miércoles, 10 de junio de 2020
Fuera del círculo
Fuera del círculo de bienestar, hay un círculo de malestar que se cierne sobre nosotros generalmente referido a nuestra incapacidad de poder lidiar, conocer, frecuentar, discutir, consultar, debatir, etcétera, con todas las personas que están alrededor nuestro. A veces simplemente ni siquiera es posible conocerlas a todas. Uno piensa, la vida en la tierra es infinitésima y la presencia y personalidad de cada ser humano es de infinita belleza, pero yo, por el tiempo y las limitaciones físicas, me perderé de conocerlos a todos y habré de deambular por el mundo apenas soportando el propio peso de mi cuerpo, o de mis cavilaciones o, en el mejor de los casos, de mis hipotéticas y potenciales alegrías. ¿Pero qué pasa con el colectivo? ¿Qué pasa con nuestra necesidad de estar vinculados con los otros? Entre más obligaciones y más responsabilidades tienes sobre ti mismo, más difícil es insertarte en dicho círculo, más lejano te hallas de los demás y más incapacitado para disfrutar la vida por la que trabajas. Siempre lo he creído y siempre lo he preguntado, en este sistema productivo, ¿se trabaja para vivir o se vive para trabajar?
En este círculo inserto muy dentro de otros círculos, todos concéntricos, no hay posibilidad de habérselas con el (lo) colectivo, porque aún dándonos cuenta, apenas brincamos al círculo subsiguiente continuamos encerrados en la cavilación del ¿y sí...?
ResponderEliminar