domingo, 3 de noviembre de 2019


ADIÓS A LA IZQUIERDA

¿Saben? Creo que anuncio oficialmente mi deseo de no hablar más de política, creo que todo es un montaje. Creo que la izquierda como tal no existe, que todo está manipulado y que la gente más inteligente en la izquierda nunca tiene voz ni voto. También creo que los dirigentes de izquierda, los analistas de izquierda, los periodistas de izquierda, son gente súper idiota que no representa mis ideales ni mi idiosincrasia, ni de lejos representa mis propias aspiraciones sobre política. Son dogmáticos, son manipulables y, más grave, son estúpidos. Bye bye, no le hago falta a la izquierda, me hago falta a mí misma y, sobre todo, no le hago falta a la izquierda porque de hecho ya están robando mis ideas y aprovechando mi lenguaje. Así que, adiós, no le hago falta a la izquierda. La gente de izquierda no quiere gente analítica, la gente de izquierda quiere gente que los manipule y les vea la cara, eso es lo que quiere la gente de izquierda y eso es lo que yo estoy muy lejos de representar. Me retiro de ser parte de la izquierda o de opinar sobre la izquierda. Tal vez en mi corazón siempre seré de izquierda porque genuinamente siempre he estado preocupada por los despojados, pero ya no encuentro nada que me vincule a un cúmulo de gente que no utiliza la cabeza para pensar y que creen que solo con el corazón basta y que, además, le cede sus liderazgos a gente estúpida o a gente infiltrada. El corazón es necesario para existir, pero el corazón, en este mundo tan feroz, no es suficiente para lograrlo. Y por eso a la izquierda le siguen comiendo el mandado y se lo seguirán comiendo. Aunque con izquierda, ahora que lo pienso, me refiero más precisamente a los movimientos de masas y al clamor de los pueblos.

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