Recordando a Alejandro Aura (y también a Milagros). Un poema.




CINCO VECES LA FLOR


HERMANO


I


¿Qué tiene esta ciudad entre sus piedras, hermano,

qué, sino tus pasos, tus lágrimas repentinas,

qué, sino tus borracheras, tu miedo diamantino a estarte solo,

sino tu maña robusta de ponerte triste?


Largo, largo es el secreto momento en que te acuerdas

que las campanas las hicieron las manos de los hombres.

¿Qué tiene pues mi casa que no me haya salido de los ojos?

Dura es la vez también en que te acuerdas

que a tus manos enormes les dictaron doctrinas

holgazanas,

duro que hayas nacido con cargo anticipado,

que te hayan puesto bandera y sobrenombre

para cubrir de vergüenza tus arranques ;

duro, hermano, es que al corazón te le hayan puesto modo y tiempo.


Porque en verdad es duro estar a medias con el alma

y estar a media sangre con el odio

y a medio amor apenas con la rosa.


Tomado de:

Saz, Agustín del; Antología General de la Poesía Mexicana (Siglos XVI-XX), Editorial Bruguera, Barcelona, 1972.

Éste no es mi gobierno....

Yo de verdad que no entiendo al gobierno este ultraderechista que, fraudulentamente rige a mi país. Permite que papi Estados Unidos tenga una descarada injerencia en asuntos de política interna; permite que los paladines del libre mercado tomen decisiones cruciales de seguridad nacional (me refiero a la contrarreforma a PEMEX), pero se inmutan, se escandalizan cuando un creador -como lo es Manu Chao- defiende legítimamente a un luchador social que está preso por haberse atrevido a desafiar a las "autoridades".

Éste gobierno, en definitiva, no es mi gobierno....

Eleutheria.

HE AQUÍ QUE INSERTO EL TEXTO (NOTICIA):

México investiga al músico francés Manu Chao por haber opinado sobre temas de política interna en un festival de cine en la ciudad de Guadalajara, algo prohibido por las leyes locales para los extranjeros y que podría terminar con la expulsión del artista del país.

Manu Chao , compositor, cantante y activista, calificó de "terrorismo de Estado" a las detenciones en un pueblo llamado Atenco, donde enfrentamientos entre campesinos y policías en el 2006 terminaron con militantes de izquierda tras las rejas.

Varios agentes fueron acusados de violaciones a los derechos humanos, pero fueron exonerados este año.

"Se está haciendo una investigación a Manu Chao para saber qué fue lo que pasó, qué dijo y en qué contexto. Habría una sanción, dependiendo del resultado", dijo a Reuters una fuente de la Secretaría de Gobernación (ministerio del Interior).

Manu Chao , ex integrante del grupo Mano Negra, dijo en una conferencia de prensa que escribió una carta de aliento a Ignacio del Valle, un líder izquierdista detenido durante el operativo de Atenco. El músico y otros activistas aseguran que del Valle está preso injustamente. El artista aún se encontraba el jueves en México.

En el pasado, México expulsó a militantes de izquierda extranjeros que apoyaban a grupos rebeldes como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), acusándolos de violar el artículo 33 de la Constitución.

Este artículo establece que "el Ejecutivo de la unión tendrá la facultad exclusiva de hacer abandonar el territorio nacional, inmediatamente y sin necesidad de juicio previo, a todo extranjero cuya permanencia juzgue inconveniente".

"Los extranjeros no podrán, de ninguna manera, inmiscuirse en los asuntos políticos del país", agrega.


Tomado de http://entretenimiento.prodigy.msn.com/musica/noticias/feed.aspx?cp-documentid=18794756

Mi primer seguidor. Un hecho singular....

He recibido mi primer seguidor y, de inmediato, entré a su blog. La situación es un tanto extraña porque no entiendo su idioma. Creo que esta persona (¡es una persona!) habla turco (Turquía debe ser un lugar maravilloso, sé más de este país por filmes alemanes que por cualquier otra cosa).

No sé si esta persona es un hombre o una mujer [tal vez sea ambos :=)] y, bueno, debo confesar que mis temores reales, tangibles, de carne y hueso (el ser observada por otros –vaya que las paranoias a veces hacen presa de mí-) han aparecido de nuevo. Es extraño pensar que alguien ha conocido algo de tus configuraciones mentales y espirituales sin, en realidad, conocerte en absoluto. Yo entré a su blog para, digamos, sentir que estábamos a mano, pero me fue imposible porque –repito- su lengua me es desconocida, aunque –debo confesarlo- es también misteriosa. Bueno, esto último es casi verdad porque su música y la de otros blogs que sigue me han revelado bastante más que lo que sus propias palabras lograrían. He aquí que me asiste Emil Mihal Cioran: “La pasión por la música es en sí misma una confesión. Más sabemos de un desconocido que la tiene que de alguien insensible a ella y que frecuentamos a diario”

Tal vez es una cuestión cultural, pero ver las fotos que tiene incrustadas en su blog, ver las palabras de un idioma incomprensible y trozos del paisaje de un mar que debe ser mediterráneo, generan en mí una emoción ancestral, una reminiscencia por el Asia Menor que se nos relata pobremente en los libros de Historia, por los griegos, por los pitagóricos, por Euclides, por el mundo de Oriente tan lejano al mío (y eso que Turquía es de lo más cercano)….

En fin, agradable sensación la de haber recibido un visitante lejano, venido de otros mundos y de mi mundo mismo. Seguro que si un día me topase con esta persona de frente, le reconocería y no. Me negaría a mirar sus ojos (a veces las miradas de otros me infligen un temor patológico; no siempre quiero leer las almas de otros, me prendo de ellas y –lo peor- les adivino toda el alma. A veces creo (subrayo, creo) que fui dotada con una especie de capacidad rara para atisbar, con una agudeza que raya en lo mórbido, lo que hay en el otro: espejo de mi propia imagen, secreta, sin embargo, a casi todo).

Por cierto, prometo no volver a llamarle “persona” a quien hace unos lapsos de tiempo visitó mi blog. No tengo idea de cómo llamarle, no sé -si quiera- si volverá a visitar mi búnker digital. Por lo pronto, dejo de escribir.
El país desde abajo. Apuntes de mi gira por México
Andrés Manuel López Obrador – II

En todo el país la gente del pueblo es buena y trabajadora. Los norteños son muy emprendedores. Por lo general, son serios, poco expresivos, pero muy respetuosos. En las asambleas escuchan atentamente, no aplauden con facilidad, actúan como ciudadanos en sentido clásico, son más razón que pasión. La gente más progresista del norte es la de Nayarit, Sinaloa, La Laguna, el sur de Sonora, Colima y las Baja Californias. También lo son quienes viven en las ciudades fronterizas, posiblemente por el fenómeno migratorio. En Michoacán, por su gran cultura purhépecha y por las enseñanzas de Morelos, Ocampo, Mújica y el general Lázaro Cárdenas, la gente es liberal y de vocación social bien arraigada. Jalisco, contra lo que se piensa, no es conservador, le ayuda la influencia de Michoacán, su población de origen indígena, el carácter abierto de los costeños, y el espíritu cosmopolita de Guadalajara.

En el centro del país predomina la influencia de la gran ciudad de México. Mucha gente de los estados más cercanos ha emigrado al Distrito Federal y mantiene comunicación con familiares que todavía viven en pueblos de San Luis Potosí, Querétaro, Hidalgo, estado de México, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Oaxaca y Veracruz. En toda esta región predominan las culturas indígenas, la población es trabajadora y generosa. Mención especial merecen los habitantes de la ciudad de México, los más progresistas del país, los más informados y politizados pero, sobre todo, los más solidarios. Mi admiración y respeto a los guerrerenses por su ejemplar vocación de lucha. Siempre han demostrado su amor por la libertad y la justicia. Los habitantes del sureste son festivos y están llenos de pasión. Alguien dijo que un tabasqueño vive en un día las pasiones, los amores, las desdichas y las alegrías, que le llevaría un año experimentar a otros seres humanos.

Un país abundante en pobreza

En México los más pobres son los indígenas de todas las regiones y etnias. Fue tan cruel la conquista y la colonia que, en pos de la libertad y de sus culturas, y para salvarse de la esclavitud y la encomienda, se fueron remontando a las partes más alejadas e inhóspitas del territorio. Es el caso de los huicholes, coras y tepehuanes de las sierras de Jalisco, Zacatecas, Durango y Nayarit; el de los tarahumaras de Chihuahua, de los yaquis de Sonora, el de los náhuas de las montañas de Puebla, o de los chontales de los pantanos de Tabasco. Como sabemos, todos los pueblos originarios estaban asentados en los mejores valles o en las franjas costeras y con la colonización se les despojó de sus tierras y se fueron a proteger a zonas inaccesibles, de refugio.
No sólo padecieron durante la colonia, sino después de la independencia y hasta el porfiriato en que eran acosados por enganchadores para ser convertidos en peones acasillados de las haciendas. Desde la conquista, la explotación del indígena siempre se ha querido justificar con una supuesta inferioridad racial. Este pensamiento, desgraciadamente, aún persiste. Con frecuencia se olvida que la pobreza no es producto ni de la raza, ni de la fatalidad, ni del destino, ni porque Dios quiere, sino de la injusticia y de la opresión.

La pobreza está por todas partes del país, aunque es más agobiante en las comunidades indígenas del sur y del sureste. Hay mucha pobreza en pueblos como San Juan Cancuc, Chalchihuitán y Chanal, en la zona de Los Altos en Chiapas; duele lo que sucede en muchos municipios y comunidades de Oaxaca; inclusive, en la región de la costa, donde habita población afromexicana que vive en el abandono.

Recuerdo que por un camino de terracerías, llegamos una tarde-noche a Tapextla, comunidad cercana a Cuajinicuilapa, en la zona limítrofe entre Oaxaca y la Costa Chica de Guerrero. Allí, a pesar de la marginación, conservan su cultura y sus bailes tradicionales, zapatean arriba de un tronco hueco de árbol de parota, llamado artesa. En todas las comunidades pobres de México, lo único que no les falta es la música; sea con violín como en Chiapas, o con bandas como en Oaxaca o en la Montaña de Guerrero. En mi visita a Cochoapa, Guerrero, municipio de nueva creación –que surgió al dividirse el territorio de Metlatónoc, considerado el más pobre del país–, me impactó tremendamente el silencio de la gente. Me recibieron con música de banda de acordes tristísimos. Allí me llené de sentimientos. Les dije despacio que nuestra lucha se resume en una frase: arriba los de abajo, arriba los pobres y abajo los privilegios.

También hay mucha pobreza en la sierra de Zongolica, Veracruz; en la sierra de Hidalgo y Puebla, y en las Huastecas; lo cierto es que la pobreza está extendida por todo el país.

La despoblación del campo

En los tiempos de la política neoliberal o de pillaje, el sur-sureste se ha vuelto como Centroamérica y el norte se ha empobrecido como era antes el sur-sureste. Durango es el estado con más pobreza en el norte. Recientemente estuve en Benjamín Hill, Sonora, que antes de la privatización de los ferrocarriles era una importante estación del tren; ahora es un pueblo desolado, con población desempleada, y esto se repite en muchos otros municipios de esa región. No olvidemos que en los últimos 26 años, el modelo económico impuesto ha consistido en la creación de islotes de progreso rodeados de pobreza.

La mayor parte del territorio nacional se despobló por el abandono al campo y la gente se ha ido a vivir y a buscarse la vida al extranjero, a ciudades fronterizas, a centros turísticos y a algunas ciudades del interior del país. De los 2 mil 38 municipios que visité, la mitad tiene ahora menos población que en 1980.

Por el fenómeno migratorio hay pueblos abandonados o donde sólo viven ancianos, mujeres y niños, porque los jóvenes han salido a buscar oportunidades a otras partes o del otro lado de la frontera. Este éxodo ha servido como válvula para aminorar la presión y evitar un estallido social. Imaginemos lo que hubiese pasado si durante este largo periodo de estancamiento económico y desempleo no hubiesen ido a buscarse la vida a Estados Unidos 8 millones de mexicanos. Ha sido doloroso e infame este exilio forzado por la necesidad de muchos compatriotas, pero al mismo tiempo, ha sido un factor de estabilidad política y social. Además, ha permitido que ingresen remesas anuales por más de 20 mil millones de dólares, en beneficio de las familias de nuestros paisanos y de la economía de los pueblos en muchas regiones. Gracias a la migración, en zonas tradicionalmente pobres de México, como el Valle del Mezquital en Hidalgo o la Mixteca poblana, oaxaqueña y guerrerense, se ven mejoras importantes en las viviendas que ningún programa gubernamental ha propiciado.

Los que no han emigrado viven con muchas carencias, hay hambre y desnutrición; los trabajadores deben resignarse con salarios que apenas les permiten sobrevivir; la gente no tiene siquiera para lo más elemental: para el pasaje, la compra de medicamentos, para el gas, la luz, o para vestir y calzar a los hijos; hay muchos enfermos y discapacitados sin ninguna atención. El llamado Seguro Popular es pura demagogia; faltan médicos y en los centros de salud sólo entregan recetas, porque se carece de medicamentos.

En municipios de la Mixteca de Puebla, limítrofe con el estado de Guerrero, concretamente en Ahuatlán e Ixcamilpa, me pidieron con desesperación que denunciara que los centros de salud no tienen suero contra picaduras de alacrán, que es lo más urgente. En materia educativa el atraso es notorio, en las comunidades más apartadas sólo hay clases de martes a jueves. Muchas veces, un maestro debe atender a los alumnos de varios grados. Los profesores están mal pagados y para obtener una plaza necesitan comprarla en 150 mil pesos.

También debo decir que en ciertas partes del país ha habido crecimiento económico, pero esto no ha significado mayor bienestar para su población. Por ejemplo, en las ciudades fronterizas hay empleo en las maquiladoras pero muy mal pagado. Una mujer que trabaja recibe 500 pesos a la semana y, por lo general, sólo en transporte y en celular se gasta la mitad. Y vive en colonias donde no hay pavimento, escasea el agua, no cuentan con guarderías, la gente habita en viviendas precarias y ha crecido la desintegración familiar y la pérdida de valores comunitarios.

La virtud de los indígenas

De estas colonias son algunos jóvenes que por problemas familiares, el mal trato y ante la falta de oportunidades de trabajo bien remunerado y de estudios, han tomado el camino de las conductas antisociales. Pero no olvidemos que la pobreza en las comunidades indígenas se enfrenta en una atmósfera colectiva de auténtica solidaridad; algo distinto al individualismo que se ha venido entronizando en las zonas urbanas pobres.

Cuando fui jefe de gobierno en la ciudad de México, comprobé que la mayor incidencia delictiva provenía de barrios y colonias con más descomposición social y era menor la delincuencia en el sur de la ciudad, en delegaciones como Tlalpan, Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta, donde se tienen arraigados valores colectivos y vínculos comunitarios. De modo que mejores oportunidades de trabajo y de estudios, impiden el desbordamiento de la violencia, pero también a mayor cultura y valores comunitarios, menor delincuencia.
Al recorrer el país he vuelto a comprobar que la comida tradicional del pueblo de México es variada, sana y nutritiva. La comida, como el habla de la gente, obedece a la cultura de cada región. Entre más predominio indígena existe, es mayor la variedad de condimentos y guisos. El México del norte es más carnívoro, el del centro y del sur, con más presencia indígena, es más vegetariano; la costumbre de comer pescado está en todas partes, no sólo en las costas, también en las zonas centrales. Me llevaría mucho espacio abordar la diversidad de la comida mexicana, que va desde la carne seca de Chihuahua, pasando por el huauzontle de Tlaxcala hasta el caldo de cuatete y mariscos de la Costa de Guerrero, al que llaman rompecatres.

La comida es deliciosa, qué duda cabe, el problema es que la gente no tiene para comprar lo que necesita. Con un salario mínimo en 1982 se podían adquirir 56 kilos de tortilla; hoy apenas alcanza para 5. La falta de dinero limita la ingesta de proteínas, las porciones no son suficientes y se compra la carne más barata y con menos nutrientes.

Además, se han venido introduciendo malos hábitos alimenticios. Es ilógico que se consuma tanta coca-cola o su equivalente, habiendo, sobre todo en el medio rural, la posibilidad de tomar agua de fruta de temporada, más barata y nutritiva. La coca-cola cuesta tres veces más que el agua de fruta. Hay quienes justifican este hábito diciendo que estos productos embotellados aportan calorías, aunque en caso de ser cierto, esta misma energía se podría obtener de bebidas tradicionales como el pozol y el tascalate, elaborados de maíz con cacao, o el chilate, de arroz y cacao.

Falta orientación nutricional

Creo que este consumo de refresco, calculado en un millón de litros diarios, se debe fundamentalmente a la publicidad y ha llegado a ser, en ciertas regiones, algo que da estatus. Me parece injustificado que en las comunidades más pobres de Chiapas, se consuman más bebidas industrializadas por persona, en comparación con el resto del país. En casi todas las regiones indígenas de México es lo mismo, pero lo que he visto en Los Altos de Chiapas es sorprendente; si acaso algo consuela es que en vez de cervecerías hay refresquerías.
Lo mismo puede decirse de otros productos chatarra, como el jamón, las hamburguesas, las papas fritas, los gansitos y el pan industrializado, que no alimentan y son muy caros. Por eso considero fundamental un plan de orientación nutricional, utilizando los mismos tiempos y espacios en medios de comunicación que emplean las grandes empresas para promover el consumo de sus productos.

Con este propósito también debe informarse sobre el contenido de elementos químicos en los alimentos: es escalofriante saber que para la engorda de ganado se usa de manera generalizada clembusterol, así como otras hormonas y sustancias químicas nocivas se utilizan en la producción de cerdos, pollos y huevos, todo lo cual daña la salud y provoca enfermedades. Tenemos que volver a lo natural. Regresar a la alimentación sin productos químicos no es cosa sencilla, pero es inaceptable que donde se puede no se haga por falta de información y de orientación nutricional.
Tomado del Diario "La Jornada" en su publicación del 10 / Marzo / 2009.

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