Per verso

Desear es la propuesta antojadiza de una existencia errabunda
Es vomitar antes que alimentarse, es la profundización de la náusea
El pasaje al acto, de esa sensación de angustia, que es el histeriqueo
Para el suicida cobarde que no concreta su obra
El sendero de luz es retornar al útero, regresar al gameto
Para nadar libremente, sin esa absurda sensación oceánica
Esta masturbación literaria sin instancia de goce acobarda su pretensión
Pues no hay ninguna
El devaneo, de ser o seguir siéndolo, es casi un capricho respiratorio
Es hacerlo como alguien lo ha indicado, y para colmo, ser feliz
En esa contradicción petulante de perpetuar los instantes, en los que nos creemos, plenos
Aquellas fronteras, que tanto tememos, nos aguardan, sin versos ni fábulas
Sólo en estos instantes logramos convencernos que podamos ser tales
Como para merecernos otra cosa, encima mejor.
Y nos piden amor
Como si el goce estuviese allí
En dar ¿qué? Lo recibido, el actuar la obra escrita por otros
Si ya dijimos no creer, ni tampoco querer ser parte de lo que sabemos que no existe
Y en el caso de que existiese no sería más que la continuidad
De la creación del blasfemo que se ríe de nuestras contradicciones
El perverso mayor aún no se ha catalogado
Es quien detenta inteligencia mayor
Te mira y en un instante te sodomiza
Y vos no te diste cuenta, lo entenderás más tarde
O quizá nunca, y en eso radica tu felicidad, inocente y siempre pasible
De ser arrebata, por los sufrientes de la verdad, a los que
Un segundo les basta para darte vuelta y dejarte colgado girando
En la misma historia.

Francisco Tomás González Cabañas.

Tomado de Filosofema.

5 comentarios:

    Creo que para ver bien hay que olvidarse de cómo son los ojos propios. En este poema, con todo mi respeto, veo más autoafirmación que búsqueda o proposición. Pero sólo es mi opinión.

     

    No es necesario tu respeto. Hay mucho dolor en el mundo (alienación, cobardía, mediocridad, idiotez) y la gente a veces también necesita dolerse. Nos dolemos en soledad y nos reafirmamos. Y en esa soledad también quedamos ciegos: se llama Humanidad. Yo amé este poema.

    Es perfecta tu opinión por lo demás: solo es mi opinión.

    Se te extrañaba. Abrazos.

    Nota. Podría hacer correr ríos de tinta sobre la poesía o sobre su idea, pero deseo reservarme mi juicio esta vez.

     

    Y me has hecho querer cambiar la etiqueta asignada a la entrada. De «Belleza pútrea y absoluta» a simplemente Poesía.

     

    También yo echaba de menos tus pensamientos. No sé qué decirte, tal vez fui un poco radical en la opinión. Creo que entiendo lo que quieres decir. Cómo no, si la poesía no es sino un lugar perfecto donde poder dolerse (entre otras cosas). Uf... dices lo del dolor en el mundo y citas alienación, cobardía, mediocridad e idiotez... ¿Se puede escapar a todo eso en lo exterior y en lo interior?
    En cuanto a tu idea sobre la poesía, me encantaría sentarme en la ribera a disfrutar del curso de alguno de esos ríos. Espero estar atento por si un día abres las puertas del embalse y se desparraman las tintas.
    Un fuerte abrazo.

     

    Sí, nos seguimos leyendo.
    Te abrazo.

     

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