jueves, 23 de octubre de 2008
by Eleutheria Lekona
Falleció el embajador Gustavo Iruegas, a quien tuve el placer de conocer en una de esas millares de charlas y círculos de estudios que en México se han estado organizando como parte de la resistencia civil que, desde 2006, el sector más crítico y menos alienado de la sociedad ha impulsado con verdadera entrega. Desde este olvidado espacio, dedico estas breves líneas a quien, en la charla de ese día, nos advirtió sobre los peligros que conllevan la militarización de la frontera México-EUA y el estado policíaco que se ha venido imponiendo con el represor y apócrifo presidente Felipe Calderón. Sin duda, Iruegas fue uno de los más férreos ideólogos del movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador quien es el verdadero y legítimo Presidente de México y que, por obra de un fraude sin parangón perpetuado en 2006, encabeza un gobierno itinerante a lo largo del país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, informó de esto -con la vez entrecortada, según se informa- en la última reunión que se dio en el Hemiciclo a Juárez con la finalidad de organizar las acciones de resistencia civil necesarias para evitar que en el senado se legalice el robo de nuestro energético más preciado, el petróleo.
Y falleció Iruegas en La Habana, Cuba, justo en un momento coyuntural para el movimiento, justo cuando su convicción es parte de ese estado de ánimo que nos pone fuera del desaliento, esa emoción que muy tenuemente hace presa de nuestros espíritus cuando vemos con qué descaro, manipulación, engaños y poderío las cúpulas políticas del país quieren venir a terminar de hundir en la desesperación a millones de mexicanos, muchos de los cuales -enajenados por el fútbol, las telenovelas, el MTV, el teletón, los reallity show, etc., etc., etc.- ni siquiera son capaces de dimensionar la trascendencia de lo que está ocurriendo.
Y aquí estoy yo, anónima, recordando a Iruegas y evocando con ello a todo ciudadano dentro del movimiento que hoy mismo se plantará fuera del senado para evitar -frente a un cerco policíaco represor- que se perpetre este nuevo fraude.