Midiendo fuerzas


El problema no es, en sí, que tengan nuestros datos –ésos ya los tienen desde hace mucho- el problema es esta cierta coacción, esta ética autoritarista con la que se manejan; esta ética que nos hace escuchar en nuestros celulares una amenazante y absurda promesa: si no te registras, tu línea será suspendida. Pero no sólo eso; ahora también, soportar publicidad coercitiva las veinticuatro horas por todos los medios: Internet, TV, radio, prensa escrita, etc.


¿Qué implicaría dar una prórroga por un año? Doblar las manos, dar el brazo a torcer, sucumbir ante el avasallante poder de una ciudadanía no dispuesta a acatar una acción cuya causa no parece tener correspondencia con la acción misma, es decir, ¿realmente registrar nuestros datos redundará en un efectivo combate contra la delincuencia? Si la lógica de esta decisión (véase, RENAUT), está en la misma línea de la lógica del “combate al narcotráfico” que se ha venido implementando desde el arribo de Calderón, el ilegítimo, a Los Pinos, me queda claro que no, que se trata de una acción tan torpe y tan sumisa como la otra. Pero esta implicación es menor comparada con una que el actual gobierno fascista no está dispuesto a tolerar: aquella que reivindicaría el poder soberano del pueblo (o “sociedad” para los quisquillosos con los términos) y que haría percatarse a cada uno de los mexicanos de su apabullante fuerza en tanto sociedad cohesionada, en tanto colectivo organizado, ordenado, no mediocre en la exigencia de sus derechos, pensante, que no sólo cumple con su “deber”, sino que se cuestiona sobre ese “deber”. Esta implicación, abriría una caja de Pandora difícil de cerrar después; aquella que restaría fuerzas a un gobierno obsesionado con el cumplimiento de la ley por la ley misma, aquella que haría recordar a quienes gobiernan que no son sino depositarios del mandato popular y que, en consecuencia, cualquiera decisión que tomasen tendría que hacerse con la venia de sus gobernados.


De alguna manera, hacernos ir en tropel a registrar nuestro celular como buenos automatitas, es una confirmación de la fuerza y el control del gobierno sobre la ciudadanía (como si esto fuera algo nuevo).


Finalizo diciendo que mi hermana me ha comentado que algunas telefónicas te cobran $20.00 por ayudarte a hacer el registro. A mí me parece que este cobro –que en mi opinión, no tiene razón de ser- es sólo posible si hay ciudadanos zozobrantes ante la eventualidad de quedarse incomunicados, ciudadanos que tienen miedo de perder su línea. Y yo me pregunto en una actitud filosofante, ¿no vulnera esa coerción nuestras libertades? Porque, ¿a quién estaríamos dañando si no hacemos el registro?

6 comentarios:

    la ley es la ley aunque sea absurda, esté mal hecha y no sirva para lo que supuestamete fue hecha, la manera de hacerla cumplir es en todo Estado, démocrático o autoritario, siempre por coerción, en ingún lado se van a poner a convencerte con contemplaciones. Si queremos mejorar este país debemos acatar la ley, ya veremos después como la revertimos, de hecho no creo que dure mucho , caerá por su propio e inútil peso.

     

    Hola Ernesto, no estoy de acuerdo contigo, pero -bueno- supongo que también es sano diverger.

    Eleutheria.

     
    On 9 de abril de 2010, 22:57 Anónimo dijo...

    Saludos:

    Pues esta vez concuerdo con Ernesto amiga Onata, ademas, pues no se trata de hacer las grandes filas, desembolsar las grandes cantidades de dinero o hablar con una operadora cretina y grosera, solo mandar un mensajin con datos que el gobierno ya posee.

    Un saludo y seguimos en contacto, por lo que veo, en la ciudad de Eleutheria al igual que en Girls Life, siempre hay algo nuevo que leer jaja.

    Atte: JG

     
    On 9 de abril de 2010, 22:59 Anónimo dijo...

    PD: ademas, si las compañias telefonicas se estan poniendo en la postura que lo hacen, pues no es porque les interesen los derechos civiles de sus usuarios, sino porque serian 25 millones de entradas de dinero que quedarian canceladas.

     

    Yo fui de los que registró el celular al último momento, estaba yo esperando que los 30 millones que no lo habíamos hecho, nos mantuvieramos firmes e inamovibles, pero tristemente descubrí que la mayoría de los que no se habían registrado eran por desidiosos, no por estar dispuestos a llegar hasta las ultimas consecuencias (yo si estaba dispuesto a comprar otro cel y pasar un buen rato mandando mi nuevo numero), pero no, resultaron ser un montod de coyones corriendo a abarrotar los centros, yo estaba seguro que 30 millones eramos suficientes para reventar esta ley absurda, pero no, me sentí solo y dado que por mi actividad profesional mi telefono es una extensión de mi oficina, pues decidi enviar el dichoso mensaje y concentrarme en algo más importante, no estuve dispuesto a pagar complicarme la vida, en fin, como dice Ernesto, habra de caer por su propio peso

     

    Ciudadano X, pensé exactamente lo mismo que tú y, de hecho, los registré hasta hoy. Sin embargo, creo que mordimos el anzuelo y que la presión mediática pudo más que nuestra convicción (me siento avergonzada). Mordimos el anzuelo porque estoy segura de que se han registrado menos personas de lo que se está diciendo. Mi hermana no se ha registrado y tiene sus dos líneas (Telcel y Movi) habilitadas. Estoy pensando seriamente en dar de baja mis registros. Sigamos atentos el devenir de los acontecimientos. Sin duda, ésta es una de las medidas más represoras del gobierno ilegítimo de Calderón, a ésto le llamo yo terrorismo de Estado. Amenazarnos con suspender nuestras líneas ¿es éso libertad?

    Por cierto, Ernesto, JG, Ciudadano -quienes tan gentilmente comentan en el blog- tengo un vaticinio: la consumación de esta medida puede ser la punta de lanza de medidas aún más severas (estúpidas), una especie de experimento.

     

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