miércoles, 1 de septiembre de 2010

Linaje

Hay cierta raza de hombres
(ahora ya conozco a mis hermanos)
que llevan en el pecho como un agua desnuda temblando.

Que tienen manos torpes
y todo se les quiebra entre las manos;
que no quieren mirar para no herir
y levantan sus actos
como una estatua de ángel amoroso
y repentinamente degollado.

Raza de la ternura funesta, de Abel
resucitado.

Rosario Castellanos


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