jueves, 6 de enero de 2011

Bloguear (post atrasado 2/15)

Una de las cosas que me gusta mucho de bloguear es que uno se topa con toda suerte de micro-universos. Me gustan mucho los blogs en donde se exhiben fotos de naturaleza. Una vez me encontré con los blogs de unos biólogos –todos se siguen entre ellos, deben tener su cofradía- en los que muestran fotos de plantas muy exóticas y, al tiempo, bonitas; creo que esos biólogos, si no recuerdo mal, viven en Baja California Sur (hace mucho que hice parada en sus lares y no he vuelto). También me gustan los blogs que reflejan a personas humanas, viviendo su día a día, contándonos de la belleza de sus hallazgos, algo de sus penas y alegrías, pedazos de su pensamiento y de su cotidiano trajinar (en el fondo, son mis blogs favoritos). También los hay de literatura, aquéllos que gustan de coleccionar poemas o extractos de novelas, cuentos qué sé yo. Me gustan los blogs darketos porque todos se parecen mucho: chicas a lo Emilie Autumn, fondo oscuro, literatura depresiva, música que, si es neoclásica, darkwave o ethereal gothic, cae por lo regular bien a mis oídos. En realidad, estos blogs me despiertan mucha ternura; los chicos que suelen refugiarse en la onda dark son siempre almitas ultra sensibles, más bien vulnerables e inofensivas. Como yo siempre he tenido una manifiesta inclinación hacia lo oscuro –sin nunca, en mis años adolescentiles, haber sido dark (menos ahora)-, pues, en el fondo, creo comprender el rollo en el que se clavan: todo un mundo fantasmagórico para hacerse la vida más pasable.

Hay también blogs de personas que escriben muy bien, con gran elocuencia y en los que uno puede aprender muchas cosas (todo depende de la especialidad de la persona). Blogs de outsiders de la cultura, gente que vive en los límites de lo establecido, rebasándolo o eso parece. No pueden faltar los blogs de los anarquistas-marxistas-comunistas-maoístas y las más “radicales” posturas políticas; música de protesta, poesía perdida, nostalgia.

Cada blog parece reflejar mucho de su creador, de sus aficiones, de sus temas recurrentes, sus obsesiones, sus filias y fobias, convicciones. También están los blogs de los filósofos, los lingüistas, los que aman el pensamiento puro, los matemáticos y eso, los que gustan de los símbolos y los lenguajes. No pueden faltar tampoco los blogs de los escépticos que, dicho sea de paso, apenas si logran comprender al otro bando –los pseudocientíficos. Digo el “otro bando” en relación a sus convicciones de tipo epistemológico. Una persona, difícilmente, puede ser catalogada con un par de adjetivos; ya se ha dicho que generalizar, por lo regular, es poco más que estrecho.

Hay tantos blogs como tipos de personas; algunas personas comparten o compartimos ciertas aficiones –de allí surgen las amistades-, el modo de contemplar la vida, de ponderarla. En un esfuerzo de síntesis, podemos intentar clasificar a los diversos tipos de personas que hay en el mundo (alegres, melancólicos, arrojados, despreocupados, etc.). Sabemos, en realidad, que una sola persona puede presentar más de una tendencia, este tipo de abstracciones son, por lo regular, simplistas y se pierde mucha información cuando son hechas. Algo similar pasa con los blogs. Ahora, por ejemplo, me acabo de acordar del chico de las galgas o de este muchacho musulmán que, con todo ahínco, busca explicar que su religión no es ese cúmulo de fanatismos que pinta occidente; o el blog del chico –tamaña crisis de risa me pegó cuando le leí-, haciéndole una oda a la mierda, sí, a la mierda –aunque, en realidad, creo que la oda la tomó de otra parte. También están los nihilistas –ahorita estoy usando la acepción menos completa de la palabra-, los blogs sobre ciencia, sobre moda, los blogs melómanos. En fin, de todo hay.

Bloguear es una actividad que hago con cierta frecuencia últimamente –de un par de años para acá- y en la que me siento muy a gusto. Cuando lo hago, procuro recordar que la vida no se vive a través de una pantalla; bloguear es una forma muy didáctica de conocer a los otros, pero no es una forma directa como, en realidad, prefiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario