muerte de dios) haya sido un fracaso total (el incontestable cuanto
raquítico dios del hombre de nuestro tiempo es él mismo), la postmodernidad
avanza pujante y destructora con apenas adversarios (como la siempre molesta,
marginal y resentida criatura de izquierdas) y sí, en cambio, variedad de
aliados en la estupidez humana, en nuestros temores, en la falta de humildad
nuestra, en nuestras ególatras voluntades. La voluntad no necesariamente está
siempre emparentada con el poder; lo está más —y a veces irresolublemente— con
el desprecio a todo lo que se teme.
II
(NO CREER EN LA ANTINOMIA CIENCIA VERSUS ARTE)
Hay muchas formas de abordar la vida y sería reduccionista pensar que
todas ellas fueran irreductibles entre sí o que hubiera una oposición
inexorable entre las mismas; estoy convencida que en todas las formas del saber
(y del hacer) hay regiones comunes. Por otra parte, un poco gracias a los
extremos a que llegó el positivismo, pero también por ese mal cuento conocido
con el nombre de postmodernidad, ha corrido una abominable base de pensamiento
que pretende confrontar saber con sentir, que pretende reservar el saber a la
ciencia, y el sentir al arte. Nada más ridículo, ni más intelectualmente
obsceno. No existe tal división. Ni a quien se regocija en el saber (que va
desde las preguntas llamadas fundamentales hasta las muy simples) le está
vedada la sensibilidad, la apreciación estética, el goce de la naturaleza
etcétera; ni a quien se refugia en el arte le tienen que necesariamente fallar
todas las deducciones. Es más, no concibo saber sin sentir. Raras veces he
comprendido o demostrado un teorema difícil en matemáticas, sin haber
experimentado, en una suerte de éxtasis, un sentimiento de belleza
indescriptible.
¿Por qué se empecina el humano, a veces me pregunto, en crear cismas en
donde no los hay? El hecho de reconocer que seamos más hábiles en unas
actividades que en otras, ese sentimiento de insatisfacción, ¿tiene que
traducirse en conjurar nuestra pequeñez y querer maquillarla desdeñando otros
quehaceres, otras formas de ser y de sentir? En mi opinión, pasa esto cuando a
la voluntad se la tiene exacerbada, cuando se es incapaz de humildad.
Del miedo continúa originándose material de aleación para la forja de
nuestras cadenas. Como no fuera a ser que a Sísifo, lo empujara a recoger
iterativamente su piedra, el miedo a prescindir de la acción.
No hay palabras para expresar la dulzura de sentir que existe todo un mundo del que el Yo se halla totalmente ausente.
Sofia Kovalevskaya
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"Arabesque", Ophelia's Dream
«El consentimiento práctico y la ignorancia simulada hace que vivamos con ideas que, si las pusiéramos a prueba verdaderamente, deberían trastornar toda nuestra vida.» —ALBERT CAMUS.
“La formalidad rigurosa de la sintaxis, sólo tiene sentido cuando detrás de ella se encuentra la riqueza creativa de la semántica”.José Alfredo Amor Montaño
¿Sabes qué pasa? Que no me había percatado de que tuviste a bien responder al último comentario que hice en "Despierta Libertad". ...
Recursión
Drawing hands, MC. ESCHER
Jean-François Brient
“Mi optimismo está basado en la certeza de que esta civilización está por derrumbarse. Mi pesimismo, en todo lo que hace por arrastrarnos a su caída”
Los debates sobre la "Reforma energética"
Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré al mundo. Me adapto a mí misma.
Así son quienes hoy gobiernan a México de forma ilegítima...
"...México es un país extraordinariamiente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia mexicana a un ciudadano [norte]americano, ya que eso llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de Estados Unidos.
México necesitará de administradores competentes. Con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la presidencia. Sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos. Y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros."
Entrada del diario de Richard Lansing, secretario de Estado del presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, en 1924.
"Si tengo la desfachatez de creerme en posesión de la verdad es porque nunca he amado nada sin a la vez odiarlo."
E. M. Cioran
BREAKING THE WAVES, Lars von Trier
El Mundo...
"Porque el mundo del que somos responsables es éste: el único que nos hiere con el dolor y la desdicha, pero también el único que nos da la plenitud de la existencia; el que nos ofrece un jardín en el crepúsculo, el roce de la mano que amamos; esta sangre, este fuego, este amor, esta espera de la muerte. Este deseo de convertir la vida en un terruño humano."
Ernesto Sabato
Elgar Cello Concerto 1st mov., Jacqueline Du Pré
"Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando."
Rabindranath Tagore.
EL HOLOCAUSTO OLVIDADO. Hiroshima y Nagasaki
DESTINO
Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca. Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere un olvido, una ausencia, a veces menos. Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia de respirar con un pulmón ajeno! El aire no es bastante para los dos. Y no basta la tierra para los cuerpos juntos y la ración de la esperanza es poca y el dolor no se puede compartir.
El hombre es animal de soledades, ciervo con una flecha en el ijar que huye y se desangra.
Ah, pero el odio, su fijeza insomne de pupilas de vidrio; su actitud que es a la vez reposo y amenaza.
El ciervo va a beber y en el agua aparece el reflejo de un tigre. El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve —antes que lo devoren— (cómplice, fascinado) igual a su enemigo.
Damos la vida sólo a lo que odiamos.
ROSARIO CASTELLANOS
Danzón No. 2, Márquez
Que me conmines al caos no me aleja de ti ni de tu pretendida astucia para olvidarme. Ya no más celeridad en medio de estos días calmos. Te quiero a ti cual Luna clara en medio de la noche, pareces perla primigenia suspendida en un vacío sin fondo. Llegaré a ti vestida de blanco por si aún te atormenta la ausencia de colores en mi silueta.
¿Quieres escuchar mi voz? Entonces tómate la molestia de escuchar también mi canto. Lograrás aprehender las notas de mis melancólicas melodías y las cantarás después, mucho después de la puesta del Sol, cuando yo ya no esté aquí, sino observándote oculta tras un árbol milenario; entonces estudiaré tus movimientos, tu manera de mirar hacia el horizonte, tu forma de postrar la cabeza cuando –pensativo, ausente o triste- escoges la tierra como receptáculo de tus cavilaciones. Estarás en una isla desierta, sabrás apreciar con todos tus sentidos la belleza de un mar salvaje con cielo eléctrico o la tristeza de un sol abrasador sobre el océano amigo. Pero no memorizaré tus movimientos, sólo los contendré infinitamente en mi alma.
ELEUTHERIA LEKONA
"Prelude", Vangelis
MAR ETERNO
"Digamos que no tiene comienzo el mar
Empieza donde lo hallas por vez primera
Y te sale al encuentro por todas partes."
José Emilio Pacheco
Dedicado a Bety Cariño (Diana Cordero)
VUELVE
“Vuelve otra vez y tómame, amada sensación retorna y tómame, cuando la memoria del cuerpo se despierta, y un antiguo deseo atraviesa la sangre; cuando los labios y la piel recuerdan, cuando las manos sienten que aún te tocan.
Vuelve otra vez y tómame en la noche, cuando los labios y la piel recuerdan.”
KONSTANTINOS KAVAFIS
Las Goldberg variaciones con Claudio Arrau
“Es obligación de los pueblos reaccionar cada vez que el engaño pretenda alzarse para posponer la verdad.” Salvador Allende
"Venetian gondola song", Felix Mendelssohn
¿Por qué ha de alcanzarse lo absoluto, como pretenden los filósofos, mediante el conocimiento racional de todas las experiencias, y no por algún éxtasis repentino e instantáneo que ilumine de pronto los vastos dominios de lo absoluto?
Ernesto Sabato
Fantasy - D Minor KV-397, W. A. Mozart
NIETZSCHE
“Hay veces que me asalta un sentimiento más negro que la más negra melancolía: el desprecio a los hombres”
El Anticristo, Friedrich Nietzsche
No eres un asidero al cual yo vuelva para paliar mi soledad o mis tristezas. Tú eres mi soledad y mis tristezas.
Eleutheria L.
"Las ciudades", Buika
Defensa de la alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
MARIO BENEDETTI
Die kunst der fuge, Bach / Massini
Había venido desde lejos a buscar el sol y el sol hallado al fin, me era hostil. ¿Y si me lanzase desde lo alto del acantilado? Mientras hacía consideraciones más bien sombrías mirando a la vez los pinos, las rocas y las olas, sentí de repente hasta qué punto me encontraba sometido a este bello universo maldito.
E. M. Cioran, “Ese maldito yo”
Tierra, no cenizas
-¿Cenizas? No, yo quiero que los gusanos me roan… que el hedor de mi carne descompuesta azuce a las criaturas del subsuelo. Y yacer envuelta por la tierra.
Eleutheria L.
Sin interlocución
Escogiste un derrotero de mediocres. El confort de la lejanía. La tibieza de la duda. No una vida vivir. No amar. No ser. Asirte, en suma, a la pregunta metafísica. Al tormento de la nada y renunciar a la lluvia, a las estaciones, al Sol, a los días.
Eleutheria L.
Uy, miedo (las imágenes de la caverna)
La humanidad permanece irremediablemente en la caverna de Platón, gozando todavía -su antiquísima costumbre- con meras imágenes de la verdad.
Susan Sontag,
On Photography
LISA HANNIGAN ~ Lille
DANZARINA
Cómo quisiera acariciarte con mis palabras…
Rozar tus oídos con mi boca y,
como una danzarina loca,
bailar en rededor tuyo…
Bajo esta lluvia o fuera.
Eleutheria L.
Argerich/Chopin, Balada 1 en G menor Op. 23 (tiene más el ritmo de la lluvia... para estos días...)
Grillo del tiempo
Escucha la pequeña belleza, grillo, escúchala que tú también cantas y con tu música haces de mis oídos laderas de tu voz, de tus historias de silente hablante.
Sé que la escuchas grillo porque ya no hablas y que, lejos, compartes conmigo esta eufonía.
Recuerdo cuando fui luciérnaga y paseaba contigo por el pasto –mojado- y gotas de agua nos bañaban.
Recuerdo grillo, tu compañía de saltarín, de cuasi-saltamontes, en estas geografías de enebro y tulipán y el viento fuerte sobre nosotros tirándonos y nosotros que sobrevivimos a él para transformarnos en gaviotas o en hombres que, como la alegoría del andrógino, buscarnos después –perdidos y nauseabundos de nosotros mismos, revulsivos, grillo.
Yo no supe grillo, del confort de tu cacofonía –que a mí me pareció melopeya vulgar, anodina (no como tú, grillo).
Grillo veraniego, grillo nocturno, de invierno, de casas de campo, de descanso, lejos de mí, a través del viento; frente a un cristal-espejo de mis melancolías. Grillo eterno, de siempre, sempiterno, en lontananza que inventa que le pienso, que te pienso grillo lejos de mí sin sucumbir en mí.
¿Por qué eres grillo?, ¿Por qué ya no eres rostro, ni manos? Grillito tonto. Haces que me parezca luego a una mantis y me crea que Dalí habla de mí en sus libros hechos de moho en bibliotecas de moho también.
¿Ves cómo todo es hermoso, grillo? Desde tu canto, tus manos de grillo, tus ojos de grillo, tu estúpido mirar de grillo incólume que no se inmuta ni frente a una carcajada en contra de él (así es el grillo –ni hablar).
Los grillos me acompañan desde aquellos viajes de infancia. El grillo –con su canto- anunciaba la llegada al lugar. El bosque tropical hacía su aparición, me apeaba ansiosa de clavarme en la agua de aquella poza artificial. El grillo había parado de cantar y me dejaba a mi suerte; me prometía al oído mi libertad para aquellos días y me dejaba tomarme mi raspado de tamarindo después de la chapuza-chapuzón.
Grillo veraz y atroz, delator. Le caían mal mis gatos –de siempre- porque de siempre el gato –necio- me seguía; como hasta ahora que los gatos me siguen.
Y era un grillo pérfido también -¿te acuerdas de la palabra, amigo cometa?
Y un grillo manantial y páramo y erial y nada. Monocorde.
Y no entiendo cómo pueda haber tantos grillos en el mundo y, de tantos, aparezcas tú, hayas sido tú, -¿por qué grillo?
Me vienes tanto, grillo.
Pero ir hacia la oscuridad en la claridad de tu vaivén, de tu huida, de ti que no comprendiste, grillo del tiempo.
Por Eleutheria
Sólo el pensamiento que se hace violencia a sí mismo es lo suficientemente duro para triturar los mitos.
Max Horkheimer y Theodor W. Adorno
Glass: Glassworks - Opening | Lisitsa
La guerra de mis días.
Te reconstruyo en mi memoria. Allí nadie podrá dañarte ni alejarte de mí. Allí te tengo y solo allí. Allí te sostengo para mi muerte. Eres mi dolor, eres mi muerte y mi vida. Mi soledad y mi memoria. La guerra de mis días. Mi todos los días.