En un arranque de fe (sobre las marchas y las protestas)*

No escribo esto desde la resignación o el conformismo ni admito que así tenga que ser –yo no podría. Intento hacer coordinar dentro de mí a la mujer crítica con la mujer que todavía cree (a veces me engaño con pensar que “creer” en ciertas cosas es un modo de inteligencia anticipada).

Marchas y protestas han estado sucediéndose en México a razón de la imprudencia calderonista; me enteraba también que en España, el país de la cara de perfil si le añadiéramos Portugal, ha estado sucediendo algo similar.

La verdad es que yo me siento levemente entusiasta. Y ahora diré por qué.

Ya sabemos que no es con marchas y protestas con lo que se habrá de debilitar al establishment, pero, ¿quién quita y en medio de todas estas revueltas la gente pueda ganar en clarividencia y comenzar a hacer la inteligencia de los modos, medios y mecanismos que sí pongan a temblar al sistema y desbaratarlo? Por otra parte, tenemos que saber qué mueve a estas protestas y hacia qué punto concreto se dirigirían y si no podrían ser objeto de manipulación como ya algunos han propuesto. Pero digo que no nos quedemos allí -en averiguar eso-, que vayamos del conocimiento de esas realidades a la articulación de otras que las socaven.

A veces pregunto cuántos vectores deberán apuntar en una misma dirección y sentido para inducir un cambio; quizá hasta sea ingenuo pensar que es posible lograr tal sincronicidad y que la sincronicidad no se da acaso en un solo instante, sino a lo largo de varios intervalos de tiempo sucediéndose uno tras otro incluso con discontinuidades. Y si esperamos cambio cualitativo, no esperemos también final o punto discreto del tiempo donde se haga perceptible dicho cambio (una evidente contradicción). A veces nos desesperamos y nuestras ponderaciones se quedan cortas frente a todos los escenarios posibles, más variados -mucho más- que la propia imaginación.

Llevo tiempo creyendo que a nuestra generación quizá no le toque ver mejoras tangibles y soñando que generaciones venideras hagan la cosecha de las buenas semillas que nosotros sembremos para ellos.

Con el tema de la política me pasa que no puedo evitar arribar siempre al tema del ser y la existencia y todos esos enseres filosóficos: Que si somos esto por alguna tara del ser. Que si no hay tara, que –simplemente- somos esto y hay que aceptarlo y a partir de allí construir. Que si nuestros sistemas morales están edificados sobre una incomprensión esencial -la de nuestra naturaleza bipolar-, pero que es una estupidez pretender que haya algo “malo” en dicha naturaleza (Nietzsche y la interpretación moral de fenómenos) y que cómo le hago para pensar el mundo desfardándome de la carga de valoraciones que ya estaban hechas cuando yo llegué aquí, etcétera y etcétera.

Frente a estos eventos uno va de oponer escepticismo a oponer esperanza y, luego –otra vez- de esperanza a descreimiento, de descreimiento a esperanza resurgida.

Entonces, bueno, en mis días de mujer pesimista concluyo que nada cambiará, que esto nada más es el carrusel de la Historia, que me monte a él y me deje de tanto análisis y tremolina mental o, mejor –mucho mejor- que me siga entreteniendo con mis interpretaciones sobre el asunto. Entonces, me río de mí misma, de las marchas, de la Política y de todo. Paso del pesimismo al cinismo y, luego, de vuelta. Parece que, afortunadamente, en ese espacio de tiempo muto a entidades menos definidas, difusas que me permiten soportar mejor la carga.

Por supuesto, sea cual sea el devenir que nos depare, muy lejos de las canalladas de oligarcas y gobernantes, seguiremos moviéndonos, cuestionando, negando, proponiendo y dando cauce a toda esta rebeldía que sale con el lenguaje (todavía no sé qué significa estar vivo, pero sé que hay cosas que se pueden hacer estándolo).

Cuesta ser feliz sabiendo que hay gente que sufre mucho y ésa es una de las grandes conciliaciones que tendrán que celebrarse en mi ser si pretendo contar con las fuerzas para -de algún modo- preservar en mis relatos, en algo de mi historia, el dolor de aquellos que, al tiempo, son nosotros.

* Esto lo escribí el martes, hoy que lo subo, vengo a enterarme de la represión contra manifestantes en Catalunya. 

3 comentarios:

    Interesante tu exposición y siempre agradable de leer ver como en muchos puntos coincidimos,me gustan tus inquietudes ,ya que soy unos de los que pensaba que no quedaban personas capaces de cuestionar ,si no una masa homogenea de humanos aborregados,y yo encontrarme como una isla en un mar de dichos seres.Soy persona crítica en muchos aspectos de la vida,que he llegado a pensar inútil.
    Como bien sabes mi opinión sobre dichas marchas,si no sabes ,es así como explico ,obvio que puede ser una opinión personal,estas marchas que se confiesan apolíticas ya tienen al fracaso al empezar,porque el mero hecho como dije,de pretender un cambio en política ya las hace políticas,y al declararse apolíticas,para mi es que no tienen muy claras las cosas o lo que quieren,quieren que desde el sistema que ha demostrado ser el causante del problema, se actué,error,así solo se logra que el problema persista ,tal vez maquillado pero estará,las de Espanya piden reformas las reformas no sirven suavizan un tiempo ,para luego volver a lo mismo agravado con el tiempo,personalmente las veo inútiles si no se aclaran las ideas y hacen propuestas de cambio de sistema,nada de reformas ,un cambio ,en cuanto a la represión,que querían? se han empenyado a hacer marchas pacíficas sin reivindicaciones claras ,y en un país fascista de maneras fascistas,han pecado de mucha inocencia y así les fue la policía que no son más que simios amaestrados hizo lo que saben hacer golpear sin pensar que el día de manyana los problemas les van a afectar por igual.
    En fin no me alargo tienes varias entradas muy interesantes que deberé comentar.(siempre tengo la sensación de que me dejo algo por decir XD y también que me alargo sin saber sintetizar)
    Un saludo y deseos de que marche bien la cosa.

     

    http://vimeo.com/23808534

    Sobre 1 de Mayo

     

    Yo no sabría cómo leer lo de la represión y ahora estoy varada: 1) No por anticipar una represión se renuncia a actuar y no creo que los manifestantes hayan sido tan ingenuos como para descartarla a priori, 2) ¿De qué formas actuar en masivo sin exponerse a la represión? Ni siquiera creo que desde el pacifismo pueda hacerse y 3) Sería interesante concebir movimientos masivos -aun contra lo dicho en 2)-, inmunes a la represión. Pero más interesante es concebir movimientos en donde individuos operen en simultáneo y separadamente, debiliten al sistema y la respuesta represiva haga que por lo menos el gobierno se vea ante la encrucijada de pensar cómo ha de ser dicha respuesta sin que hacerlo no les imponga de algún extra (ambas cosas, la respuesta y pensar la respuesta –un dolor de cabeza siquiera).

    Algún día esto ya no será y en ese hecho de elemental simpleza, encuentro calma.

    Aprecio la amabilidad de tus comentarios Corvus.

    Saludos.

     

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