No podrán hacer nada más. Epílogo a Carta a Adela Cedillo.

Y qué imbéciles, porque podrán concretar todo su plagio, podrán engañar a miles de personas con todos los medios que tienen a su alcance y hacerles creer que mis letras les pertenecen a otras cerdas y sinvergüenzas creadoras, como Avelina Lésper, que recibe un peso para convertirse en depositaria de mis letras a través de los ghostwriters que colaboran con ella y hacer creer que mis letras son su posesión, y, sin embargo, tal y como ya anuncié en este escrito, no podrán hacer nada más.

Podrán tomar mis letras, pero no podrán hacer nada más. Podrán acosarme de mil modos, pero no podrán hacer nada más. Podrán falsificar toda mi propiedad intelectual para detraerle su valor aurático, pero no podrán hacer nada más. Podrán atraer a mujeres atolondradas sin estima propia que necesitan del feminismo, pero no podrán hacer nada más. Podrán falsificar las fechas de edición a sus cerdas ediciones, para atribuir mis escritos a escritos supuestamente anteriores a los míos, pero no podrán hacer nada más. Podrán cooptar a editores y traductores, pero no podrán hacer nada más. Podrán contar con toda la industria editorial de su lado, pero no podrán hacer nada más. Podrán cooptar a pseudointelectuales, a pseudoperiodistas, para dar publicidad a sus escritores plagiarios, pero no podrán hacer nada más. Podrán atraer a booktubers ingenuos, pero no podrán hacer nada más. Podrán recurrir a sus círculos de pseudointelectuales y a sus circuitos pseudoculturales para dar legitimidad a sus porquerías, pero no podrán hacer nada más. Podrán hacer lobby y acordar y manipular y modificar a posteriori, pero no podrán hacer nada más. Podrán modificar debajo del agua miles de ediciones, pero no podrán hacer nada más. Podrán modificar la historia entera de la literatura —como me sospecho que ya es su costumbre—, pero no podrán hacer nada más. Podrán engañar a un ingenuo lector que jamás ha leído mis letras y anonadarlo con algún escrito espurio, pero no podrán hacer nada más. Podrán publicar libros falsos, como los de Sayak Valencia y Sara Uribe, publicados entre 2019 y 2021 o 2017, en realidad, pero a los que falsamente atribuirán fechas de hace diez o hasta quince años, para robar mi poesía —la poesía que extrajeron de mi computadora y que jamás publiqué—. Y podrán un mismo poema plagiarlo y atribuírselo simultáneamente a Tania Tagle y a Sayak Valencia, pero no podrán hacer nada más. Así que, sigan plagiando, roben mis letras, sigan acosándome, porque no podrán hacer nada más.

Podrán seguir manteniendo intervenida mi computadora, para seguir robando mi propiedad intelectual, pero no podrán hacer nada más.


0 comentarios:

Blogger Templates by Blog Forum