Nota marginal



Llega un punto en que cualquier cosa puede ser "vivir para la vida misma" en el siglo de las posibilidades. Lo que supone caracterizar a la intelligentsia de mi tiempo, no es tal o cual verdad, una pasión o una gloria. Sino tomar cualquiera de ellas del espectro —cualquiera posible— y vivirla "hasta el límite". Esto expresa bastante menos una relativización de los valores morales por falta de orientación que por haber sido relativizados in praxi. La relativización/desvalorización fue consecuencia de un hecho práctico y no de los delirios de un moralista para solo después dejarse arrastrar bajo el hechizo de su credo —del diktat tardomoderno. ¿Advertiremos nosotros este hecho? ¿Seremos capaces de transvaloración?

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