Pre-WinterBreak: Fernando Pessoa

«He nacido en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían perdido la creencia en Dios, por la misma razón que sus mayores la habían tenido: sin saber por qué. Y entonces, porque el espíritu humano tiende naturalmente a criticar porque siente, y no porque piensa, la mayoría de los jóvenes ha escogido a la Humanidad como sucedáneo de Dios. Pertenezco, sin embargo, a esa especie de hombres que están siempre al margen de aquello a lo que pertenecen, no ven sólo la multitud de la que son, sino también los grandes espacios que hay al lado. Por eso no he abandonado a Dios tan ampliamente como ellos ni he aceptado nunca a la Humanidad. He considerado que Dios, siendo improbable, podría ser; pudiendo, pues, ser adorado; pero que la Humanidad, siendo una mera idea biológica, y no significando más que la especie animal humana, no era más digna de adoración que cualquier otra especie animal. Este culto de la Humanidad, con sus ritos de Libertad e Igualdad, me ha parecido siempre una resurrección de los cultos antiguos, en que los animales eran como dioses, o los dioses tenían cabezas de animales».

EL LIBRO DEL DESASOSIEGO, Fernando Pessoa.


Forgotten, Santiago Caruso

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«En la vida de hoy, el mundo sólo pertenece a los estúpidos, a los insensibles y a los agitados. El derecho a vivir y a triunfar se conquista hoy con los mismos procedimientos con que se conquista el internamiento en un manicomio: la incapacidad de pensar, la amoralidad y la hiperexcitación».

EL LIBRO DEL DESASOSIEGO, Fernando Pessoa.

3 comentarios:

    Yo siento que he nacido en un tiempo en el que todo cambia pareciendo obedecer a una especie de patológica insania social. Como si se certificara la razón de Pessoa predominando la valencia de los estúpidos, sensibles y agitados, que contagian lo común de incapacidad de pensar, amoralidad e hiperexcitación. El mundo parece incapaz de hacer reflexión colectiva (o de ordenar las reflexiones que preceden los acontecimientos). El cambio se convierte en cierto modo en constante y al mismo tiempo produce un inmovilismo terrible de ciertas superestructuras (cada vez más y más fuerte el neocapitalismo, es curioso). Se confirma la sociedad del riesgo que planteaba Ullrich Beck. Lo peor de esos riesgos, tal vez. Y en medio de ese panorama es trabajoso vivir en la duda y la pregunta, es decir, en la búsqueda. Creo que tiene razón el portugués cuando refiere la tendencia a criticar porque se siente y no porque se piensa: la amoralidad y la hiperexcitación están cómodas en un mundo que promueve mayorías que no piensan demasiado. Como si fuera una especie de perversión renacentista. ¿Y dónde se colocan los locos que pueden hacer avanzar el mundo en un mundo que se convierte precisamente en manicomio?

     

    Estupenda página, Eleutheria. No es la primera vez que la visito, aunque sí la primera en que me llevo algo. Gracias ;-)

     

    H:

    Es un bellísimo texto el que aquí compartes. No querría arruinarlo agregando cosas, salvo por el tema de la locura, indicador de lo que estamos dispuestos a tolerar del otro, en ese insoportable movimiento del ego.

    Por cierto, no conocía a este autor que mencionas.

    Dédalus:

    Gracias por tu visita; yo también he visitado tu blog y me he alimentado de algunas de tus reflexiones. Bella tu escritura. Y qué bueno que hayas vuelto a encontrar al mar en las letras de José Emilio Pacheco. Gracias a ti por comentar y leer ;-)

     

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