viernes, 8 de noviembre de 2019
La cota del dinero
Siempre he pensado que debería de haber una cota o límite a la cantidad
de dinero que una persona puede poseer, y que lejos de que esto
constituya una infracción a nuestras libertades individuales, es una
dádiva a nuestra libertad social, la cual da sustento a nuestras
libertades individuales y las hace posibles. La libertad individual no
es algo que se alcanza desregulando y prohibiendo (si se piensa, una
desregulación es una forma muy autoritaria de regulación, por lo cual es
un espejismo que el libre mercado sea una entidad libertaria, y un
espejismo al menos doble si se piensa además en todas las
contradicciones que entraña articular el libre mercado en cualquier
economía). Entonces, si se estipulara que ninguna persona puede poseer
más de cierta cantidad al mes, no sería una prohibición a nuestras
libertades individuales, sino una condición de posibilidad de las
mismas. La auténtica y verdadera prohibición no es establecer una cota o
límite a la cantidad de dinero que una persona puede poseer, la
auténtica y verdadera prohibición es no estipular lo contrario. Permitir
que cualquier persona posea insanas cantidades de dinero es una
prohibición al derecho que tienen todas las personas a acceder a una
economía distributiva. El libre mercado es una pantomima. La libertad de
amasar dinero a raudales, no es libertad, es totalitarismo. Porque no
es posible amasar semejantes cantidades de dinero sin no someter a
esclavitud a terceros.
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