ADIÓS A LA IZQUIERDA
¿Saben?
Creo que anuncio oficialmente mi deseo de no hablar más de política,
creo que todo es un montaje. Creo que la izquierda como tal no existe,
que todo está manipulado y que la gente más inteligente en la izquierda
nunca tiene voz ni voto. También creo que los dirigentes de izquierda,
los analistas de izquierda, los periodistas de izquierda, son gente
súper idiota que no representa mis ideales ni mi idiosincrasia, ni de lejos representa mis propias
aspiraciones sobre política. Son dogmáticos, son manipulables y, más
grave, son estúpidos. Bye bye, no le hago falta a la izquierda, me hago
falta a mí misma y, sobre todo, no le hago falta a la izquierda porque
de hecho ya están robando mis ideas y aprovechando mi lenguaje. Así que,
adiós, no le hago falta a la izquierda. La gente de izquierda no quiere
gente analítica, la gente de izquierda quiere gente que los manipule y
les vea la cara, eso es lo que quiere la gente de izquierda y eso es lo
que yo estoy muy lejos de representar. Me retiro de ser parte de la izquierda
o de opinar sobre la izquierda. Tal vez en mi corazón siempre seré de
izquierda porque genuinamente siempre he estado preocupada por los
despojados, pero ya no encuentro nada que me vincule a un cúmulo de
gente que no utiliza la cabeza para pensar y que creen que solo con el
corazón basta y que, además, le cede sus liderazgos a gente estúpida o a
gente infiltrada. El corazón es necesario para existir, pero el
corazón, en este mundo tan feroz, no es suficiente para lograrlo. Y por
eso a la izquierda le siguen comiendo el mandado y se lo seguirán
comiendo. Aunque con izquierda, ahora que lo pienso, me refiero más
precisamente a los movimientos de masas y al clamor de los pueblos.
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