Ventana al mar



 



CANCIÓN: The Carnival is over
INTÉRPRETE: Dead can dance
ÁLBUM: Memento 


Pantalla de televisión plana, de plasma o líquida. Pantalla cinematográfica. La computadora y su pantalla. Y en el ipad y en el celular y en el blackberry. Pantallas por doquier. Pantallas en donde tenues reflejos de rostros sacralizan la importancia de su cometido. Una pantalla omnímoda que devora al horizonte o lo expande. Una pantalla es una ventana y si logras sentir aquí es porque en ella puedes pintar palabras y con palabras exhibes tu universo.


Y échate un clavado en mi pantalla porque yo ya lo he hecho en la tuya y he buceado por un infinito, traslúcido mar.



Y en tu pantalla acuñé neologismos y divisé gaviotas que salen de mi rostro. Y en tu pantalla te abracé y a través de ella te construí, porque pude vivir sin tocarte y sin tocarte otra vez viviré cuando tu pantalla se convierta en tu escudo y en tu escudo me refugie yo.



Y doblo mi pantalla y la meto en mi bolsillo y sólo la saco de allí cuando es necesario disolver algún secreto. 



Luego llego a casa, saco mi pantalla y se hace grande y se vuelve espejo y me sumerjo en ella y, cual Alicia, acudo a mi mundo de las maravillas.



Pero llegará el día en que haré una pira con todas las pantallas del mundo y ya sólo soñaré que puedo tocar a los demás y los tocaré –y especialmente a ti. Y no esperaré a que la pantalla se sienta presta a recoger mis palabras. Y no permitiré hacer emocionar a otros sin que, al hacerlo, puedan mirar mis ojos, fulgentes de amor.



En mi pantalla, te di algo de mí y, a través de la tuya, pude asir algo de ti; pero mi pantalla no es una extensión de mí misma, no es una extremidad, no es una mano, no es –ni siquiera- un pie que sirva para caminar. Mi pantalla no es tampoco mi aposento –bueno, a veces sí-, ni el lugar en el que me salvo. Mi pantalla es mi pizarrón. Allí donde escribo un poco lo que soy y lo que pienso. Mi pantalla es –como la tuya- un escaparate de mí, un escaparate en el que me exhibo cuando estoy sola y puedo hilar, cómodamente, las palabras que necesito decir para decirte a ti y a mí y al mundo y a lo que anhelo y aquello que pienso. El lugar exacto para hilvanar mis argumentos (claro, porque también pienso y diverjo y me gusta preguntar).



Es en mi soledad cuando yo soy. Y a todo lo que aspiro es a hallar el suficiente confort para vivir mi soledad cuando estoy contigo. Y así seré, y allí -como ahora-, estaré frente a ti o a tu lado, siendo esto que soy -ventana al mar-… si tú lo quieres.



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