viernes, 22 de abril de 2011

Espero no olvidarlo una tercera vez (uso y funciones de fulano, mengano, zutano, perengano o perencejo)

Pues esto fue lo que encontré (por ahora):

Un capítulo nada desdeñable de la gramática del texto de una lengua está constituido por las unidades lingüísticas destinadas a organizar u ordenar el discurso(3). Me refiero a series de piezas como primero, (segundo, tercero, etc.), luego, después, a continuación, por último, finalmente; además, asimismo, incluso, encima, también, por una parte, por otra parte; etc.(4)
1.1. Como es sabido, la forma fulano(7) proviene del adjetivo árabe fulân, con el mismo valor del castellano tal (fulán alcalde, fulán vendedor, fulano escriuano, etc. Alfonso X , Siete Partidas). Puede sustantivarse, como ocurre en español (asus fijas fulana & fulana, Alfonso X, Siete Partidas). El uso medieval de fulano como adjetivo quedó anticuado antes del siglo XV(8).
1.2. La forma zutano, en cambio, resulta de origen incierto. La diversidad de variantes que presenta (citano, muy frecuente en el español clásico, citrano, cicrano, etc.) indica que sólo la primera unidad fónica “es esencial y constante en esta palabra, lo que sugiere pueda tratarse de una interjección ¡cit! o ¡çut! empleada para llamar y luego para nombrar a un desconocido cualquiera, de quien se ignora el nombre, y finalmente adaptada a la terminación de fulano”(9).

AQUÍ puede terminarse de leer completo.

Y finalmente, esto:

Términos como fulano, zutano, mengano, perengano o perencejo, empleados para aludir a personas de un modo genérico, o a individuos cuyo nombre se ignora o no se quiere expresar, se escriben, en general, con inicial mayúscula: A fulano lo mataron porque no quiso arrendar. Se escriben con mayúscula sólo si forman parte de una denominación genérica ficticia, con estructura de antropónimo. Fulano de tal, odontólogo y médico.


Tomado de este ENLACE.

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3 Como marco de referencia teórico para lo que aquí se expone pueden consultarse trabajos como los de Coseriu (1981), Lamíquiz (1994), Beaugrande y Dressler (1997), Martín Zorraquino (1992), etc."4 En Casado Velarde (1997) se ofrece una clasificación de este tipo de unidades idiomáticas. Cfr. también Portolés Lázaro (1993).
7 En Corominas-Pascual (1980-1991) se trata ampliamente la historia de esta y de las demás formas del paradigma, especialmente s. v. zutano.
8 Corominas-Pascual (1980-1991) se refieren a cómo en algún punto de América se hallan usos adjetivales parecidos a los arcaicos: “si hay algo desabrido en el mundo es el fulano manjar blanco” (Picón Febres, escritor venezolano). Este mismo valor arcaico refleja el siguiente uso del novelista mexicano Dante Medina, en donde se da la particularidad de que aparece también la forma zutano con la misma función: “fulana vaca se atoró, y que zutana vaca brama feo” (Cosas de cualquier familia, México, 1990, CREA). También se refieren Corominas-Pascual a la reaparición, documentada en Andalucía, del uso de fulano aplicado a cosas: “dame el fulanillo de la navaja” (por el afilador, Toro Gisbert, RH, XLIX, p. 457).
9 Corominas-Pascual, s. v. La primera documentación de esta voz se encuentra en el Corbacho (1438). En judeoespañol existen las formas sistranu y sestrano. Cf. portugués sicrano."

4 comentarios:

  1. Mis más afectuosos saludos, Eleutheria. laimprentadefar.blogspot.com migró a cosmogundemaro.blogspot.com

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  2. Hola Rafael, gracias por avisar de esta mudanza.

    Intuyo que con la lírica logras dar coherencia a lo que con razonamientos parece no tenerla y que ella es algo que te acompaña de hace tiempo.

    Que estés muy bien.

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  3. ¡Qué interesante! Cómo no podemos evitar nombrar a los terceros de un contexto puesto que en la otredad nosotros hallamos referencias que orientan y dan sentido a nuestro ser. Hummm...me quedé pensando en aquello que luego te comento entre pláticas intrascendentes de si tal o cuál sería hombre, mujer, quimera, nessie o el yeti. Cuídate amiga ciao, ciao.

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  4. 1. Usé mal una grafía y por eso surgió este post (creo que sabes de mis obsesiones con lenguajes, gramáticas y trebejos del estilo), pero me alegra tu comentario tan ajeno a mis manías.

    2. Pienso que visto desde algún ángulo, o el otro nos invita felizmente a la reflexión y lo que con ello devenga, o encontramos subterfugio en él para decantarnos en “nuestras certezas”.

    3. Sí creo que cuando nos ataca esta especie de narcótica omnisciencia y elaboramos tales certezas, nuestra conciencia descansa y deja un poco de lado los tormentos. Hay gente que se engaña y le quiere llamar a esto madurez o voluntad o progreso. Desprecio esas denominaciones, pero -¿qué le hacemos?- el humano tiene que encontrar razones para vivir, si no, imagínate, esto se convertiría en un enorme cementerio (nos ha faltado valor, honestidad o algún arrebato de locura colectiva).

    Gracias Jen.

    Te abrazo.

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