Por cierto, la primera vez que me eché un clavado en el blog de esta pseudoescritora no aparecía este anuncio, ahora por supuesto aparece y sé con qué intención ha sido puesto. La tipa desde luego ya sabe que he estado visitando su blog para contrastar sus posts fraudulentos con los míos y sabe también que escribí un post (varios, en realidad) en donde menciono explícitamente su nombre y digo que ella me plagia.
Aquí va mi barrunto:
Como es evidente que plagian mis letras y como tienen que autentificar que eso que escriben es mucho muy anterior en el tiempo a mis escritos (lo cual, por cierto, no puede verificarse), entonces ahora tratan de hablar de un blog (que por el momento se muestra oculto) en el que Silvana Ávila habría escrito alguna vez (acerca de hechos imperceptibles, me imagino) mucho antes de que mi blog apareciera, es decir, antes de 2008. Es decir, tal y como lo hicieron, por cierto, con el blog de Estafanía Vela Barba, aunque este situado en 2010, Dirty Little things, quien es una cercana allegada a Krauze. (El nombre, por cierto, Dirty Little Thing creo que revela de modo nada subconsciente el contenido real del mismo.)
Por supuesto en este blog de Silvana Ávila, que convenientemente en estos momentos no aparece, pero el cual ya se menciona, seguramente van a aparecer como por arte de magia muchas letras “de” esta diseñadora, con cuya pretendida existencia tienen por intención dejar establecido que ese estilo, esas ideas y esos temas con los que la vemos escribir son de ella (puesto que pretenden autentificar que son anteriores a los míos) y no, como lo son de hecho, míos, aunque, evidentemente, se trate de un rotundo plagio. Este ha sido por cierto el modus operandis de estas plagiarias psicópatas: crear blogs de la nada adulterando su fecha de aparición como la fecha de aparición de los posts.
Que plagie mi estilo escritural, que plagie mis letras, que repita mis temas y plasme allí una que otra frasecilla de las que graban cuando espían mis charlas telefónicas, será entonces visto como un hecho anecdótico que a una persona rara contaba en su enrarecido blog.
El hecho es: soy yo quien tiene todo este mundo interior, que estas resentidas muestran en sus blogs o en sus tuits como si fuera su mundo, un mundo que ha resultado de mi inventiva y mis inquietudes, pero son ellas quienes labiosamente “escriben” sobre él (plagian e imitan porque leen mi blog y escuchan mis conversaciones) y quedan como las grandes ¿algo? que jamás han sido, poseedoras, al parecer, de una introspección sin límite. Aunque, por supuesto, esa labiosidad sea robada. Y claro, yo quede como la del alma fea que se atreve a hablar de estas denuncias en detrimento del alma espiritual que pudiera poseer. Ya saben, por aquello de que soy fan de autosabotearme porque no supe cuidar las formas y yo provoqué que me ciberacosaran dado que en México no hay corrupción y todo es brillante y transparente, o algo así de kitsch y brillante a la vez.
En su momento hablaré con mayor detalle sobre los plagios de Estefanía Vela Barba a mis textos, los cuales son un monumento a la deshonestidad intelectual.
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