Cine clásico y un breve espacio para Lucía Morett



He aquí dos recomendaciones de dos de las últimas películas (ambas clásicas) que vi esta semana. Presento entonces, sendas reseñas: breves, personales (y, por ende, poco articuladas) de cada película, destacando, -inevitablemente- aquello que más me impactó.


No puedo evitar mencionar que he querido reseñar o recomendar otras películas en este blog, pero no ha sido sino hasta ahora que he encontrado el resquicio para hacerlo.


My Fair Lady [Audrey Hepburn, Rex Harrison, Stanley Holloway, 1964]. Es la historia de una joven del vulgo que, tras conquistar el uso de la lengua inglesa bajo la asesoría de su cáustico y flemático mentor, logra acceder a las altas esferas sociales de una Inglaterra post victoriana, haciendo creer a todos que se trata de una dama de real abolengo. Se trata de un digno espécimen de las películas musicales de los grandes estudios (Warner, en este caso). Lo más destacable de la cinta –para mi psique- es que me provocó pensar en la pose aristocrática como algo irresistible y, al mismo tiempo, verdaderamente absurdo. Objetivamente, nos muestra esa perenne existencia de diferencias sociales con los consecuentes contrastes que tal situación acarrea. Tiene, además, el plus de estar protagonizada por Audrey Hepburn quien, desde mi adolescencia, es una de mis heroínas del cine hollywoodense. Por cierto, es en esta película en donde he visto los vestidos más lujosos y hermosos confeccionados en pantalla.


El Rebelde [Jorge Negrete, María Elena Marqués, 1943]; película que nos revela la ingenuidad que permeaba en el México pre porfiriano y -siendo más realistas- en el México avilacamachista. A pesar de ello y del insoportable maniqueísmo encarnado en el rival de Don Antonio de Mendoza, la película vale por la voz del tenor, la fotografía (excelente) y esa actitud moral que, sin duda, retoma lo mejor –y más utópico- de la moral decimonónica del movimiento romántico. Ingenuidad total y, ergo, alegría ¡¡Cómo quisiera que fuésemos así de cándidos, de humildes, de absurdos, de ilógicos, repatriar –para siempre- el pensamiento deductivo!!


EN OTROS ASUNTOS...


Recomiendo este análisis que hace el vecino bloguero Franky sobre el caso Lucía Morett y, también, este otro post del bloguero Ernessto que incluye una alusión al mismo asunto.

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