Valor aurático de la obra de arte y los plagios de Patricia Navidad a mis textos

Patricia Navidad es una cantante mexicana y una actriz de televisa, lleva varios años plagiando mis textos y publica tuits en Twitter. Los tuits que publica los publica utilizando mi propiedad intelectual. Le advertí a la red social y no ha hecho nada. Por otra parte estoy segura que ella no escribe los tuits que publica en su perfil y de hecho creo saber quién los escribe. El punto es que esta mujer es una mujer deshonesta que se presta a vulnerar la propiedad intelectual de un tercero y sus derechos de autor para catapultar su imagen. Es una tipa encajosa, gorda y corrupta que debería ser ignorada olímpicamente en las redes. Es una vergüenza que en el país pasen estas cosas y que la misma sociedad convalide a esta clase de corruptos. Lo veo con impotencia pero lo veo con nostalgia porque ahora estoy fuera de México. Lo más sorprendente es que esa misma sociedad que apoya a estos corruptos es la misma que después se queja del estado actual de las cosas. Por lo cual, concluyo que dicha sociedad y tales corruptos viven una especie de relación sádico-masoquista bastante viciada en la que ninguna de las partes quiere soltar a la otra o, por lo menos, que mutuamente se retroalimentan, por la simple y sencilla razón de que se autocompensan y autoconvalidan.

Aun cuando Twitter no tenga importancia y lo que allí se publique carezca de trascendencia, no está bien que esta individua esté haciendo esto y no debería ser hecho. Pero, más importante, no debería ser tolerado. Porque si eres capaz de tolerar a una persona que acude a este tipo de prácticas para publicar un tuit en su perfil, entonces eres capaz de tolerar cualquier cosa.

En primer lugar, Patricia Navidad está utilizando la inteligencia y creatividad de otra persona para publicar tuits en los que pretende perfilarse como la poseedora de dicho talento. Es decir, se está apropiando de la propiedad intelectual de alguien más y la utiliza como si fuera de ella. Es como si alguien se comprara un coche producto de su esfuerzo y todos los días su vecino lo utilizase sin pedirle permiso. Aunque, en realidad, es algo mucho peor. Porque en el caso del coche, lo único que está involucrado allí es el esfuerzo físico y el tiempo invertido en realizar ese esfuerzo, pero en el caso de la propiedad intelectual de un individuo concreto, además de haber esfuerzo físico y tiempo invertidos, hay un valor extra que ningún esfuerzo físico puede reemplazar: es la creatividad de la persona y el talento innato de esa persona y ambos valores son valores irreemplazables.

El esfuerzo físico lo puede realizar cualquiera y un obrero puede ser reemplazado por otro más o menos sin ningún problema para que realice la misma actividad. En este caso, lo que yo produzco va más allá del valor que implica la elaboración de un coche y constituye un valor agregado. La propiedad intelectual, como creación humana, es irrepetible. El producto del esfuerzo mental de una persona es irreproductible y a eso se refería Walter Benjamin cuando hablaba del valor aurático de la obra de arte. Por supuesto, no estoy postulando que el trabajo intelectual sea superior al trabajo manual que realiza un obrero. En cambio, estoy exponiendo por qué ambos son diferentes en naturaleza y por qué plagiar la obra de arte de una persona que resulta del esfuerzo intelectual y creativo es un delito grave. Lo que condeno no es la mímesis, porque la mímesis es inevitable y útil para el arte, lo que condeno es el intento por apropiarse del valor aurático de una persona intentando ocultar que dicho valor pertenece a esa persona.

Patricia Navidad podría plagiarme lo que quisiera si reconociera abiertamente que le gustan mis escritos y que se inspira en ellos para crear, porque entonces no estaría lesionando mi propiedad intelectual sino que la estaría honrando. Sin embargo, al utilizarla sin mencionar que es mía, está lesionándome de hecho además de comportarse como se comporta un ladrón. Por otra parte, ni siquiera es posible afirmar que Patricia Navidad agrega algo nuevo a mis textos porque a lo único a que se reduce es a pegar mis ideas en una sola pieza o mosacio y a partir de distintos bits de informacion que están dispersos a lo largo de mi obra producir un tuit que es espurio.

Por lo tanto, ni siquiera es posible decir que se inspira, solo es posible decir que plagia. Paralelo a esto, Patricia Navidad no solo copia mis textos y plagia mis ideas, sino que utiliza los mismos moldes argumentales y los criterios discursivos que yo utilizo en mis escritos para debatir una tema en los tuits que ella reproduce. Es decir, Patricia Navidad no está produciendo nada nuevo, solo está copiando, y copiando, y a través de esa copia que realiza, está ganando popularidad en redes además de manipular a muchas personas.

Ahora bien, independientemente de las ganancias o beneficios que ella pudiera obtener en las redes a través de mis escritos y de los fines que persigue, el hecho es que persigue un fin y hay una finalidad instrumental en su acción y al utilizar mis escritos para publicar y alcanzar las metas propuestas, las que sean
sin mencionar que se trata de mi creación personal, está actuando con dolo y de manera alevosa. 

Lo que ella gana plagiándome (fama, reconocimientos, followers) es algo que me tiene sin cuidado, lo que no me tiene sin cuidado y me molesta es que de hecho haya un propósito utilitario y se valga de mis escritos para lograrlo. Sobre todo, porque ni siquiera yo utilizo mis escritos para ganar celebridad en redes entre las personas o manipularlas.

Si ella quiere seguir utilizando mis escritos para publicar tuits, entonces tendrá que reconocer mi nombre, esforzarse y decir que utiliza mis escritos para publicar.

El siguiente tuit constituye un plagio a varias de las publicaciones que están en mi blog. El tuit está atribuido a la cantante y actriz mexicana Patricia Navidad y en él muestra un mensaje que supuestamente está dirigido al público con el propósito de hacer algunas aclaraciones en torno a México. Aclaraciones relacionadas con asuntos políticos. 

En cuanto al contenido del mensaje, no sé si el mensaje haya sido escrito por ella, mi sospecha es que no, pero lo que sí es un hecho es que está basado en los discursos que están alojados en mi blog y en varios posts míos los cuales han sido escritos por mí a lo largo de varios años. Tanto en los textos que tengo publicados en el blog como en las distintas publicaciones que están en mis páginas en Facebook. 

Es, pues, un plagio a varias de mis publicaciones. Y esto cualquiera puede corroborarlo accediendo a mi espacio y dando lectura a mis escritos. Es sencillo, no requiere más que de un breve análisis y de un deseo por conocer a la verdad. Y, sobre todo, de un amor a la verdad.

Ahora bien, la denuncia puede molestar a mucha gente porque se trata de una figura pública, sin embargo, es necesario afirmar que la sujeta se ha dedicado últimamente a plagiar impunemente mis textos, de la misma manera que lo han hecho todas las cuentas que he denunciado en este link, por lo cual, sitúo su acoso en el marco de las agresiones que he sufrido los últimos años por un grupo cada vez más extenso de la derecha latinoamericana (me refiero tanto a la derecha liberal como a la derecha conservadora, las cuales constituyen en su conjunto a la derecha latinoamericana), quienes se han dedicado a falsificar sin parar decenas de miles de pasquines, panfletos, libros con fechas de publicación adulteradas, donde todos mis escritos y mi literatura aparecen falsificados y falsamente atribuidos a escritoras falsas o inexistentes. O bien, a perfiles pirata en Internet. Por supuesto, nunca copian una sola idea igual pero, igual, plagian toda mi obra. 

El grupo podría estar formado por dos o tres personas o por una sola persona. Pero me queda claro que es alguien que está obsesionado conmigo, que ha leído todo lo que he escrito en las redes y que tiene el deliberado plan de fastidiarme. Sin duda alguna en el mismo figura la puerca psicópata que me acosa desde hace varios años, pero no es descabellado pensar que alguien colabore con ella o que ella colabore con alguien, lo cual todavía es más probable, y que por esa razón su acoso sea tan eficiente.

Es por esta razón por la que me atrevo a pensar, como ya he señalado anteriormente, que todos estos textos están siendo escritos por un mismo grupo de personas en forma coordinada. Son lo que en el ámbito editorial se conoce con el nombre de ghostwriters. La otra, por supuesto, es que cada una de estas personas actúe de manera independiente y hayan decidido por cuenta propia plagiar mis textos de manera simultánea simplemente porque les gustan. Aunque no es un evento improbable, la verdad es que son demasiados los textos y demasiados los perfiles como para que se trate de una mera coincidencia o de varias personas actuando al unísono a lo largo y ancho de Latinoamérica para plagiar mis textos. Es mucha la coincidencia. Es mucho más verosímil pensar que esta gente lo está haciendo con el deliberado propósito de fastidiar y de apropiarse de mi producción intelectual que pensar que son varias personas actuando al mismo tiempo por pura coincidencia. Colateralmente, según observo, buscan eliminarme del mapa. 

Es un modo de decir, ‘para que tu obra pierda singularidad la reproduciremos ad nauseam hasta que sea vuelva común. Así, ya nada de lo que escribas será original ni podrá acreditársete’.

A este respecto cabe señalar: tienen tanta envidia, es tal su odio y su sentido de inferioridad, que no saben qué hacer con algo que consideran bello pero que no fue producido por ellos. Así que lo único que les queda es mancharlo. Piensan algo así como, ‘nos gusta lo que has escrito, nos fascina de hecho, pero ya que no fuimos nosotros quienes lo creamos, tendremos que reproducirlo en forma masiva atribuyéndolo a distintos perfiles y escritoras falsas hasta lograr que se acredite a tales perfiles en el intrascendente mundo de la cultura de masas y no a ti, así, logramos al menos tres propósitos: 1) Invisibilizarte del ámbito cultural (como si alguna vez me hubiera interesado estar en él), 2) Que pierda originalidad y 3) Amedrentarte psicológicamente.’

El odio, por otra parte, es causado porque no son ellos los creadores de esta obra, por la cual proyectan su malestar ensuciándola . Es decir, ensuciando aquello producido que les incomoda [1]. Así, su admiración ante las cosas que escribo se expresa a través de acoso y plagio. 

Es una forma retorcida de admirar algo, que consiste en asediar a alguien y cometer delitos informáticos.  Por lo cual, se traduce en un crimen de odio. 

Es una manera de odio no inusual en la historia, cuyo sentimiento de admiracion causa vergüenza en quien lo experimenta. El odio involucra obsesión y el deseo de convertirse en la otra persona para borrarla del mapa. Ello explica que haya decenas de perfiles falsos en twitter que se acreditan mis letras y merquen con ellas para emular mi personalidad. El odio consiste en no ser ellos a quienes se les ocurrió pensar o escribir de la manera en que lo hago, pero en lugar de reconocer que les gusta, deciden mejor plagiar o invisibilizar al sujeto/a objeto de su odio, dado que lastima a su demeritado ego de psicópatas el que haya una persona mejor que ellos. 

En el caso particular del acoso que yo sufro, este es el mecanismo por el que se convierten en repetidores de lo que digo.

Y, ojo, no soy yo la que me considero mejor, son ellos con su plagio quienes me han hecho pensar que ellos creen que soy mejor que ellos en algún sentido, o al menos en lo que compete a mi estilo escritural.

Sin embargo, toda la gente que me lee puede estar tranquila. Nunca he tenido interés en que mi obra sea conocida por nadie. Es más, ni siquiera me concibo como una escritora y nunca me ha interesado serlo. Utilizo la palabra obra en un sentido meramente descriptivo. Nunca me ha interesado tampoco hacerme famosa por mis ideas. Aunque observo que mis ideas deben ser poderosas puesto que no encuentro otra manera de explicar que alguien las copie con tal devoción. Debe haber algo muy poderoso en mi discurso para que le encante tanto a la gente. Porque si me interesara hacerme famosa por mis ideas y ganar popularidad, entonces me dedicaría con profunda abnegación como todos esos influencers buenos para nada que pululan en la red a regurgitar mis ideas en las redes para ganar fama. Sin embargo, soy yo la que las escribe y son ellos quienes las utilizan para ganar popularidad. Soy yo quien las produce y ellos las reproducen. Todo muy en consonancia con la ambición descarada de la derecha neocom latinoamericana y sus grandes e inocultables dotes.

Además, debo decir una cosa, no es mi culpa que Patricia Navidad sea una figura pública y que ella me esté plagiando. Yo no elegí que me plagiara ni le pedí que lo hiciera. Por lo tanto, no debo sentirme culpable si la delato y señalo públicamente su proceder poco escrupuloso. La falta de moralidad es de ella, no mía. Es ella quien permite que su perfil se utilice para plagiar la obra de un tercero y quien se presta a este acto deshonesto. Es ella quien sirve a intereses ajenos y quien por impulsar una agenda ajena a los intereses de mi país, está dispuesta a valerse del discurso creado por otra persona para cumplir con su papel servil. Ahora entiendo por qué impulsa la agenda pro Trump y por qué golpetea a Andrés Manuel: sirve a los intereses de la derecha latinoamericana y, concretamente, de la facción conservadora. Por eso divulga todas las mafufadas del nuevo orden mundial en su puerca cronología Twitter, porque es una idiota al servicio de otros idiotas para hacer más idiota a la gente. Y, por supuesto, es una psicópata y no tendrá miramiento alguno en continuar haciendo la clase de porquerías que hace. Por lo cual, apelo encarecidamente al buen sentido de las personas para que no se dejen manipular por esta patana.

A la sujeta no le interesa la paz mundial ni le interesa el amor ni cree que no se deba dañar a nadie. Toda esta palabrería sacada de mis redes y editorializada con el fin de apropiarse de mi propiedad intelectual, tiene el único propósito de manipularlos. A Patricia Navidad no solo no le interesa no dañar, daña por el simple hecho de que está utilizando mi propiedad intelectual para ganar celebridad en las redes y estafar a las personas. Todo lo que muestra en su perfil es producto de mi caudal creativo y todo este acoso y este plagio hacia mis textos se remonta a un odio acendrado que la derecha latinoamericana mantiene hacia mí y de cuya historia he podido dar parcialmente cuenta en algunas de las entradas de mi blog. Patricia Navidad es uno de los muchos módulos de este acoso. Nada de lo que dice es verdadero ni mucho menos tiene la finalidad de liberar a nadie. Todo lo contrario. Tiene por finalidad esclavizar a la gente. De hecho, todo lo que afirma es mentira y tiene la finalidad de confundir a la gente y desinformarla. Además, como ya está dicho todo está sacado de mis textos. Nada de lo que publica en su perfil es producto de una actividad mental autónoma, todo es plagiado y sus propósitos son deshonestos.

En realidad, si hay un nuevo orden que alguien quiera imponer para dominar a la gente, es el que Patricia Navidad representa. Ella, junto a todas las otras cuentas que he denunciado representan a la cultura hegemónica y sueñan con que las personas actuemos periféricamente a esta cultura para manipularnos. Tampoco quieren que las personas piensen críticamente y elijan libremente a sus gobernantes. Su perfil es parte de la maquinaria propagandística que la derecha latinoamericana ha montado desde hace varios años para desestabilizar a la izquierda. Ahora, con el fin de lograrlo, se valen de mi discurso para engañar a las personas. 

Supongo que si lo utilizan es porque debe haber algo muy valioso en él que a ellos les sirva.

En cuanto a Patricia Navidad, es obvio que continuará cooptando mis escritos. Es más, plagiará aún más devotamente mis textos, con más ahínco y meticulosidad. ¿Por qué? Porque no puede hacer otra cosa, porque esta gente está incapactida para pensar por sí misma. Solo saben copiar, imitar y depredar lo que los otros producen. No obstante, soy yo la que escribe y son ellos los que mercan con mis ideas. Por lo tanto, son ellos los que están hambrientos de fama y reconocimiento. Pero más peligrosamente, es gente que está ansiosa por dominar y ejercer el poder e imponer sus espurias agendas a las personas. Por lo tanto, pido a quien por casualidad lea este escrito, tome sus precauciones si se topa con este tipo de cuentas, ponga en marcha su potencial crítico y se atreva a disentir de las estúpidas aseveraciones que realizan.

Mapa conceptual que explica el mecanismo que se oculta tras el proceso de acoso que está descrito en el presente ensayo.

En este post bastante poco articulado ya había publicado que Patricia Navidad se dedica a plagiarme.

Para finalizar mi post, querría verter el siguiente comentario. 

En este post me reduzco únicamente a mostrar uno de los muchos tuits que la cantante mexicana Patricia Navidad publica en su perfil imitando mis escritos. Por falta de tiempo me es imposible desmantelar uno a uno cada tuit y demostrar que esta sujeta deshonesta plagia mi obra. Sin embargo, invito a todos a quienes asista un sentido de honestidad y de decencia —es decir, un sentido de dignidad y de justicia, a leer todo mi blog, mis perfiles en facebook (1, 2 y 3), mis cuentas en twitter, o los escritos en general que he escrito en mis otros blogs, como mi blog en Medium o Tumbrl, etcétera, etcétera, para que verifique con sus propios ojos que, en efecto, Patricia Navidad plagia mi obra.

He comentado desde hace algunos años que la derecha Latinoamérica ha logrado tener acceso a las comunicaciones que mantengo con mi familia a través de dispositivos electrónicos como una tabla o un teléfono, también he comentado que no solo escuchan esas comunicaciones sino que, de algún modo, en general, escuchan toda cuanta conversación yo sostenga en mi hogar, en mi ámbito privado, con las personas de las que me rodeo. He dicho también que me he logrado dar cuenta de esto cuando descubrí que en varios de los perfiles en twitter que he denunciado aparecen personas hablando de las actividades que realizo como si las hubieran realizado ellos o comentando textualmente comentarios que yo he hecho en mi vida privada, puntos de vista o, incluso, alguna broma. Paralelamente, estas personas en tales perfiles hablan justo de los temas que estén llamando mi atención en un momento en específico; desde luego, como se trata de temas que en general convocan a la opinión pública es fácil justificar para cualquiera que hablan de los mismos temas porque en general son temas que están en el ojo del huracán en ese momento pero no porque sepan cuál es el material que consulto en Internet. 

¿Cómo podría alguien sospechar que me espían solo porque decenas de cuentas en twitter fijan su atención en las mismas cosas que yo estoy fijando mi atención en mi ámbito privado? Sin embargo, no solo aluden fielmente al contenido de los temas que yo esté consultando en ese momento, sino que publican en sus perfiles comentarios similares y a veces idénticos a los comentarios que yo haya hecho en ese momento en ámbitos conversacionales privados con mis amigos y familiares, adicionalmente a plagiar mi blog. Incluso, han llegado al punto de publicar los comentarios que hayan hecho las personas con las que haya sostenido la plática en ese momento. Es decir, no solo publican mis ideas o las ideas que elaboro en las conversaciones que sostengo, sino que publican incluso las ideas de mis contertulios.

En este sentido, no solamente están plagiando mi propiedad intelectual escrita para generar contenido en las redes y manipular a las personas, sino que utilizan mi criterio personal y mis preferencias temáticas para delimitar una agenda

Es decir, pareciera que voy dictando tema y pareciera que lo que hago, pienso y escribo es utilizando de inmediato por estas personas para hacerlo circular en Internet y marcar agenda. 

Esto ocurrió en el particular caso de las revueltas por el tema de género hace un par de años. Por ejemplo, en 2017, cuando acababa de sacar mi cuenta @Scarbo__ me dediqué a ver religiosamente todos los vídeos que publicaba Agustín Laje en su canal de Youtube sobre el tema porque quería entender su postura antes de juzgarlo. Simultáneamente, consumí muchos vídeos en contra de esta agenda como en el caso de los vídeo de Camille Paglia o el material que publicaba Jordan Peterson. Los leía o escuchaba no porque estuviera a favor de ellos, los leía o escuchaba porque quería comprender todas las aristas del problema antes de poder ponderarlo. El asunto es que no solo consumí ese material, sino que hablé ad nauseam del asunto con mis contertulios habituales. Así, a los pocos días, surgieron cuentas nuevas en Argentina y España de mujeres que compartían una misma tipología física y se presentaban como estudiantes de literatura o filosofía en las que no solo aparecía todo lo que había discutido con mi contertulio en mi ámbito privado sobre el tema, sino plagios a los escritos en mi blog. Es decir, a mis escritos. Sí, esos perfiles también plagiaban mi blog y paralelamente repetían lo que yo decía en mis conversaciones privadas.

Ahora bien, lo peligroso de esto es que están utilizando mis pensamientos para polarizar a la sociedad, puesto que soy capaz de sostener un criterio flexible y estar a favor o en contra de una idea, sin importar su bagaje y sin importar que ambas ideas pertenezcan alternativamente a uno u otro tipo de pensamiento y estén en contradicción ya que, aunque ideológicamente me defino como una persona de izquierda, mi criterio es extenso y toma bastante más que pertenecer a la derecha para que yo rechace una idea. 

Así, las ideas que produzco sirven tanto al flanco liberal como al flanco conservador de la derecha latinoamericana. De allí, que los perfiles que he denunciado en Twitter publiquen tanto a favor como en contra de la agenda de género, por ejemplo.  

¿Por qué he contado todo este rollo en este último epílogo que se vuelve ya cansino? Lo he contado porque quiero decir que lo último que ha sacado Patricia Navidad sobre las vacunas es a raíz de lo que yo he estado hablando con toda mi familia con relación a este mismo tema en la dirección de no vacunarse mientras no tengamos certeza sobre la calidad de la vacuna dado que se trata de una tecnología nueva

Mi familia me conoce, sabe que soy muy liberal en mis puntos de vista y he compartido con ellos todo tipo de material para reflexionar sobre la vacuna, desde material donde se habla de los mecanismos genéticos involucrados en su funcionamiento desde un punto de vista científico hasta material donde se relaciona a la vacuna con el nuevo orden mundial y la venida del anticristo. Por ejemplo, este video que compartí hace un par de meses por WhatsApp con mi familia exhibe un punto de vista con el que probablemente no coincida pero que me pareció rescatable por la convicción con la que la Monja compartía su punto de vista. En realidad, me impresionó su convicción.

Por supuesto, no porque Patricia Navidad hable de un tema del que yo esté investigando —el cual tiene el detalle de ser un tema que ahora mismo está en el ojo del huracán—, quiere decir que Patricia Navidad me plagie, sin embargo, 1) Como ya he demostrado, Patricia Navidad de hecho me plagia, 2) Por el otro, no solo habla del tema de la vacuna mientras yo estoy investigando sobre el tema, repitiendo puntos de vista parecidos a los que yo expreso, sino que habla, en general, de un sinfín de temas más relacionados al new world orden sobre los que yo he estado averiguando, repitiendo todos los puntos de vista que he expresado al respecto. En algunos casos, esos puntos de vista los toma de mi blog, en otros, esos puntos de vista los retoma de mis conversaciones personales. Pero, en cualquier caso, todo lo que escribe, es un plagio y una imitación de mis escritos. 

Ahora bien, es importante decirlo, yo no creo en las ideas que publica Patricia Navidad —que al fin de cuentas son mis ideas refritas—, yo investigo acerca de esas ideas porque en general me gusta investigar sobre diversos temas y me apasiona conocer los hechos antes de poder juzgarlos. Soy gente de ciencia y siempre me ha apasionado aprender sobre diversas temas de manera que mi atención a menudo está puesta en asuntos muy diversos, como se puede apreciar en mi post La música de las esferas o en Plasmas en todas partes. Eso es lo que diferencia los contenidos espurios que publica de mis contenidos. Intenta imitar mi criterio para juzgar las cosas pero lo que a mí me gusta tiene una base científica. Por eso habla de mis mismos temas y repite mis mismas palabras, pero adecuándolos al punto de vista que quiera viralizar entre las mayorías. Es decir, aunque Patricia Navidad me copia y me plagia, no representa mis ideas ni mucho menos mis fines. En mi opinión, repite mis contenidos pero variándolos de acuerdo con el punto de vista que quiera expresar para manipular a la gente.

En general, creo que Patricia Navidad no es quien escribe los tuits que se publican en su cuenta. Pienso que la persona que los escribe pertenece al entorno de la derecha latinoamericana con la que ella simpatiza. En particular, es la misma persona o grupo que administra todas las cuentas falsas en Twitter que he mencionado los últimos años, las cuales se dedican a plagiar mis textos. La importancia de intersacar esta relación consiste en demostrar que el plagio que realiza Patricia Navidad de mis escritos cabe situarse en el contexto de los acosos que he sufrido los últimos años. Entiendo que esto último puede ser intrascendente puesto que no tengo un método para demostrarlo, sin embargo, en vinculación con todas las otras cuentas y en relación con todo lo que he expuesto hasta el momento, es la mejor inferencia posible que puedo sacar a través de la cual es posible explicar todo lo que está ocurriendo con estos perfiles, incluido el de esta cantante.

Ahora sí, los escritos de mi blog y el tuit “de” Patricia Navidad y su plagio a mis textos:

"Así, si permitimos que la dinámica de las instituciones fluya sin nuestra intervención, sin que refleje nuestra capacidad de repensar nuestros modos de organizarnos, sin que incorporemos en su funcionamiento los cambios que la sociedad exhiba, entonces, estaremos dejando que sólo una fracción de lo que como sociedad somos –por ejemplo, nuestros vicios, nuestra inclinación a corrompernos, nuestra incapacidad para construir y sólo destruir, una abulia colectiva- prevalezca en la vida pública y estaremos así, alimentando a un nuevo animal, híbrido, no necesariamente de lo mejor de que somos capaces y, quizá sí, de muchas de nuestras taras." http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.com/2010/07/lo-institucional-como-persistencia-de.html

Por lo cual, el modelo en mi escrito es “Si permitimos que la dinámica de las instituciones fluya…, estaremos dejando”.

Texto disponible en este post: http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.com/2010/07/lo-institucional-como-persistencia-de.html

Lo institucional como persistencia de nuestras taras y su crepúsculo

  Mientras que en el tuit de la sujeta se encuentra la frase “Si permitimos que hagan obligatorio el cubre-bocas o bozal, estaremos aceptando…”

Además, si la primera frase en mi blog que toma modelo la ponemos en combinación con otras frases, entonces veremos que todas las frases en el tuit señalado son una copia de una unidad lingüística que pertenece a mis escritos o universo discursivo. En este caso, hace eco también de estas otras dos frases que están en mi blog en donde es evidente que suelo utilizar ad nauseam el verbo aceptar. En realidad, hay más entradas en las que utilizo este verbo en esta misma forma de las que me limito a demostrar aquí: 

“….estamos tácitamente aceptando…”, http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.com/2013/02/la-carta-de-fidel-hugo-y-el-viaje-de.html


“…estás implícitamente aceptando…”: http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.com/2011/02/la-familia-reyes-salazar-y-otras.html

Por lo cual su tuit es una mezcla de, al menos, estos textos míos. Digo al menos porque en realidad es una mezcla de todos mis escritos, como cuando utiliza la palabra bozal y otro largo etcétera. De hecho, no hay uno solo de sus tuits que no contenga una sola frase que no haya sido acuñada por mí. Por lo tanto, lo único que hace es plagiarme, es todo a lo que se limita. 

En general, todo el tuit es un plagio de mis escritos.  

Para la mirada atenta, será evidente que el tuit de Patricia Navidad es una combinación de los textos citados y algunos más.

Otros modelos de texto en mis escritos donde se aprecia el plagio de Patricia Navidad en lo que respecta al tuit que escribió sin chiste, gracia ni independencia en el pensar pueden leerse a continuación: 

Si no jugamos con estrategia, estaremos condenados a la fragmentación”: http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.com/2012/12/apuntes-varios-sobre-los-hechos.html

“…cuanto más conocimiento atesoremos, entonces, más próximos estaremos de ser individuos libres”: http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.mx/2011/05/el-estudio-de-ciertas-mistificaciones.html

Si no es ésta una alternativa y -en vez de ello- pensamos que lo es reaccionar y nos montamos sobre el “si me pegas, te pego y que gane el más fuerte”, entonces –me temo- estaremos alimentando eso mismo que nos asesina ahora”. http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.mx/2011/05/el-estudio-de-ciertas-mistificaciones.html

Un ejemplo donde plagian mis textos del mismo modo que lo hace Patricia Navidad y que es proverbial puede observarse aquí:

La inherente moral de quien la ejecuta por La miseria moral de quien lo hace.

Aquí

Es nuestra moral la que lo hace...

 Diatriba No. 1 Del Relativismo moral (http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.com/2009/06/diatriba-no-1-del-relativismo-moral.html)

Etcétera, etcétera.

Otro estudio paradigmático de cómo plagian mis textos es éste

NOTA 

[1] Lo afirmo en función de lo que hacen con mis escritos.

Dios y la necesidad

En el año mil antes de la era no cristiana, un aerolito de roca oscura se posó sobre los rostros de los hombres para demostrarles que la religión estaba muerta y que dios era una hipótesis no necesaria de la existencia. Entonces los hombres se enfadaron y lloraron. Otros maldijeron y renegaron de las años de prosperidad en los que había sido dios su fuente de consuelo. Otros más, incrédulos a todo lo que no fuese cuantificable y no se sometiese al método científico, se quedaron absortos, exhaustos, tratando de imaginar una solución a lo que sus respectivas faces contemplaban. Unos más, que fueron los menos, no dieron la mínima señal de vida y se mostraron impávidos todo el tiempo. Parecería que rezaban, pero en realidad solo estaban ensimismados en pensamientos cuya naturaleza no era sencillo dilucidar. Pasaron los días y la gente se iba acostumbrando al nuevo estado de las cosas. Las cosas rápidamente se iban normalizando y la gente, ante la necesidad de comer, vestir o hacer cualquier otra actividad, debía de inmediato tornar a sus labores sin que hubiese tiempo para ponderar en lo ocurrido. La estupefacción fue generalizada. Al paso de los días, de los meses, de los años, la gente se fue dando cuenta finalmente que nada que estuviera conectado con una concepción espiritual de la vida o un sentido de religiosidad eran necesarios para vivir. Lo único necesario era la comida, el techo, el vestido y garantizar la subsistencia en general. También era necesario mantener en estado óptimo el organismo. Nos convertimos en máquinas biológicas cuyas mejoras gracias a la manipulación genética incluían menor cantidad de enfermedades mentales y males del alma en comparación con otra épocas. Esto nos trajo paz y nos trajo plenitud. Plenitud tanto personal como en lo concerniente a lo colectivo. Llegamos al perfeccionamiento de la sociedad en menos de dos generaciones. Descubrimos que los dilemas éticos que nos planteaba el transhumanismo eran falsos. La manipulación genética no era un desafío a las leyes de la naturaleza, eran las leyes de la naturaleza misma obrando a nuestro favor. Dios, por lo tanto, se quedó en otra región. En un plano alejado de nuestras necesidades primarias, ocupando la posición central de algún pedestal consagrado a la historia. Ahora dios éramos nosotros tal y como lo había concebido Nietzsche. Nos habíamos convertido en el übermensch añorado de las mitologías de infancia. Dios ya no existía en un plano simbólico para colmar necesidades espirituales, dios era nuestra capacidad autopoiética y autorreproductiva encarnada en nuestro saber científico. Se fueron las enfermedades y los males degenerativos. Se fue la vejez y el cansancio. Se fue el dolor y el sufrimiento. En su lugar, llegaron la alegría y la serenidad del alma. Era como si Séneca se hubiese encarnado en cada uno de nosotros. Los excesos se habían esfumado pero la alegría no se fue, quedaron los hombres.

Virus, funciones, vacunas

 -Ayer vi el vídeo de Spencer, J., por cierto. Mucho qué comentar. Pero básicamente muy de acuerdo con lo que tú y C. comentaron ese día. Acaso agregaría algunos comentarios extra para debatir. Lo impresionante desde luego es que la persona haya hablado de eventos que se están cumpliendo en este momento. Por otra parte, no sería tan improbable realizar una predicción así ya que desde inicios de 2000 las diferentes compañías y científicos empezaron a trabajar con estas ganancias de función para optimalizar las propiedades de los distintos virus y hacerlos más peligrosos. A través de trabajar con su perniciosidad han posibilitado la idea de una pandemia y, de hecho, desde ese entonces nos empezamos a enfrentar con pandemias severas, como la del SARS 1, la pandemia de MERS de 2011 y la de AH1N1 de 2009. Realmente llama la atención que a lo largo de casi todo el siglo después de la gripe española, no hayamos tenido prácticamente ninguna pandemia sino hasta comenzar este siglo. Salvo la pandemia de Tokio de 1969 y las epidemias de sarampión y poliomielitis que se extendían por el globo. Más la malaria, que nunca se ha acabado. Llama la atención porque, se supone, la tecnología ha avanzado muchísimo y hemos encontrado cada vez herramientas más poderosas para combatir y erradicar los virus. Bacterias que nos abatieron en el pasado, están ahora prácticamente erradicadas y no suena lógico que con nuestra súpertecnología, no podamos tratar y detectar a tiempo un virus que se supone peligroso y que, en teoría, debería de ser rápidamente combatido. En este caso no me refiero a la vacuna, sino al simple hecho de la detección. Se supone que en este siglo aprendimos procedimientos poderosos y pautas de higiene para parar una pandemia. Pero lo más ilógico es que estos patógenos sean cada vez peores y que nadie cuestione el papel que los laboratorios de bioseguridad --quienes se dedican a trabajar con el material genético de virus y bacterias--, juegan en la hechura y confección de estos virus. Porque es un hecho, ellos fabrican virus y otro tipo de arsenal bacteriológico en sus laboratorios. Ponle que no lo hicieran para matarnos, si nos vemos ingenuos, pero al menos cabe pensar que han tenido accidentes importantes donde material peligroso se les ha escapado. En fin, no sé si todo lo demás que dijo el señor sea verdad o si se lo está inventando, pero al menos suena coherente en predecir algo que ya se sabía que estaba pasando desde hace algún tiempo y que poquísima gente se había atrevido a denunciar abiertamente. Yo tal vez no otorgue credibilidad a sus palabras pero tampoco me quiero arrogar en estos momentos la prerrogativa a juzgar las conductas humanas que expresan miedo.

Es muy terrible y muy extraño la realidad que estamos viviendo ahora, pareciera que todo fuera sacado de un sueño o viviéramos un sueño irreal. Si no se acaba esta pandemia pronto y seguimos encerrados, no quedará más que pensar que detrás de su surgimiento hubo mano negra o algo por el estilo.

No me gusta arropar teorías conspirativas y estoy convencida que el virus existe y de la necesidad de quedarse en casa, de hecho he sido de la gente que más ha pugnado por extremar las medidas de mitigación y me molestan los canales en Youtube que se dedican a subestimar la perniciosidad del virus por mencionar un ejemplo, sin embargo, tampoco puedo ser ciega a que pasaron cosas muy ilógicas con el manejo de la pandemia a nivel gubernamental y realmente me cuesta aceptar que seamos tan estúpidos y que a causa de esa suma de errores estemos experimentando lo que estamos viviendo ahora. Soy consciente que por estupidez pueden pasar muchas cosas, pero en este caso estoy convencida que no se necesitaba ser un genio para controlar la pandemia y que hasta alguien muy estúpido podría haberla evitado. En el caso de Donald Trump, por ejemplo, su gestión fue desastrosa porque prefirió privilegiar el aspecto económico que el aspecto humanitario. Fue un estúpido al haber hecho eso y se puso la soga al cuello para perder la elección. De hecho, eso fue lo que lo llevó a perderla. Sin embargo, eso no exime al resto de las autoridades, como los CDC, por ejemplo, que enviaron información contradictoria todo el tiempo mientras empezaba la pandemia —lo cual sumó al caos y al estado de cosas que se desencadenó después—, de su responsabilidad. Ni al Dr. Fauci, por ejemplo, quien en un inicio indicó que las mascarillas no eran necesarias, a pesar de que hoy en día ya sabemos que su uso ha resultado vital y a pesar de que su recomendación iba contra todas las intuiciones y contra el sentido común. Hoy se sabe, por ejemplo, que la utilización de la mascarilla si bien podría no evitar el contagio, al menos sí disminuye la carga viral y eso es fundamental en la detención y en el tratamiento del virus. No me quiero erigir aquí en el juez de personas que se sospecha son en extremo inteligentes, pero sí cabe recordar que sus errores causaron sumo daño y esto quizá valga tenerlo en cuenta para revalorar la arrogancia humana, por una parte, y para comprender qué clase de hechos son los que dan cabida a las teorías conspirativas. Sí, hay teorías conspirativas pero también hay gente que con su actuación no ayuda a que no las haya.

Por otra parte, lo entiendo, las pandemias son posibles y nosotros somos falibles, pero no es esa falibilidad ni esa posibilidad lo que estoy cuestionando, estoy cuestionando algo más sencillo: me refiero a la torpeza de las autoridades y a la mala información que fluyó que, creo yo, ayudó a solidificar la pandemia.

C. sabe de estos temas de la bioguerra porque es internacionalista, ahí pregúntale por si quieres ahondar más en el asunto.

Perdón, la pandemia de 1969 es La gripe de Hong Kong.

Pues sí, como dice J., el problema es económico y por eso precisamente urge acabar la pandemia. Y la mejor manera que tenemos para hacerlo es utilizar las mascarillas y hacer la distancia social. ¿Se acuerdan cómo al principio la OMS dijo que no usáramos mascarilla? ¿Lo creen posible? ¿Creen que el organismo que se encarga a nivel mundial de administrar nuestra salud no haya sabido que una simple tela de gaza en la nariz puede filtrar la carga viral que entra a nuestros pulmones y protegernos del virus? ¿Y que luego ese mismo error haya sido replicado por el CDC y todos los CDC europeos? ¿Por qué creen que lo hicieron? Porque cuando fue el brote de la AH1N1, por ejemplo, recuerdo perfectamente que lo primero que nos dijeron los gobiernos era que acudiéramos al uso de la mascarilla. Esos días en México las calles estaban llenas de gente con mascarillas en la boca. Recuerdo que cuando a inicios de marzo nos dijeron en esta pandemia que la mascarilla no era vital a mí me pareció muy ilógico. Entre muchas de las cosas que tendremos que hacer cuando acabe esta pandemia es llamar a las autoridades a dar explicaciones por todas estas inconsistencias.


Una reflexión alrededor de un tuit —fragmento—

Hoy quiero recordar este texto que escribí hace un par de años, bueno, hace un par de un par de años, Una reflexión alrededor de un tuit, y, en realidad, solo pongo un fragmento. Aunque ya está aquí en el blog, querría volver a postearlo porque creo el mismo esconde una realidad que los humanos seguimos sin comprender y que, tal vez un día, llevados por la necesidad —que es la reina—, seamos capaces de interiorizar y de llevar a cabo:

Nuestra soledad y nuestras horas de meditación —que son posiblemente nuestras horas más felices, más fecundas y más completas—, precisan inexorablemente de material empírico y, a veces, de material empírico socialmente elaborado, culturalmente elaborado. Estamos confundidos en el universo. Somos parte constitutiva de él y, quizá sin saberlo, puede ser que todos nosotros formemos parte de un todo orgánico que indefectiblemente está condenado a ser afectado por sus partes. El todo por las partes y ellas entre sí. Ningunos valores de los que construyamos —éticos o estéticos— nos alejan de nuestra condición biológica, de la necesidad. No nos hace mejores tener un credo religioso que no tenerlo; no nos hace mejores escuchar Bach que no escucharlo. No tiene que ver con cualidades metafísicas, tiene que ver con la utilidad; con la necesidad de relacionarnos humanamente.

http://la-ciudad-de-eleutheria.blogspot.com/2013/05/una-reflexion-alrededor-de-un-tweet.html

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