Cuando les empiece a contar cómo Avelina Lésper, Silvana Ávila, Fernanda
Melchor, Laura Lecuona, Alejandra Eme Vázuqez, Rosario Loperena, Nadia Villafuerte, Daniela Villarreal Rubio, Sandra Barba, que alguna vez me llamó la chavista de tumblr, pero que
convenientemente borró su tuit, si bien no, sus flagrantes y asquerosos
plagios sobre mi obra, Estafanía Vela Barba y toda esta galería de
pseudoescritoras que está catapultando a la fama el círculo de Enrique
Krauze, están plagiando mi obra, se van a ir de bruces.
Pero no me importa, y no me importa hacer el ridículo y no me importa
tampoco revelar cómo llevo años siendo hackeada, espiada y sistemáticamente
acosada por este grupo de psicópatas, ni me importa tampoco que piensen
que estoy loca o llena de resentimiento. La verdad es que estoy llena de
la misma rebeldía con la que empecé a escribir para mi blog hace
algunos años, y si en aquel entonces no permití que se llevaran a cabo
los atropellos que se estaban llevando a cabo contra el movimiento de transformación que encabezaba Andrés Manuel, de la misma manera no lo voy a permitir ahora, aun cuando
para hacerlo tenga que salir a la luz yo misma y salir embarrada en
esta serie de porquerías en las que me están embarrando. La cosa es, y
en resumen, que tienen una ghostwriter que se dedica a plagiar mi obra a
partir de que en 2012 se recomendara mi blog en un magazine de quinta,
de escritorzuelos de ultraderecha, llamado Literactivos. Esta psicópata
ha creado cientos de perfiles falsos en twitter en donde se dedica a
escribir con mis letras, robar mi personalidad, a imitarme, copiarme,
acosarme, a intentar apropiarse de mi producción intelectual y un largo
etcétera. Tales perfiles se presentan tanto como perfiles de izquierda
(aunque obviamente infiltrados) y perfiles de derecha. La finalidad de
los mismos es operar en términos prácticos el golpe blando que se
necesita mantener activo en los ámbitos mediáticos mientras dure el
gobierno de Andrés Manuel con el simple propósito de desestabilzar al
país y polarizar a la sociedad, por un lado, y por el otro, en la mente
enferma de la psicópata que colabora con esta chusma, apropiarse de mi
obra, detraerla de su singularidad o su valor aurático y fingir que
ellos son los grandes genios, amantes del saber de espíritu renacentista
que nunca han sido. Pero que se sienten plenamente inspirados a serlo
por todo lo que he escrito, aunque en realidad solo estén plagiando mi
obra.
Bueno, esto es solo una cápsula muy breve de lo que está y ha
estado pasando. Puesto que los próximos días ofreceré más detalles
sobre toda esta argucia. Saludos a todos y gracias por leer.
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