La carta de Fidel a Hugo y el viaje de Yoani Sánchez

Uno de los documentos más importantes que se haya escrito recientemente de la historia imperialista, es el oprobio que se llamó el golpe militar a Salvador Allende por una derecha y unas condiciones que el vecino país del norte supo preparar tan bien (un episodio por demás referido por las izquierdas del mundo). Ese documento lo escribió Fidel Castro y narra los últimos días de Salvador Allende y el episodio ocurrido durante su caída en Chile. Tendría que ser un documento a ser leído por cada latinoamericano para comprender la lucha de nuestros pueblos contra esa violencia (puede leerse aquí si se desea).  

Fidel Castro es uno de los hombres con mayor visión geopolítica que quedan vivos y que, por tanto, posee como pocos una visión —y versión— de la historia mundial a la que, por simple imparcialidad, deberíamos prestar oídos. También me parece heroica la sobrevivencia del pueblo cubano liderada por él en medio del inmisericorde bloqueo económico a que el gobierno estadounidense ha sometido a aquella nación (puede que la palabra inmisericorde suene muy barroca, pero aquí —resolución A/RES/67/4— pueden leerse algunos discursos al interior de la ONU por parte de mandatarios de Estado que ocupan términos que podrían molestarnos todavía más).

A pesar de ser un país en donde las llamadas libertades individuales están muy acotadas, es decir, en donde la libertad pública sí que se entiende como aquella tutelada por el Estado, hay al menos tres cosas de que se gozan en Cuba que, por ejemplo, se han perdido paulatinamente aquí en México a dictados del proyecto neoliberal: 1) Salud universal, 2) Educación universal y 3) La delincuencia organizada prácticamente no existe en la Isla.

Ciertamente, debe mantenerse constante vigilancia sobre estos hombres a los que con doble rasero Occidente califica de “dictadores” (el caso del encarcelamiento de sus intelectuales contrarrevolucionarios y la expulsión de Reinaldo Arenas de La Habana por su homosexualismo, sin duda divide en grupos por la apreciación que se tenga sobre la revolución cubana, por ejemplo. Acerca de esto, tendría algunas cosas qué decir, espero más adelante poder abundar sobre el tema).

Pero esta vigilancia no solo la impone la experiencia de los horrores de los totalitarismos de antaño; pienso que es algo de sentido común. Por ejemplo:

1) Ningún humano es perfecto y los revolucionarios son también humanos (amén de que la mejor forma de honrar a gente como ésta es, precisamente, ejerciendo una constante crítica sobre ellos).

2) Porque como ciudadanos, en el momento mismo en que nos sujetamos a los normas de convivencia de nuestros estados estamos tácitamente aceptando un contrato que nos hace acreedores a prerrogativas y deberes (no hacer una revolución ni cometer desacatos prueban la sujeción al contrato, por ejemplo). Un deber es vigilar que el contrato se mantenga y señalar enérgicamente cuando ocurra lo contrario; esto es necesario si se quiere hablar con realidad de régimen político (por ejemplo, en nuestro país la violación al contrato ha provenido en primer término de los gobiernos tecnocráticos).

3) Cuestionar la autoridad que detenta un gobierno no tiene que ver con una posición de izquierdas o de derechas, tiene que ver con una actitud ante el mundo que decenas de hombres sabios de nuestros predecesores nos han preconizado: el llamado espíritu crítico (esa cosa difícil de practicar que no debiera abandonarse nunca).

4) Más enunciados cargados de utopía.

Termino con este comentario:

Al margen de las implicaciones políticas que trae consigo la enfermedad de Hugo Chávez, el evento me ha servido como un episodio más de comprobación acerca de una de las actitudes muy características de las derechas del mundo: un desprecio ilimitado por el pueblo, por todo lo que tenga visos de oposición al establishment y por todo lo que pueda haber de sana rebeldía en los pueblos y en sus individuos contra la opresión. En el TL de mi cuenta Twitter, por ejemplo, me ha tocado ver a gentes de derecha mofarse del cáncer de Hugo Chávez y al mismo tiempo indignarse (muy airadas) por las burlas contra el fallecimiento, desde luego lamentable, de una cantante Jenni Rivera. Reducir a una cuestión de ideología el aprecio por la vida.

Ahora sí, va el texto de la carta:

Texto de la Carta del Comandante en Jefe Fidel Castro al Presidente Hugo Chávez en ocasión de su regreso a Venezuela

Querido Hugo:

Me satisface mucho que hayas podido regresar al pedazo de la tierra americana que tanto amas, y al pueblo hermano que tanto te apoya.

Fue necesaria una larga y angustiosa espera, tu asombrosa resistencia física y la consagración total de los médicos como lo hicieron durante 10 años, para obtener ese objetivo.
Es absolutamente justo hacer mención a la insuperable constancia con que tus familiares más allegados, tus compañeros en la dirección revolucionaria, las Fuerzas Armadas Bolivarianas, rearmadas y reequipadas por ti, y las personas honestas del mundo, mostraron sus simpatías.

Especial mención merece el aliento que el pueblo venezolano te brindó con sus muestras diarias de apoyo entusiasta e irreductible. A eso se debe un regreso feliz a Venezuela.

Tú aprendiste mucho de la vida, Hugo, en esos duros días de sufrimientos y sacrificios. Ahora que no tendremos el privilegio de recibir noticias tuyas todos los días, volveremos al método de la correspondencia que durante años hemos utilizado.

Viviremos siempre luchando por la justicia entre los seres humanos sin temor a los años, los meses, los días o las horas, conscientes, humildemente, de que nos tocó vivir en la época más crítica de la historia de nuestra humanidad. Nuestro pueblo, que es también el tuyo, conocerá mañana por esta misma vía tu regreso a Venezuela.

Todo debió llevarse a cabo con mucha discreción, para no darle oportunidad a los grupos fascistas de planear sus cínicas acciones contra el proceso revolucionario Bolivariano.

Cuando el campo socialista se derrumbó y la URSS se desintegró, el imperialismo, con el puñal afilado de su bloqueo se proponía ahogar en sangre a la Revolución Cubana; Venezuela, un país relativamente pequeño de la dividida América, fue capaz de impedirlo. En aras del tiempo no menciono los numerosos países de las Antillas, Centro y Suramérica que Venezuela, además de sus grandes planes económicos y sociales, fue capaz de ayudar. Por ello, todas las personas honestas del mundo han seguido de cerca “la salud y las noticias sobre Chávez”.

¡Hasta la victoria siempre!
¡Un fuerte abrazo!

Fidel Castro Ruz
8 y 35 p.m.
Febrero 17 de 2013

NOTA: Esta carta fue publicada a inicios de semana, recién la llegada de Hugo Chávez a Caracas. No estaba en mi idea publicarla aquí. Sin embargo, con la reciente noticia y el viaje de facto de Yoani Sánchez por algunos países fuera de La Habana, me parece pertinente hacerlo ahora. Sobre este asunto, voy a dar mi breve opinión: Por más que la prensa se esfuerce en situar el problema donde no lo es, la  pregunta real no consiste en cuestionar la validez de la disidencia de Yoani y su expresión sobre ello. Desde luego son válidas y de hecho las ejerce (en mi imaginario, no solamente la validez sino la necesidad de las disidencias están dadas por hecho). La pregunta es sobre la validez del contenido de su expresión; su pertinencia a la realidad de la Isla y sobre su verdad: Yoani Sánchez ha incurrido en omisión, al menos.

Comparto este link en donde se abordan una serie de preguntas que a mí me habría encantado —o me encantaría— poder plantearle a la bloguera y el siguiente vídeo.


(Por supuesto, el lector siempre tendrá la oportunidad de entrar al blog Generación Y de la disidente cubana y conocer a voz de Yoani la relatoría de su situación).

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