La defensa como necesidad, no como violencia (más de sempitema)


Cuando un grupo de personas, una pequeña sociedad, un pueblo, etcétera, decide oponerse por medios articulados no violentos a sus opresores, entonces, eso se llama una elección; una elección que resulta de una reflexión, de un razonamiento. Pero cuando un pueblo se opone a sus opresores, no por vías pacíficas sino de las llamadas ahora violentas, entonces, raras veces ésa es una acción razonada. No se tiene allí una elección, no se obró allí con libertad. Se obró por necesidad.

A mí me parece que amplios espectros de la autonombrada izquierda mexicana no ha logrado entender este aserto tan simple y, así, es común escuchar o leer algunos argumentos erigidos sobre lo que en mi opinión son premisas falsas.

Cuando se arguye que se equivocan los grupos al elegir luchas por vías violentas, veo aquí dos errores:

1) El ya señalado: raras veces se trata de una elección; es una necesidad.
2) Es un error de comprensión importante pretender que es violento alguien que se está defendiendo de una violencia primera de que ha sido objeto él: se llama DEFENDERSE, no se llama VIOLENCIA y aunque personalmente siempre he sentido rechazo por actuar defensivamente como reacción a una agresión (creo que se podría apelar a otros medios) también pienso que llegado cierto momento, si las agresiones y la violencia no cesan, entonces, es legítima la reacción. Lo que quiero decir es que si hemos de consentir en tildar de violenta a esa actitud defensiva en llamarla violenta, entonces, si queremos ser congruentes, deberíamos al mismo tiempo consentir que es una violencia provocada, que es una violencia justificada (no por sus medios).

¿Cuál es mi punto?, ¿a qué quiero llegar? ¿A animarlos de hacernos de piedras, azadones, palos para defendernos de la opresión oligarca? Absolutamente no. Sólo quiero animarlos, invitarlos, a no hacer propias las palabras, el discurso mismo de los opresores para calificar (denostar, demonizar) algo que, de facto, ellos han provocado. No aceptemos en consentir que quienes toman una lucha no pacífica versus la opresión oligárquica sea gente violenta. No seamos tan ligeros en reproducir ideas y pensamientos (no nuestros) en nuestras propias bocas. Ésa es mi invitación.

Al margen de todavía poner dos que tres gotas de esperanza sobre vías razonables de lucha, pongo otro tanto de mi esperanza en la siguiente idea: el azar y la necesidad. Esas dinámicas que escapan a nuestro control pero que eventualmente derivan o han derivado en bienestar para sociedades enteras o, incluso, en períodos de paz para una civilización completa así se trate de cortos períodos de tiempo.

Son singulares los casos en que dichas dinámicas insurgen sin la participación de los pueblos; incluso hay a veces allí, algún fermento de renacimiento cultural o esplendor. 

El movimiento y las mutaciones no el quietismo, ni la inacción— parecen ser los mecanismos más básicos generadores de cambios. Insustituibles, cuanto necesarios.

2 comentarios:

    El maestro Mojarro sostiene una tesis similar a la tuya, la llama Violencia causa-violencia efecto

     

    No conocía esta tesis de Tomás Mojarro, ni el texto; gracias por pasarlo. Yo creo que ésta es una tesis o idea a la que muchos se han aproximado por evidente.

    Gracias por comentar y saludos.

     

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