jueves, 12 de agosto de 2010

También la poesía...

El siguiente poema de Paul Verlaine no aparece originalmente con este epígrafe. El epígrafe lo he seleccionado yo a partir de la siguiente ficción: que alguien me ha pedido la edición de una antología de sus poemas y que tenemos que timar al lector, haciéndole creer que Verlaine inicia así este poema en particular. Por supuesto, la ucronía es una de mis predilecciones y, por ello, elijo a un poeta posterior, en el tiempo, a Paul Verlaine.


La elección fue hecha con denodado cuidado y esto se corresponde con que me tomo siempre las cosas muy en serio -que me disculpe Monterroso por mi solemnidad. Quizá en ello estriba que la elección ha sido torpe, digna de alguien que estudió ciencia más bien que letras hispánicas o alguna letra de algún país (francesas, inglesas, etcétera).


Todo –por supuesto- es parte de la ucronía, sólo así es admisible la candidez sobre la que descansa este hipotético engaño, sólo así es admisible pensar que un poeta maldito pueda revelar tan científicamente su propia naturaleza. Por cierto, se me apeteció bastante uno debido a Kierkegaard, pero no, siempre no se hizo.


Me dispensarán quienes eventualmente me leen, yo también me armo mis disparates, aun cuando éstos son de naturaleza melancólica (como yo).


Termino.


Este post lo he creado para mí y, si lo comparto, es porque creo que epígrafe y poema, por separados, son magníficos y contienen en sí mismos parte de lo que siento a través de la literatura, esa pasión confusa, extraña que también albergo. Ese diletantismo de tránsfuga.


Yo sí pienso que mi mundo es más de eidos que de otra cosa. Ni hablar, me he resistido, pero siempre retorno y éste es mi paraíso terrenal.




La literatura no es inocente y,
como culpable, tenía que acabar al final por confesarlo.
Solamente la acción tiene los derechos.
La literatura, he intentado demostrarlo lentamente,
es la infancia por fin recuperada.

George Bataille*


Yo soy ese loco que nombrabas,

Yo soy el nuevo Adán que se come al viejo hombre

Tu Roma, tu París, tu Esparta y tu Sodoma…

Como un pobre arrojado entre horribles manjares.



Mi amor es el fuego que devora para siempre toda carne insensata

y la evapora como un perfume.

Y es el diluvio que consume en su onda todo germen que yo sembré

a fin de que un día la cruz donde muero fuera alzada

y que por un milagro espantoso de bondad,

un día vinieras a mí tembloroso y domado.



Ama, sal de tu noche.

Ama. Es mi pensamiento de toda eternidad.

Pobre alma abandonada,

que debieras amarme porque sólo yo he quedado.


Paul Verlaine


* En "La Literatura y el Mal"


2 comentarios:

  1. Estimada amiga nosotros tomamos otra frase que dice: " Puesto que no hay lecturas inocentes, empecemos por confesar de qué lecturas somos culpables" Althusser.
    La revista que editamos la podes ver en el sitio www.latierradividida.com
    Saludos
    Gustavo

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  2. 1. Me gustó la frase por complementaria.

    2. He puesto ya un hilo desde aquí a "La Tierra Dividida" para estar al pendiente de lo que publiquen (en "Medios Alternativos"). Por lo pronto, hay ya un artículo del mes de Agosto que me pareció interesante. Esperemos hasta el 20.

    Saludos.

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