Un nuevo zigurat, es lo que deseo...


He creído tanto en el poder de la palabra, en el verbo como agente transformador, en la capacidad de los hombres para tender puentes a través del diálogo… pero todo esto ha sido un engaño, nada hay más cierto que un muro de silencio distanciándonos.

¡Y yo que he querido construir un zigurat como tributo a la comunicación!

Pero, heme aquí, viendo palidecer a mi antigua deidad, el templo de mis vocaciones, y con ello sumergirse a mis afanes en un océano informe que ya no contiene sino frases erráticas y murmuraciones desprovistas de sentido…

Si lograra devolverle su logos a mi progenie –esa es la palabra- un torrente de divagaciones emergería de la raza humana, pero ya no serían simulacros del pensamiento: volvería a ser el pensamiento hecho palabra, como fue alguna vez, como devendrá después de estos aciagos días que han de terminar.

"Chanson de Bianca", Giuditta del Vecchio ("Léolo", Jean Claude Lauzon)

"A ti la dama, la audaz melancolía, que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciéndolas al tedio. Tú que atormentas mis noches cuando no sé qué camino de mi vida tomar... te he pagado cien veces mi deuda. De las brasas del ensueño sólo me quedan las cenizas de la mentira, que tú misma, me habías obligado a oír. Y la blanca plenitud, no era como el viejo interludio y sí, una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí, y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad" L'Avalée des avalés, Réjean Ducharme (En Léolo).

Antonio Castro García: Arte idílico. Invención, Vuelta al pasado.

Entre las bellezas que he encontrado en el mundo bloguero, las idílicas fotografías de Antonio Castro García -cuyo blog sigo desde hace unas semanas- ocupan un lugar prominente en mis estimas. Y, si digo idílicas, es porque parecieran reproducir alguna parte del paraíso aquí en la tierra o ser espejo de un lugar encantado por una suerte de anacronía: un pedazo del pasado traído al presente. Pero ¿es este un paraíso hecho a modo? A mí me parece que sí porque pareciera que, de existir un amor para este fotógrafo, ese debe estar en alguno de los pueblos que retrata (si no es que en todos ellos).

A pesar de apreciar encarecidamente al arte, soy totalmente lega en el tema y, sin duda, es mi voz de aficionada la que habla en este post. Dejo de empañar, entonces, la expresión de este artista con mis apreciaciones. Cierro la voz y cedo paso a las imágenes.



EL ÁRBOL SOBREVIVIENTE. LA HUASTECA

Este comentario del artista, parece cargado de ternura; llega a mí su emoción y el acto de contemplar sus imágenes me cimbra:


LA PERSECUCIÓN DEL POLLO


“Una niña que persigue pollos es un ser mitológico reencarnado en la tierra, amo esos seres.” Antonio Castro García.


Y lo que el artista dice en esta instantánea no es menos poema que la imagen:


AL INICIO DE LA TORMENTA


“A esto llamamos el juego de la vida. Entre una tormenta y un amanecer somos parte de un cosmos lejano que a diario inventa y reinventa nuevas reglas del juego. Igualmente existen miles de soluciones, cientos de alternativas posibles, pero la manera de llegar al siguiente nivel es siempre saltando hacia arriba.” Antonio Castro García.



LA MONTAÑA CITLALTEPETL, 2009

"La Adelita" ("Vámonos con Pancho Villa", Fernando de Fuentes)


La escena siguiente (9/10) también es excelente.

Correcto decir "gentes"


¿No hacemos, a veces, más asunciones de las debidas?, ¿no damos por cierto demasiado prematuramente algo cuya “veracidad” no nos consta del todo?, ¿no a veces basta con escuchar a alguien decir algo –cualquier cosa- para que, casi automáticamente, lo repitamos como tarabillas?


Encuentro que en mi sociedad –la mexicana- ocurre esto demasiado frecuentemente (que no se ejerza el criticismo con mayor rigor y, a veces, que no se ejerza en lo absoluto). El Internet, po cierto, es un lugar en donde esto se palpa muy cotidianamente; el Internet también es –por supuesto- un lugar con contenidos estupendos (oigo a vario mundo quejarse de lo contrario, pero como mis búsquedas se restringen a lo que es objeto de mi interés, la verdad es que a mí me va bien en la Web). No dejaré a mi digresión salirse con la suya, regreso al meollo. ¿Ejemplos de ello? El chupacabras; que a pesar de su ostensible charlatanería Jaime Maussan siga teniendo espacios en los medios; millones de mexicanos informándose vía los noticieros de Televisa y TvAzteca (hacedores de mentiras en México) y -encima de todo- se lo tomen muy en serio; que haya habido gente que se creyera que “López Obrador es un peligro para México”; que sobre la influenza fluyan todo tipo de interpretaciones; etc.


Pues bien, en esta tónica es que traigo este post, motivado por una pregunta que me hiciera el martes un compañero de la maestría, sobre el uso del término “gentes” (si es correcto o si no lo es). Aquí cabe aclarar que, previamente, mi compañero –Roberto- me comentó que se lo preguntaría al Dr. Zorrilla, pero que –ya aprovechando- me preguntaba también a mí o algo así (lo que quiero decir es que yo no gozo de ninguna clase de autoridad como para que se me pregunten cuestiones del uso del lenguaje). Bien, de entrada me movió un poco el piso con su pregunta porque yo sí que uso el término “gentes” y en discusiones que en ciertos foros había tenido con personas a las que en forma reduccionista llamaré anti-lopezobradoristas (porque seguramente son mucho más que eso) me habían criticado por eso (pero cuyas críticas me pasé por el arco del triunfo porque me sentía muy segura de lo que decía), pues yo –olímpicamente- desdeñé tales formulaciones y seguí por la vida usando el término “gentes”. Así, sin más ni más, como sinónimo de “personas”. Aunque aquí debo excusarme (si bien con ello mancharé mi reputación), la verdad es que me sentí muy bien diciendo “gentes” para aquí, “gentes” para allá porque en mi fuero interno me decía “Mamá lo usa, entonces es correcto” (mi típico argumento de autoridad: en ello consiste la mácula a mi reputación).

Total que Roberto me movió el piso y esto ya no me gustó (por cierto, quién sabe qué tontería le balbuceé por respuesta). Así que me dí a la tarea –ya saben- de investigar un poco. Y encontré lo siguiente:


1) El caso de «gente», como ya dijimos, es muy distinto. «Gente», sustantivo común, tiene numerosas acepciones. De ellas nos interesa hoy la primera, que es la forma de llamar de manera genérica a las personas: «Pluralidad de personas», dice el DRAE. Es decir, «gente» es, en primer lugar, un nombre genérico con el que se designa a una pluralidad de personas. Ésta puede ser total, refiriéndose a todos los seres humanos, como cuando decimos «La gente es muy voluble», «No se puede confiar en la gente», etc. Es como si dijésemos «Los seres humanos son muy volubles» o «No se puede confiar en los seres humanos». Pero «gente» puede ser también una pluralidad parcial, es decir, referirse sólo a un determinado conjunto de personas, como cuando estamos a la espera de un grupo de individuos, y en un momento dado preguntamos: «¿Ya llegó la gente?», o «¿Ya está toda la gente?». En estos casos se trata de una pluralidad de personas, pero no de todas las personas que forman el género humano, sino de un grupo determinado.


Ahora bien, en el mismo DRAE hallamos otra acepción, en la cual «gente» designa a cada persona en particular. El DRAE registra esta acepción como propia de algunos países hispanoamericanos: «En algunos países de América, persona, individuo». Es decir, el DRAE da a «gente» como sinónimo de «individuo» y de «persona», pero con un ámbito geográfico restringido, de «algunos países de América». No sabemos cuáles son esos países, pero Venezuela es uno de ellos. Otro, seguramente, es Argentina, pues en un texto de Domingo F. Sarmiento leemos: «Este es el estado de nuestras gentes,duchos en la discusión, rebeldes en la práctica». El mismo uso lo hallamos en el venezolano Mariano Picón Salas: «...las asoleadas y perezosas genteslatinas...».


Como puede verse, cuando «gente» se emplea como sinónimo de «persona», casi siempre va en plural, mientras que cuando se refiere genéricamente al «ser humano», se pone en singular.


De modo, pues, que el uso de «gente» como sinónimo de «persona» no es impropio, puesto que es general en varios países de habla castellana, y ya ha sido incorporado como tal al diccionario oficial de la lengua. Y el que su uso sea propio de determinados países, no significa que no se pueda usar también en los demás.


FUENTE: AQUÍ


2) Por otra parte, consulté en mi “Larousse. Diccionario Enciclopédico Usual” (uno de mis libros de cabecera, por cierto) el significado de la palabra. A continuación:


Gente: n. f. (lat. gentem, raza, familia). Pluralidad de personas: la gente acudió al estadio. 2. Clase social: gente humilde. 3. Los hombres en general: la gente vive engañada. 4. Fam. Familia, parentela inmediata de alguien: volvió con su gente. 5. Persona: es buena gente. 6. Chile, Coloma., Perú y P. Rico. Gente decente, bien portada. Gente bien, personas de clase elevada. // Gente de bien, la buena intención y proceder. // Gente menuda (Fam.), los niños.


Nótese que en una de sus acepciones, “gente” es sinónimo de persona (así, en singular). Por lo tanto y siguiendo al Larousse (y también al hallazgo 1), es plausible que -como sinónimo de un singular-, se use la palabra en plural, esto es “gentes”.


3) Consulté en otro de mis libros de cabecera (Mi “Océano Práctico. Ortografía fácil del Español”) y, prácticamente, no hallé cosa alguna.


4) En su “Diccionario de Dudas y Dificultades de la Lengua Española” (que por cortesía de la “Biblioteca Ignoria” se puede descargar de acá) en su 10ª edición, Manuel Seco apunta:


Gente. Con el sentido de 'persona', parece estar bastante extendido por América: una gente, "una persona' (Steel, Dice, americanismos). En España existe el uso regional y popular buena gente, 'buena persona": «Ella es buena gente» (Marsé, Montse, 213).


5) Finalmente, he visto a algunos preguntar en “Yahoo Respuestas” lo mismo y he aquí la respuesta (que, y sin ánimos de agraviar, me pareció verdaderamente pobre y carente de todo sustento):


Alguien pregunta: "¿Es correcto decir las gentes o la gente? Porque he escuchado en algunas ocasiones decir 'las gentes' en noticieros y en letra de canciones!!"


La mejor respuesta elegida es: “definitivamente se dice gente..... el término ya indica que es plural...neta”


Y alguien más –alguien que se hace llamar xxlaenma- contesta: “correcto decir la Gente. gente es un sustantivo colectivo, y como todos los sustantivos colectivos no llevan plural.


Gente: es un conjunto de personas.”


Nota: Lo copié tal cual, con todo y las faltas de puntuación.


FUENTE: AQUÍ


En esta última respuesta llama mi atención una cosa, se habla del “sustantivo colectivo” cosa que, sospecho, propiamente no es referida como tal. Me pareciera que, de pronto, las gentes, se ponen a inventar nuevos términos con tal de salir airados de una situación en donde se pone en juego el conocimiento. Y es una pena que no seamos honestos al no reconocer nuestra ignorancia sobre ciertas cosas; más, aún, es que –no sabiendo- pretendamos lo contrario (aquí ya ignóreseme, que me puse muy quisquillosa).


Así que (y para ya no hacer esto más engorroso), todo apunta a que en América es perfectamente lícito y también correcto usar el término “gentes” sin incurrir en error, simple y sencillamente porque es también sinónimo del sustantivo “persona”.


Finalmente acoto: esta vez me tocó estar en lo correcto, pero también he tenido mis derrotas (y no han sido pocas). Dedique después un post a ello.


¡Alerta por el maíz mexicano! (Greenpeace)

clima<>Activistas, socios y ciberactivistas de Greenpeace se manifestaron en la Sagarpa-Senasica para exigir que sea protegida nuestra gran diversidad de maíces mexicanos rechazando las solicitudes de maíz transgénico.

Nuestro maíz peligra...
¡¡Actúa ahora para defenderlo!!


Estos días son aciagos para el maíz y los mexicanos. Autoridades del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) están a punto de aprobar 25 solicitudes de siembra experimental de maíz transgénico en el campo mexicano, hechas por Monsanto y otras corporaciones. Con esta autorización, el maíz nativo corre el riesgo de contaminarse y perderse.

El responsable de tomar esa decisión es Enrique Sánchez, director del Senasica, a quien el secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas delegó dicha tarea de autorizar o rechazar estos cultivos. Si Enrique Sánchez aprueba estas solicitudes, estará violando la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM) y poniendo en riesgo nuestro patrimonio más importante.

La historia de los transgénicos en México ha estado plagada de procesos irregulares, ilegales y tramposos, implementados por Alberto Cárdenas y otros funcionarios para servir a las corporaciones transgénicas, como Monsanto. Hoy, este largo camino está a punto de entrar a una nueva fase muy delicada, si permitimos que se siembre legamente maíz transgénico en la cuna de ese grano.

Por eso, te invitamos a que le escribas a Enrique Sánchez y a Alberto Cárdenas para exigirles que cumplan con su responsabilidad de proteger el maíz y que si no lo hacen, mejor renuncien. Para sumarte a esta demanda urgente, entraaquí. El actor Miguel Rodarte ya se sumó y tiene un mensaje urgente para ti:todos a defender el maíz ¡ya!

Firma







Nihilistischen stät


Nihilistischen stät


A esto que conocemos le llamamos vida, pero ¿puede saberse si es lo que le da sentido al Universo?, ¿y si representamos el caso atípico?, ¿cómo saber si nuestra existencia no es anormal? ¿Basta con nuestras ansias de infinito? ¿De verdad somos algo grande? ¿No hay algo anómico en nuestro proceder? ¿A qué el dolor? ¿Qué es el caos y qué es el orden? ¿Y si la belleza por nosotros proclamada es un esperpento del Cosmos? ¿Es mi océano un miasma nauseabundo? ¿Es nuestra Tierra un Frankenstein planetario?

Pero me siento cómodamente insensible frente a esta creación lastimera.

Basta un estornudo del Sol para fenecer.

Tristeza esencial




CANCIÓN: Olhos Negros

ARTISTA: Teresa Salgueiro

CD: Obrigado


Socavada,

liberada,

inexistente.

Sólo la sonrisa.

El roce con la muerte.

También la voz y esa manía de no mirar.

Y sin embargo se queda conmigo.

- ¿Y cómo lo sabes?

Es un haz de luz que ciñe la silueta

perceptible aún a pesar de la sombra.


"Le Mourant Sur le Pont", Jürgen Knieper [Der Himmel über Berlin]

Dejo con este post, una invitación: hacer la lectura, conocer el primer número de la revista "Revolución" en su formato digital.

Dicha publicación es el esfuerzo focalizado que el vecino Franky, del blog "Revolución de Masas. El Blog de Franky" ha venido haciendo como parte de aquellas actividades tendientes a mejorar el estado actual de cosas; ese que genera muchas quejas y malestar en todos aquellos que miramos atribulados e impotentes toda la falta de justicia con la que proceden las élites políticas mundiales.

Quiero comentar que, a través de las lecturas que he hecho al Blog de Franky, me he encontrado con que se trata de un lugar en donde se pugna por un Nuevo Socialismo, un Socialismo de Siglo XXI, como el propio Franky nos señala. Cabría aquí hacer un señalamiento: particularmente no me siento identificada con el socialismo. La verdad es que, más bien, me reconozco como altermundista, es decir, una persona que –quizá sin adherirse a una ideología política en particular- es consciente y lucha por un cambio en los modos –y sus resultados- con que el mundo ha sido dirigido en, en particular, el siglo que pasó y el que ahora corre. Por encima de dicha distinción, sin embargo, encuentro francas afinidades con el pensamiento de Franky y, supongo, hay una vasta región en donde se intersectan el nuevo socialismo con el altermundismo. Amén de que, he logrado entablar una muy honesta y desinteresada amistad con el bloguero Franky (por cierto, algo destacable es la forma tan articulada y estructurada con la que Franky escribe sus posts, eso es algo que aprecio mucho –si bien no siempre estoy de acuerdo con lo que sostiene).

Me gustaría, finalmente, comentar que los siguientes artículos -que aparecen en la revista- me han parecido ultra recomendables (ojalá se los puedan refinar todos):

  • La crisis económica mundial
  • ¡No a la extradición a Lucía Morett!
  • Referéndum sobre la permanencia de Calderón
  • Todos contra el golpe de Estado en Honduras

Pues aquí les dejo el link a la revista (si no pueden descargarlo de este link, por favor, acceder directo aquí) no sin antes comentar que algo particularmente valioso en la misma, es que abre espacios para aquellos que deseen expresar algo. [NOTA. la revista la descargué, primero, desde el blog que ha sido creado ex profeso para difundirla; me refiero al blog "Movimiento revolucionario de masas"].

Pues bien, blogueros del mundo, vecinos que con tanto ahínco les veo escribir entradas tan atinadas y proclives a ser difundidas, allí está la invitación.

Por cierto, aprovecho también para recomendarles las varias entregas que ha hecho nuestro vecino de “Piensa y Lee” sobre el tema del Nuevo Orden Mundial. En general, el blog está lleno de posts que mueven a profundas y sinceras reflexiones; además de que Adrián –quien gestiona dicho blog- le imprime un dejo de sarcasmo que te hace mudar del enojo a la risa en cuestión de segundos. Vaya, que sus posts están escritos desde la inteligencia y el sentido del humor. Por cierto, recomiendo tener sumo cuidado con el tema del Nuevo Orden Mundial, apelar siempre que sea posible a fuentes serias y fidedignas (que sí las hay) y evitar toda aquella información sobre el tema que tenga visos pseudocientíficos (que incluye hombres lagarto, chamtrails, hechos paranormales y toda suerte de charlatanerías. Atención, mucho cuidado con ello).

Saludos, Eleutheria.

Diatriba No. 2 “La actitud epistemológica”



Una de las preguntas fundamentales de la Epistemología(*), versa sobre la posibilidad del conocimiento y las formas en que conocemos. Dicha posibilidad tiene por centro de gravedad al hombre que, desde esa perspectiva, encarna al sujeto cognoscente. Las dos principales corrientes epistemológicas del mundo moderno –ambas con datación en los siglos XVII y XVIII son el racionalismo y el empirismo. La primera postura nace a partir de un trabajo del filósofo y matemático francés René Descartes, es decir, de sus “Meditaciones Metafísicas”; la segunda corriente tiene en John Locke y David Hume a sus máximos representantes. La síntesis de ambas –su reconciliación- puede hallarse en la Crítica de la Razón Pura de Inmanuel Kant, el filósofo alemán. {NOTA: Pongo al final del post, definiciones escuetas de distintas vertientes epistemológicas [una vertiente epistemológica es aquella que fija una determinada postura frente a la posibilidad del conocimiento (que responde a la pregunta ¿es posible conocer?), frente a los modos o mecanismos que el hombre usa para conocer (que responde a la pregunta ¿cómo conocemos?) y frente al origen del conocimiento (que responde al interrogante ¿de dónde se origina el conocimiento?)]}.

Por supuesto, anteriores a estas filosofías epistemológicas del mundo moderno hay otras propuestas; por ejemplo, el idealismo de Platón y el realismo de Aristóteles y, posteriores, hay –también- otras corrientes que –sin querer caer en juicios históricos- han rebasado a ambas propuestas, predominando -a lo largo del tiempo- el empirismo sobre el racionalismo (me refiero al pragmatismo, por ejemplo); en particular, el racionalismo ha sido objeto de varios ataques al postular un dualismo que separa “mente” y “cuerpo”. En fin, el tema es larguísimo y da para varios cursos de Teoría del Conocimiento a nivel licenciatura o posgrado.

Todo esto lo he mencionado sólo a modo de breviario cultural. En realidad, con este post, pretendo llegar a algo menos especulativo y, sí, más de carácter práctico.



Parto de la siguiente idea –que nace, como ya se dijo, de una genuina inquietud filosófica: el hombre conoce, es un ser inquisitivo que observa su alrededor y, a través de sus distintos sensores, se allega de información en relación al mundo que le rodea. A través de los años, es de esperarse, el hombre ha perfeccionado los métodos e instrumentos para acceder al conocimiento de las cosas. Sin embargo, pareciera que dicha situación queda restringida a un grupo de privilegiados. Dichos privilegiados son, por lo general y sin negar las excepciones, personas con estudios universitarios o posgraduados. Así, por ejemplo, el método científico –como herramienta cotidiana para el conocimiento- queda confinado a los laboratorios y aulas de carreras científicas; el criticismo, la lógica, el racionalismo, el empirismo, etc. parecen ser actitud epistemológica exclusiva de estudiosos de la Filosofía; el pensamiento hipotético deductivo es privilegio de los matemáticos. En fin, que todos estos cachivaches (método científico, criticismo, escepticismo, pensamiento hipotético deductivo, etc.) que son métodos, herramientas y/o actitudes frente al conocimiento, o sea, menesteres epistemológicos parecen estar no siempre al alcance de todos. Menesteres que, no es banal mencionarlo, son los andamios sobre los que se ha construido la ciencia. La ciencia que no es la única actitud, pero sí una de las más legítimas, que restituyen al hombre de una función que le es absolutamente inherente: el pensamiento (aquí, no hago juicio moral; no estoy valorando al pensamiento).

Una conclusión insoslayable que puede extraerse de todo esto es que, cuando el pensamiento está reglamentado, cuando se lo confiere de cierto método, puede uno llegar a construir monumentos científicos que han de resultar de gran utilidad al hombre (el uso de la ciencia con fines utilitarios, belicistas o mercantilistas requiere de un análisis axiológico sobre el comportamiento del hombre; es cierto que, por ejemplo, Robert Opennheimer un gran físico del siglo XX lidereó un proyecto –el Proyecto Manhattan- que habría de culminar en el asesinato sistematizado de humanos japoneses, civiles e inocentes, al calor de la radiación y uno se pregunta ¿cómo un hombre de ciencia pudo consentir esto?, ¿no era también un nacionalista fanático –chauvinista, le llamaría yo- al nivel de cualquier nazi? Sin embargo, el que el conocimiento científico haya sido usado y se siga usando para dañar a humanos, no implica que es un conocimiento que deba desecharse; implica que todos los seres humanos debemos: 1) Tratar de acercarnos a dicho conocimiento para atisbar sus alcances y limitaciones y 2) Vigilar su uso al margen de cualquier acción que perjudique al hombre). Sin embargo, como ya he dicho, dicha posibilidad es prerrogativa de unos cuantos. La desgracia del hombre común de mi tiempo, no radica tanto en su ignorancia como en los método y actitud que utiliza para conocer. Así, por ejemplo, uno puede conocer personas con exiguos estudios y, sin embargo, grandes inteligencia y sentido común; personas que –tal vez como resultado de la crianza- son capaces de adoptar actitudes escépticas y criticistas frente a lo que se diga por aquí o por allá. Puede uno también, además, encontrarse frente a personas con un alto grado de estudios, cultas y, sin embargo, poseedoras de una actitud epistemológica paupérrima. Pero también puedo uno encontrar –y este es el peor escenario- personas incultas, con un grado de estudios bajísimo y con una deficiente actitud epistemológica.



El punto central de todo esto es el siguiente (y esta quiero que sea la nota distintiva de mi post): URGE que nos fijemos, que pongamos atención -más que en el conocimiento en sí mismo (aunque sí en su calidad y esto abre espacio a otro debate)- en los métodos y la actitud epistemológica de que nos valemos para acceder a éste.

Un pueblo culto e instruido es ya un avance, pero un pueblo culto e instruido que es capaz de ser escéptico ante lo que se difunda en un noticiario, por ejemplo; que es también capaz de emitir juicios de forma crítica, que cuestiona lo que sucede a su alrededor, que piensa lo que cree y lo que afirma, que exige pruebas empíricas antes de aceptar afirmaciones asombrosas, que conoce el método científico, que dialoga y que, en síntesis, se atreve a poner en tela de juicio el conocimiento que tiene en frente (llámese noticia, acontecimiento, dato, anécdota, libro, enciclopedia) y que, al hacerlo, está dotado de variedad de métodos y actitudes epistemológicas es un pueblo más libre. Conocimiento es libertad.

Acabo este apresurado post recomendando tres lecturitas que nos pueden ayudar asaz a educar nuestro pensamiento:

“El Mundo y sus Demonios”, Carl Sagan
“Religión y Ciencia”, Bertrand Russell
“Aprender a Razonar”, Fina Pizarro



Vertientes epistemológicas

DE ACUERDO A SU POSIBILIDAD

Dogmatismo (ing. Dogmatism; franc. Dogmatismo; alem. Dogmatismus; ital. Dogmatismo). El significado del término ha sido fijado por la oposición que los escépticos establecieran entre los filósofos dogmáticos, que definen su opinión sobre cada punto, y los filósofos escépticos que no la definen (Dióg. L., IX 74). Desde este punto de vista, son dogmáticos todos los filósofos no escépticos. Un nuevo significado de Dogmatismo fue el atribuido a la palabra por Kant, que identificó el Dogmatismo con la metafísica tradicional y lo entendió como “el prejuicio de poder progresar en la metafísica sin una crítica de la razón”.

Escepticismo. Extrema se tangunt. Los extremos se tocan. Esta afirmación es también válida en el terreno epistemológico. El dogmatismo se convierte muchas veces en su contrario, en el escepticismo (de σχεπτεσυαι = cavilar, examinar). Mientras aquél (el dogmatismo) considera la posibilidad de un contacto entre el sujeto y el objeto, como algo comprensible de suyo, éste la niega. Según el escepticismo, el sujeto no puede aprehender el objeto, es imposible según él. Por eso no debemos pronunciar ningún juicio, sino abstraernos totalmente de juzgar.

Subjetivismo. Limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga no hay, por tanto, una verdad absoluta, sino dependiente del sujeto.

Relativismo. Sgún él, no hay tampoco ninguna verdad absoluta, ninguna verdad absolutamente válida; toda verdad es relativa, tiene sólo una validez limitada. Pero mientras el subjetivismo hace depender el conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el relativismo subraya la dependencia de todo conocimiento humano respecto a factores externos. Como tales considera, ante todo, la influencia del medio y del espíritu del tiempo, la pertenencia a un determinado círculo cultural y los factores contenidos en él.
Pragmatismo. El escepticismo es una posición esencialmente negativa. Significa la negación de la posibilidad del conocimiento. El escepticismo toma un sesgo positivo en el moderno pragmatismo (de πραγμα = acción). Como el escepticismo, también el pragmatismo abandona el concepto de la verdad en el sentido de la concordancia entre el pensamiento y el ser. Pero el pragmatismo no se detiene en esta negación, sino que reemplaza el concepto abandonado por un nuevo concepto de la verdad. Según él, verdadero significa útil, valioso, fomentador de la vida.

Criticismo. El subjetivismo, el relativismo y el pragmatismo son, en el fondo, escepticismo. La antítesis de éste es, como hemos visto, el dogmatismo. Pero hay una tercera posición que resolvería la antítesis en una síntesis. Esta posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo se llama criticismo (de χρϊνειν = examinar). El criticismo comparte con el dogmatismo la fundamental confianza en la razón humana. El criticismo está convencido de que es posible el conocimiento, de que hay una verdad. Pero mientras esta confianza induce al dogmatismo a aceptar despreocupadamente, por decirlo así, todas las afirmaciones de la razón humana y a no reconocer límites al poder del conocimiento humano, el criticismo, próximo en esto al escepticismo, une a la confianza en el conocimiento humano en general la desconfianza hacia todo conocimiento determinado. El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no acepta nada despreocupadamente. Dondequiera pregunta por los motivos y pide cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática ni escéptica sino reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad dogmática y la desesperación escéptica.

DE ACUERDO A SU ORIGEN

Racionalismo. El racionalismo establece que las ideas son innatas. Ve en el pensamiento, en la razón, la fuente principal del conocimiento humano.

Empirismo. Doctrina que mantiene que las ideas provienen de la experiencia sensible y que, en general, niega la validez de la metafísica. Opone a la tesis del racionalismo (según la cual, el pensamiento, la razón, es la verdadera fuente del conocimiento) la antítesis que dice: la única fuente del conocimiento humano es la experiencia. En opinión del empirismo, no hay ningún patrimonio a priori de la razón.

Intelectualismo. Mientras el racionalismo considera el pensamiento como la fuente y la base del conocimiento y el empirismo la experiencia, el intelectualismo es de opinión que ambos factores tienen parte en la producción del conocimiento.

Estas definiciones las tomé de tres textos que recomiendo muchísmo:

“Teoría del Conocimiento”, Johannes Hessen
“Introducción a la Historia de la Filosofía”, Ramón Xirau y
“Diccionario de Filosofía” Nicola Abbagnano

Finalmente, querido lector, te pregunto ¿eres dogmático, escéptico, racionalista, pragmático o una ecléctica mezcla de todo? Cuándo escuchas o ves noticias, ¿cuál es tu actitud epistemológica más común? y ¿en tu vida cotidiana?.

(*) A la epistemología también se le conoce con los nombres de Teoría del Conocimiento y Gnoseología.

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