Russell on Nietzsche's [1/2]

Hace unos días topé con este vídeo a donde puede leerse una opinión sobre Nietzsche en voz de Bertrand Russell; llamó mi atención porque reproduce lo que intenta ser una crítica pero que, claramente, termina siendo una crítica empobrecida al mutilar partes medulares del texto del que ha sido extraída. Como es una de esas prácticas en donde la falsa neutralidad de la crítica se delata por sí misma, no me fue difícil advertir que forma parte de un texto del que tengo la fortuna de poseer una copia. De manera que ahora quiero transcribir unas partes completas de dicho texto aquí en el blog. Considero que los párrafos así leídos dan prueba por fin de una crítica coherente —y válida en algunos de sus puntos— a la obra de Nietzsche por parte del filósofo inglés. Quizá no esté de más decir que si bien aprecio el parecer de Russell sobre Nietzsche, rehúso a combatir con sus opiniones, puesto que yo misma he venido elaborando mi propia lectura crítica del filósofo alemán —de la que he publicado solamente indicios aquí en el blog (o aquí)—. 

El último brevísimo párrafo de los que aquí transcribo, es el único que tiene alguna coincidencia con parte de mi propia interpretación de la filosofía nietzscheana.

«Nietzsche regarded himself, rightly, as the successor of Schopenhauer, to whom, whoever, he is superior in many ways, particularly in the consistency and coherence of his doctrine. Schopenhauer’s oriental ethic of renunciation seems out of harmony with his metaphysics of the omnipotence of will; in Nietzsche, the will has ethical as well metaphysical primacy. Nietzsche, though a professor, was a literary rather than an academic philosopher. He invented no new technical theories in ontology or epistemology; his importance is primarily in ethics, and secondarily as an acute historical critic».

The History of Western Philosophy, Bertrand Russell, Pág. 760.

«He had a passionate admiration for Wagner, but quarreled with him, nominally over Parsifal, which he thought too Christian and too full of renunciation. After the quarrel he criticized Wagner savagely, and even went so far as to accuse him of being a Jew. His general outlook, however, remained very similar to that of Wagner in the Ring; Nietzsche’s superman is very like Siegfried, except that he knows Greek. This may seem odd, but that is not my fault».

Ibíd, Pág. 760.

«He condemns Christian love because he thinks it is an outcome of fear: I am afraid my neighbor may injure me, and so I asure him that I love him. If I were stronger and bolder, I should openly display the contempt for him which of course I feel. [Desde luego, esta interpretación de Russell es desafortunada; él mismo en su ¿Por qué no soy Cristiano? sostiene la tesis del miedo en el mismo sentido que Nietzsche lo hace y cuya interpretación en Russell (ésta) se deduciría casi como corolario de la tesis más general del miedo sostenida por ambos: que Nietzsche la haya llevado más lejos que Russell, es decir, más allá de la antropología —y con menor importancia quizá—, habla de sus dotes de psicólogo, por ejemplo] It does not occur to Nietzsche as possible that a man should genuinely feel universal love, obviously because he himself feels almost universal hatred and fear, which he would fain disguise as lordly indifference. His “noble” man —who is himself in day-dreams— is being wholly devoid of sympathy, ruthless, cunning, cruel, concerned only with his own power. King Lear, in the verge of madness, says:

I will do such things—
What they are yet I know not—but they shall be
The terror of the earth.

This is Nietzsche’s Philosophy in a nutshell».

Ibíd, Pág. 767.

Y esta última, sí relevante: 

«It never occurred to Nietzsche that the lust for power, with which he endows his superman, is itself an outcome of fear». 

Ibíd, Pág. 767.


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